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18 nov 2015

Carniceros: “El Gobierno quiere ganar votos a costa de nuestro sudor y sacrificio”


Los carniceros señalaron que no adquirirán reses por ahora para evitar mayores pérdidas
    Correo del Caroni

La regulación de los huevos y los nuevos precios impuestos a los cortes de cochino han inyectado temor en los carniceros de Ciudad Guayana, que temen una nueva ola de fiscalizaciones en los próximos días, a pocos días de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
Sin mucha espera, las fiscalizaciones en el sector cárnico arrancaron el sábado en el mercado de Chirica, en donde efectivos de la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) obligaron a los carniceros a vender la carne y el pollo al precio oficial de 250 bolívares y 65 bolívares el kilogramo, respectivamente.
La venta controlada generó pérdidas millonarias a los pequeños comerciantes, que decidieron “por ahora” dejar de adquirir nuevas reses para evitar una pérdida mayor.
Los carniceros del mercado de Chirica explicaron que actualmente adquieren el kilo de la carne en canal en 550 bolívares aproximadamente, lo que después del desposte y la limpieza de la res resulta en un precio de entre 800 y 900 bolívares según el corte.
El precio es significativamente superior al monto oficial de Bs. 250 establecido por el Ejecutivo en junio de 2015 para la carne de bovino de cocción seca, es decir, lomito, solomo de cuerito, chocozuela, pollo de res, pulpa negra, ganzo, muchacho redondo y muchacho cuadrado, “pero es la realidad, es imposible vender a precio regulado”.
En el mercado de la UD-145, la proteína ronda los Bs. 1.100; mientras que en bodegones privados, el kilogramo de carne se consigue hasta en Bs. 1.500.
En el caso del pollo, los carniceros adquieren el kilo de la proteína en Bs. 450, de allí la variación respecto al precio oficial del pollo beneficiado entero y/o picado de Bs. 65, según la providencia de la Sundde de febrero de 2015.
Una carnicera, que prefirió mantener su nombre en reserva, comentó que pasadas las siete de la mañana del sábado un contingente de efectivos militares llegó al mercado, supuestamente para fiscalizar a los revendedores de rubros regulados. 
“A las 8:30 de la mañana empezaron a recorrer las carnicerías y sin considerar facturas ni cortes exigieron vender toda la carne en 250 bolívares”, narró.
Por res, estima, la pérdida supera los 100 mil bolívares, sin considerar la merma económica que ocasiona la venta regulada del pollo. 
“El Gobierno quiere ganar votos a costa de nuestro sudor y sacrificio; pero este tipo de situaciones solo generan escasez porque el matadero no trabajó hoy, ¿quién va a arrimar a riesgo de perder?”, se preguntó.
“Lo que queda en las neveras es lo que hay, a partir de mañana no hay nada”, indicó.
“Perdimos mucho dinero porque nadie te reconoce eso”, dijo una comerciante que tampoco quiso identificarse. 
Señaló que lo poco que tienen en exhibición es la mercancía que quedó del fin de semana y a la que no sumarán más reses por un tiempo. 
“No sabemos por cuánto, pero no podemos pararnos indefinidamente porque de esto vivimos”, añadió.
Varios locales estaban cerrados este lunes, luego de quedar sin mercancía durante el fin de semana. Quienes abrieron comercializaron la carne entre Bs. 800 y Bs. 1.000.
Paralizan compras “por ahora”
En el mercado de la UD-145, los carniceros están con los “nervios alterados”, como describió Arístides Prieto, ante la posibilidad de que los obliguen a vender a pérdidas. 
“Estoy rogándole a Dios que me dejen vender esto porque si no pierdo”, dijo, al asegurar que no comprará más mercancía, principalmente cochino, “por ahora” para evitar el riesgo de perder.
El hombre tiene 53 años en el negocio, que heredó de su padre. 
“Nunca habíamos vivido una situación tan terrible, imagínate no tenemos ni empleados. 
Antes se vendían dos reses a la semana, ahora media res y queda para la semana siguiente”, relató.
Arriba de la cava, un termo de café habla del “tigrito” que Prieto ha tenido que sumar a su oficio para cubrir sus gastos. “Vendo café y hago otras cosas para sobrevivir, ¿cuáles? Vendo parrillitas en la casa, pero ni refrescos podemos vender porque están muy caros, hacemos refrescos caseros, avenas, vitaminas…”.
Otro carnicero del mercado, Juan Carlos Prieto, alegó que sus precios son estimados con el margen de ganancia legal y lo que ganan no les permite mantener el negocio. 
“No quiero tener una cava mala, pero de dónde voy a sacar para repararla si el último compresor costó Bs. 700 el año pasado y ahora cuesta Bs. 260 mil”.
Con esta realidad a cuestas, lamenta que en cada fiscalización los traten como a delincuentes. 
“Te tratan como que fueras la peor basura del mundo. He vivido del comercio toda la vida y no soy millonario”.
 
BARRA5
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Otro carnicero del mercado de la UD-145, que prefirió mantener su nombre en reserva por temor a represalias, sostuvo que quieren vender barato, “pero entonces ¿por qué no nos traen el ganado, por qué no se meten en los mataderos y regulan por allí primero?, ellos siempre empiezan por nosotros”, dijo.
El comerciante aseguró que las sanciones son casi inevitables en el ramo. 
“Si no tienes factura te decomisan la mercancía; si tienes el puesto cerrado también y si vendes por encima del precio oficial, también; pero acá viene gente del Gobierno a comprar y paga porque sabe que así son las cosas, que ese es el precio real”.
Altos costos en equipos
Al rosario de realidades en torno al precio en canal que deben pagar los carniceros, se suman los altos costos de los insumos y equipos.
Aseguran que una cinta de sierra, por ejemplo, subió de Bs. 90 a Bs. 6.000 en un año; los gusanillos de molino rondan los Bs. 26 mil y los paquetes de bolsa escalaron a Bs. 4 mil 600.
“Ellos creen que uno se hace rico vendiendo carne”, puntualizó.

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