Jacinto Convit, el médico venezolano que logró la cura contra la lepra
Norvi Jesús Fuenmayor / Globovisión
Referirse a la medicina y algunos descubrimientos científicos es sinónimo de hablar del médico venezolano Jacinto Convit García, quien en 1973 descubre la vacuna contra la lepra que sirvió además de base para la vacuna para la leishmaniasis.
Nacido quien a sus 100 años de vida no se ha detenido en su carrera que, además, trabaja en el desarrollo de vacunas contra diferentes tipos de cáncer.
Jacinto Convit, nació el 11 de septiembre de 1913 en la ciudad de Caracas. Es hijo de Francesc Convit, un español de origen catalán nacionalizado en Venezuela, su madre Flora García Marrero, caraqueña.
Convit, cursó sus estudios de bachillerato en el liceo Andrés Bello, se destacó como alumno del profesor Rómulo Gallegos en la cátedra de Filosofía y Matemáticas. “Qué buenos recuerdos, un profesor ejemplar de talanto visionario”, señala Convict.
Su interés por la medicina despertó durante sus estudios de secundaria. En 1932 ingresó a la escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, 6 años después obtuvo el título de Doctor en Ciencias Médicas.
Sus calificaciones le hicieron merecer menciones honoríficas en asignaturas como física, anatomía humana, anatomía descriptiva y topográfica, clínica médica, clínica quirúrgica entre otras. "Estudiábamos mucho, con gran intensidad y había mucho que memorizar. Hubo una época en la que llegué a sentir una especie de cansancio. El número de horas que había que estudiar era grande", recalcó Convit.
El tiempo no fue en vano para el ya médico venezolano, en 1971 es nombrado por la Organización Mundial de la Salud, OMS, director del Centro Cooperativo para el estudio Histológico y Clasificación de la Lepra, dirección que continúa desempeñando.
Seguido de eso, en 1968 es nombrado presidente de la Asociación Internacional de la Lepra y reelecto en 1973, también fue designado presidente de la International Journal of Leprosy Corporation. En 1976 fue electo director del Centro Panamericano de Investigación y Adiestramiento en Lepra y Enfermedades Tropicales.
Avances en la lepra
En 1937, el doctor Martín Vegas, conocido pionero en los estudios sobre la lepra, invitó a Convit a visitar la vieja casona de Cabo Blanco en el estado Vargas, donde se alojaban cientos de pacientes afectados por lacería o lepra. En 1990, Convit escribía que su permanencia en Cabo Blanco fue enriquecedora en el plano personal y profesional.
"Aprendí a cuidar a los pacientes desempeñando labores de médico, juez, odontólogo y consejero, que sirvieron ampliamente para enriquecer mi conocimiento sobre la enfermedad y profundizar sobre el aspecto humano de los enfermos", dijo Convit.
Para la época, quien padeciera de lepra era víctima de prejuicios arraigados en la sociedad. "A los leprosos se les encadenaba y eran custodiados por autoridades policiales", imagen que definiría el carácter humano de Convit, quien ante tal maltrato, exigió a los guardias un mejor proceder con los enfermos.
Luego de controlar la lepra y otras enfermedades endémicas, Convit se plantea el reto de crear un centro de investigaciones científicas. Así, nació el Instituto de Dermatología, que posteriormente se llamó Instituto de Biomedicina de Caracas, el cual dirige desde 1972, y es desde el 2 de julio de 1973 la sede del Centro Internacional de Investigación y Adiestramiento sobre Lepra y Enfermedades afines de la Organización Panamericana y Mundial de la Salud.
Aportes de Convit a la vacuna
Una de las contribuciones de Convit que le ha dado más relieve internacional es el desarrollo de un modelo de vacunación contra la lepra. Demuestra por primera vez que una mezcla de Mycobacterium leprae con BCG producía una lisis total del agente de la lepra cuando era inyectado en pacientes lepromatosos.
En los últimos años Convit y su grupo de colaboradores ha centrado su interés en el uso en gran escala de la vacuna desarrollada, no sólo para la inmunoterapia de los enfermos lepromatosos y Borderline, sino para la inmunoprofilaxis de los contactos con pacientes lepromatosos.
Sus resultados de las experiencias con la vacuna han sido presentados en más de veinte trabajos. Con igual orientación metodológica ha desarrollado la lucha contra la leishmaniasis.
Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento de la vacuna contra la lepra
En el año 1988, los grandes avances en estudios epidemiológicos, le valieron una nominación al Premio Nobel de Medicina, por el descubrimiento de la vacuna contra la lepra, que resultó de la combinación de la vacuna de la tuberculosis con el bacilo Mycobacterium leprae.
Un año antes de esta nominación, Convit recibió en España el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
En su trayectoria como médico e investigador ha contribuido a la fundación de diversas instituciones y asociaciones relacionadas con el área de la salud, dentro y fuera del país. En la actualida es miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Venereología de la Sociedad Venezolana de Alergología y de la Sociedad Venezolana de Salud Pública.
Jacinto Convit ha brindado importantes aportes en el conocimiento de enfermedades infecciosas, como la vacuna contra la lepra y la leishmaniasis.
Por esta razón en el 2013 los diputados de la Asamblea Nacional venezolana aprobaron por unanimidad un proyecto de reconocimiento a sus trabajos, con motivo del centenario de su nacimiento, a la vida y obra del ciudadano Dr. Jacinto Convit, por sus logros científicos a favor de la salud del pueblo venezolano y del mundo, por su dedicación al ejercicio de la medicina sin fines lucrativos y de enriquecimiento personal.
Actualmente, el doctor venezolano Jacinto Convit, quien arribó a sus 100 años de vida el pasado mes de septiembre, sigue trabajando por enfermedades mortales, una de ellas calificadas para él como "La enfermedad maldita" el cáncer.
A propósito de sus 100 años de vida, el ilustre médico venezolano será homenajeado con un documental sobre su vida que se estrenará en marzo del próximo año.
Nacido quien a sus 100 años de vida no se ha detenido en su carrera que, además, trabaja en el desarrollo de vacunas contra diferentes tipos de cáncer.
Jacinto Convit, nació el 11 de septiembre de 1913 en la ciudad de Caracas. Es hijo de Francesc Convit, un español de origen catalán nacionalizado en Venezuela, su madre Flora García Marrero, caraqueña.
Convit, cursó sus estudios de bachillerato en el liceo Andrés Bello, se destacó como alumno del profesor Rómulo Gallegos en la cátedra de Filosofía y Matemáticas. “Qué buenos recuerdos, un profesor ejemplar de talanto visionario”, señala Convict.
Su interés por la medicina despertó durante sus estudios de secundaria. En 1932 ingresó a la escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, 6 años después obtuvo el título de Doctor en Ciencias Médicas.
Sus calificaciones le hicieron merecer menciones honoríficas en asignaturas como física, anatomía humana, anatomía descriptiva y topográfica, clínica médica, clínica quirúrgica entre otras. "Estudiábamos mucho, con gran intensidad y había mucho que memorizar. Hubo una época en la que llegué a sentir una especie de cansancio. El número de horas que había que estudiar era grande", recalcó Convit.
El tiempo no fue en vano para el ya médico venezolano, en 1971 es nombrado por la Organización Mundial de la Salud, OMS, director del Centro Cooperativo para el estudio Histológico y Clasificación de la Lepra, dirección que continúa desempeñando.
Seguido de eso, en 1968 es nombrado presidente de la Asociación Internacional de la Lepra y reelecto en 1973, también fue designado presidente de la International Journal of Leprosy Corporation. En 1976 fue electo director del Centro Panamericano de Investigación y Adiestramiento en Lepra y Enfermedades Tropicales.
Avances en la lepra
En 1937, el doctor Martín Vegas, conocido pionero en los estudios sobre la lepra, invitó a Convit a visitar la vieja casona de Cabo Blanco en el estado Vargas, donde se alojaban cientos de pacientes afectados por lacería o lepra. En 1990, Convit escribía que su permanencia en Cabo Blanco fue enriquecedora en el plano personal y profesional.
"Aprendí a cuidar a los pacientes desempeñando labores de médico, juez, odontólogo y consejero, que sirvieron ampliamente para enriquecer mi conocimiento sobre la enfermedad y profundizar sobre el aspecto humano de los enfermos", dijo Convit.
Para la época, quien padeciera de lepra era víctima de prejuicios arraigados en la sociedad. "A los leprosos se les encadenaba y eran custodiados por autoridades policiales", imagen que definiría el carácter humano de Convit, quien ante tal maltrato, exigió a los guardias un mejor proceder con los enfermos.
Luego de controlar la lepra y otras enfermedades endémicas, Convit se plantea el reto de crear un centro de investigaciones científicas. Así, nació el Instituto de Dermatología, que posteriormente se llamó Instituto de Biomedicina de Caracas, el cual dirige desde 1972, y es desde el 2 de julio de 1973 la sede del Centro Internacional de Investigación y Adiestramiento sobre Lepra y Enfermedades afines de la Organización Panamericana y Mundial de la Salud.
Aportes de Convit a la vacuna
Una de las contribuciones de Convit que le ha dado más relieve internacional es el desarrollo de un modelo de vacunación contra la lepra. Demuestra por primera vez que una mezcla de Mycobacterium leprae con BCG producía una lisis total del agente de la lepra cuando era inyectado en pacientes lepromatosos.
En los últimos años Convit y su grupo de colaboradores ha centrado su interés en el uso en gran escala de la vacuna desarrollada, no sólo para la inmunoterapia de los enfermos lepromatosos y Borderline, sino para la inmunoprofilaxis de los contactos con pacientes lepromatosos.
Sus resultados de las experiencias con la vacuna han sido presentados en más de veinte trabajos. Con igual orientación metodológica ha desarrollado la lucha contra la leishmaniasis.
Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento de la vacuna contra la lepra
En el año 1988, los grandes avances en estudios epidemiológicos, le valieron una nominación al Premio Nobel de Medicina, por el descubrimiento de la vacuna contra la lepra, que resultó de la combinación de la vacuna de la tuberculosis con el bacilo Mycobacterium leprae.
Un año antes de esta nominación, Convit recibió en España el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
En su trayectoria como médico e investigador ha contribuido a la fundación de diversas instituciones y asociaciones relacionadas con el área de la salud, dentro y fuera del país. En la actualida es miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Venereología de la Sociedad Venezolana de Alergología y de la Sociedad Venezolana de Salud Pública.
Jacinto Convit ha brindado importantes aportes en el conocimiento de enfermedades infecciosas, como la vacuna contra la lepra y la leishmaniasis.
Por esta razón en el 2013 los diputados de la Asamblea Nacional venezolana aprobaron por unanimidad un proyecto de reconocimiento a sus trabajos, con motivo del centenario de su nacimiento, a la vida y obra del ciudadano Dr. Jacinto Convit, por sus logros científicos a favor de la salud del pueblo venezolano y del mundo, por su dedicación al ejercicio de la medicina sin fines lucrativos y de enriquecimiento personal.
Actualmente, el doctor venezolano Jacinto Convit, quien arribó a sus 100 años de vida el pasado mes de septiembre, sigue trabajando por enfermedades mortales, una de ellas calificadas para él como "La enfermedad maldita" el cáncer.
A propósito de sus 100 años de vida, el ilustre médico venezolano será homenajeado con un documental sobre su vida que se estrenará en marzo del próximo año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario