EL CAMPO VENEZOLANO



"SI EL CAMPO CRECE, TODO EL PAIS CRECE, SI AL CAMPO LE VA BIEN, A TODA VENEZUELA LE VA BIEN"

15 dic 2013

Navidad sin leche


Jorge Euclides Ramírez  El Impulso

La leche, además de la necesidad cotidiana que de ella tienen niños y personas de la tercera edad, presenta una demanda extra en tiempos navideños debido a que es ingrediente importante en muchas recetas de platos decembrinos, sobre todo en dulces y repostería. 

Y aunque el Presidente de Cavilac, Roger Figueroa, había anunciado hace varias semanas que al país entrarían "cerros de leche” lo cierto es que este vital e inelástico producto está prácticamente desaparecido de los anaqueles. 

Para buscar explicaciones a esta oferta fallida lo primero es partir del dato que el señor Roger Figueroa es una persona seria y que si dio estas declaraciones fue con base en elementos sobre los que tenia control operativo, es decir miembros de la Cámara Venezolana de Industrias Lácteas tenían licencias de importación y provisión de dólares Cadivi para traer a Venezuela una gran cantidad de leche en polvo. 

A esta lógica suposición debemos agregar que el gobierno quería garantizar el abastecimiento de leche en polvo antes de las elecciones municipales del 8 de Diciembre, ya que la falta de este alimento fue una de las causales de los resultados adversos que tuvo el fallecido Presidente Chávez en el Referendo para la Reforma el 2 de Diciembre del 2007. 

¿Qué pasó? ¿Por qué no se ha importado leche en polvo? La respuesta la podemos encontrar en el precio de la tonelada de este producto, asignado por los pocos países que la tienen disponible para la exportación y el cual, según último informe del doctor Pedro Piñate, està en el orden de los 4.800 dolares.

Quiere decir que el precio de un kilo de leche en polvo en su país de origen es superior a los 30 bolívares a cambio de dólar preferencial de 6.30. Esto hace totalmente inviable el que algún importador pueda traerla a Venezuela donde tiene un precio regulado de venta al público de 32 bolívares. Sin conocer con precisión los costos de traslado y el valor agregado de su empaquetamiento y comercialización, es fácilmente deducible que con menos de dos bolívares es absolutamente imposible traer leche de afuera y no quebrar, algo que exonera de responsabilidad a los miembros de Cavilac y explica las declaraciones, no concretadas en hechos, de su Presidente, señor Roger Figueroa. 

Pero como esta escasez ha tenido altos costos políticos se pudiera pensar que el gobierno nacional, tan abocado a resguardar sus espacios electorales sin muchos miramientos, ha podido subsidiar el pago de impuestos, el flete, el empaque, los traslados y los márgenes de comercialización de mayoristas y detallistas, con el objeto de poner la leche en manos de los consumidores y con ello haber mejorado sus opciones en las pasadas elecciones municipales. 

Pero no lo hizo, lo cual nos conduce a otro dato, el gobierno no tiene suficientes recursos financieros para importar los alimentos que demanda nuestro mercado de consumo interno. 

Si no hay recursos para importar leche y venderla a precios regulados quiere decir que tampoco los hay para otros alimentos que no producimos internamente y que debemos importar. 

La solución es una sola y el gobierno la conoce a cabalidad, hay que producir dentro de Venezuela la comida que el pueblo necesita

Eso nos lleva a otro escenario y otra pregunta: ¿Cómo podemos producir los alimentos que consume el venezolano? 

Durante quince años el gobierno nacional ha intentado hacerlo con cooperativas, empresas socialistas, comunas productivas y otros ensayos inspirados en ideas marxistas, los resultados de estas experiencias son distintos según sea el lugar de observación, para los Ministros y Diputados oficialistas vamos rumbo a ser una potencia agropecuaria de acuerdo a las estadísticas que manejan entre sí, mientras que para el pueblo que hace colas interminables en abastos y supermercados la realidad es que falta de todo y cuando lo consigue tiene que comprarlo hasta diez veces más del precio regulado. 

Si damos por buena la óptica del pueblo consumidor quiere decir que la solución al problema de la escasez de alimentos claves está en que el gobierno nacional logre un entendimiento real y sustentable con los gremios de productores. 

De no ser así... ¿cuantas navidades sin leche nos esperan?

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