Nuestros niños sin leche
Hasta fábricas quebradas de leche en polvo en Argentina ha financiado el Estado.
PEDRO E. PIÑATE B. | EL UNIVERSAL
En el diario El Impulso, de Barquisimeto, el 15 de diciembre leímos con mucha atención el artículo "Navidad sin leche" por Jorge Euclides Álvarez. En él se explica porqué no hay leche esta Navidad 2013 en Venezuela y recuerda que producirla aquí es la mejor manera de resolver su abastecimiento. Sobre producir leche suficiente en el país, las ventajas y beneficios para la nación superan con creces la inversión y esfuerzo privado y público que se necesita. Por el contrario, la dependencia en importaciones es más costosa y el gasto anual en divisas en que se incurre, estimula mayormente la economía de los países proveedores. También la logística de compras internacionales y la internación es complicada al estar sujeta tanto a los vaivenes de nuestra economía como de la oferta y precios cambiantes del mercado lácteo global.
Hoy, la política equivocada que prevalece es la de importar toda la leche, mientras nuestra ganadería e industria láctea desaparecen a fuerza de despojos y controles del Estado. Esta situación es inaceptable por ser contraria al interés nacional y así lo denunciamos nuevamente desde el sector productor ganadero. De allí que la responsabilidad de la escasez de leche en el país, recae enteramente en el Gobierno Nacional, tanto por la política de puertos que mantiene como por la falta de transparencia en todo lo relacionado a las importaciones, desde el reparto a dedo de licencias y dólares de Cadivi, hasta su distribución final.
Así, debido a la corrupción, hasta fábricas quebradas de leche en polvo en Argentina ha financiado el Estado a pérdida total, mientras tomaba aquí las privadas. Por eso es criminal negar el consumo regular de leche a la población. En el caso de nuestros niños, el subconsumo de leche compromete ya su normal desarrollo y el rendimiento escolar.
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