María Beatriz Parilli Ultima Hora Digital
La baja y, en algunos casos, ausente oferta de
carne en el mercado, así como su venta al público en un monto superior al
precio regulado, son resultado de la disminución sustancial que ha tenido la
producción nacional desde hace siete a ocho años y que se pudiese acentuar para
el 2015, según estima José Ruiz Parra, presidente de la Asociación de Ganaderos
de Portuguesa (Argaport), quien avizora que para este período “la hambruna que
viene para el campo venezolano será de grandes proyecciones”.
Pese a que las cifras de producción nacional del sector público son superiores a las que arrojan los gremios e instituciones privadas, el dirigente ganadero cree que en la actualidad entre 55% y 60% de la carne que consumen los venezolanos es producida en el país, donde se tiene que importar entre 40% y 45% para suplir las necesidades internas, cuando antes -y en los peores períodos- sólo se traía del exterior alrededor del 20%.
Ruiz Parra señaló que el desequilibrio en el mercado cárnico se debe a la entrega de divisas a mayoristas que han montado “grandes negocios” con la importación de ganado a dólar preferencial, para venderlos a los productores a un precio que sobrepasa su valor real, además de la marcada disminución del rebaño nacional por la falta de confianza que ha generado la confiscación de casi 4 millones de hectáreas, en las que se ha venido a menos la actividad pecuaria, afectando la cría y engorde de ganado.
Este escenario se ha complicado con la extensa sequía que ha imperado en algunas zonas del país. El dirigente agropecuario sostuvo que con la prolongación del verano que hubo en Portuguesa, la producción de leche disminuyó en más de un 30%. Afirmó que la llegada de las lluvias no mejoró la situación en algunas zonas, tras la aparición de gusanos y la falta de insumos que “no se conseguían en el principal surtidor, Agropatria, por lo que fueron revendidos por algunas mafias que estafan con productos de dudosa procedencia”.
Otro factor que ha influido en la debacle del sector cárnico, es el rezago en los precios tanto a nivel del productor como del consumidor. Ruiz Parra aseguró que los montos de venta resultan “hasta ofensivos”, ya que están por debajo de los costos de producción. “Sabemos que el Gobierno tiene el deber de velar por la comida de los venezolanos, fundamentalmente de los estratos más bajos, pero no lo puede hacer en detrimento de los productores. No puede ser que por dar comida barata, destruyan al trabajador del campo”.
“Los pantalones”
El presidente de Argaport instó al Gobierno a “ponerse los pantalones” y atender las necesidades del sector agropecuario, con el diseño de políticas que -en el caso de las afectaciones causadas por la sequía- deben ser orientadas a la construcción de pozos y canales de riego para garantizar el alimento al ganado, y a solventar la falta de equipos que tienen algunas empresas que fabrican comida para los animales. “Mientras no se solucionen estos problemas, la hambruna que viene para el campo venezolano será de grandes proyecciones”, acotó.
Pese a que las cifras de producción nacional del sector público son superiores a las que arrojan los gremios e instituciones privadas, el dirigente ganadero cree que en la actualidad entre 55% y 60% de la carne que consumen los venezolanos es producida en el país, donde se tiene que importar entre 40% y 45% para suplir las necesidades internas, cuando antes -y en los peores períodos- sólo se traía del exterior alrededor del 20%.
Ruiz Parra señaló que el desequilibrio en el mercado cárnico se debe a la entrega de divisas a mayoristas que han montado “grandes negocios” con la importación de ganado a dólar preferencial, para venderlos a los productores a un precio que sobrepasa su valor real, además de la marcada disminución del rebaño nacional por la falta de confianza que ha generado la confiscación de casi 4 millones de hectáreas, en las que se ha venido a menos la actividad pecuaria, afectando la cría y engorde de ganado.
Este escenario se ha complicado con la extensa sequía que ha imperado en algunas zonas del país. El dirigente agropecuario sostuvo que con la prolongación del verano que hubo en Portuguesa, la producción de leche disminuyó en más de un 30%. Afirmó que la llegada de las lluvias no mejoró la situación en algunas zonas, tras la aparición de gusanos y la falta de insumos que “no se conseguían en el principal surtidor, Agropatria, por lo que fueron revendidos por algunas mafias que estafan con productos de dudosa procedencia”.
Otro factor que ha influido en la debacle del sector cárnico, es el rezago en los precios tanto a nivel del productor como del consumidor. Ruiz Parra aseguró que los montos de venta resultan “hasta ofensivos”, ya que están por debajo de los costos de producción. “Sabemos que el Gobierno tiene el deber de velar por la comida de los venezolanos, fundamentalmente de los estratos más bajos, pero no lo puede hacer en detrimento de los productores. No puede ser que por dar comida barata, destruyan al trabajador del campo”.
“Los pantalones”
El presidente de Argaport instó al Gobierno a “ponerse los pantalones” y atender las necesidades del sector agropecuario, con el diseño de políticas que -en el caso de las afectaciones causadas por la sequía- deben ser orientadas a la construcción de pozos y canales de riego para garantizar el alimento al ganado, y a solventar la falta de equipos que tienen algunas empresas que fabrican comida para los animales. “Mientras no se solucionen estos problemas, la hambruna que viene para el campo venezolano será de grandes proyecciones”, acotó.
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