EL CAMPO VENEZOLANO



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6 jul 2014

Tras las tierras productivas

El robo y contrabando de ganado y la tala de árboles ubicados en bosques protegidos son las acciones que han devenido tras las medidas de expropiación o intervención de fincas productivas.


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Francisco Olivares  EL UNIVERSAL


Cinco mil 500 cabezas de ganado de raza brahma han sido robadas del Hato el Porvenir desde que fue invadido en 2011. La preocupación pudiera no ser exactamente el valor de ese ganado, que pasa de los 70 millones de bolívares, sino que el trabajo para la reposición de ese bien tardaría para el inversionista más de seis años siempre que se cumplan los pasos en mantenimiento y cuidados que requiere un ganado de raza.

¿Pero cómo desaparecen 5.500 cabezas de ganado sin dejar rastro? En la zona de Bruzual, municipio Muñoz, en donde está ubicado este hato desde hace 60 años, todos saben lo que ocurre detrás de las invasiones y expropiaciones. 

El ganado ha pasado a ser una mercancía de lujo y apetecida por los contrabandistas, que al ser colocado en Colombia su valor es cuatro veces superior y un bien vendido en pesos que puede ser cambiado libremente en dólares en Colombia. 

Tras de las expropiaciones de fincas están operando mafias, presuntamente ligadas a organismos gubernamentales, o al menos con "contactos" en las diferentes instancias del poder local y militar, que en combinación con los líderes de algunas organizaciones comunales como las llamadas "comunas socialistas campesinas" sustraen los bienes pertenecientes a los hatos productivos invadidos y los negocian con estas mafias que se llevan el producto a Colombia. 

El ganado y la madera son los productos más apreciados en estos negociados tal como ha ocurrido en El Porvenir y otras fincas intervenidas en la región llanera. Sobre esta denuncia hay en la región investigaciones confidenciales que lleva adelante la División de Inteligencia Militar.

El Provenir es un hato ganadero compuesto por 12 fundos. Contaba con más de 18 mil reses brahma en el año 2011. Hoy sus instalaciones están tomadas por varias comunas del Frente Campesino Ezequiel Zamora, a pesar de que sus predios de 39 mil hectáreas llevan años de litigios en los tribunales, sin que hasta el momento exista una decisión definitiva y menos aún el pago de los bienes tomados a la fuerza.

Con documentos en mano, uno de los accionistas, Adrian De Fries, muestra la legalidad de sus registros y títulos que han consignado en las distintas instancias judiciales y la certificación como "finca productiva" con un promedio superior al exigido por las leyes, demostrado en las diferentes inspecciones aplicadas al hato.

Futuro incierto

Kenny Rafael Duin, el administrador del hato, quien tiene 18 años laborando para El Porvenir, observa con preocupación el futuro de esa empresa productiva y el destino de las 58 personas que allí laboran y se ocupan de llevar adelante el trabajo de la finca, más otras 30 contratadas para faenas específicas.

Nos narra que las invasiones incluyeron las dos viviendas principales en donde vivían las familias accionistas, las fundaciones que ocupaban las familias que allí trabajaban y los tres corrales principales en donde se herraban las reses, se vacunaban y se separaba el ganado de acuerdo a la edad, utilidad y destino. 

Es decir en donde se hace la faena productiva de una finca ganadera. Sostiene que se conoce de unas 5.500 reses que se han perdido, pero la cifra podría ser mucho más alta ya que el conteo no incluye el de los últimos seis meses, que dada las nuevas invasiones, se hace imposible transitar dentro del hato. 

De las 1.500 vacas brahma de raza pura solo quedan 500. Esas vacas son la garantía para la continuidad de la raza 100% pura que por absorción es el ganado de El Porvenir. 

Explica Kenny que el ganado de levante que es el que va para el matadero se ha perdido casi todo. Ya desde el pasado diciembre la venta se ha paralizado y ya el INTI no les entrega los permisos sanitarios para poder vender. 

De manera que desde hace seis meses la empresa ya no tiene ingresos y la nómina debe pagarse con préstamos bancarios.

El estigma de ser ganadero

El Porvenir ha pertenecido a la familia De Fries, de origen austríaco/alemán cuando en los años 40 llegaron a Venezuela y se asentaron en la zona de Bruzual. En esos años era una región a la que pocos se aventuraban a trabajar. 

La travesía estaba llena de dificultades y entonces eran tierras inhóspitas, según los recuerdos que Adrian de Fries conserva de sus abuelos, los pioneros en esa región.

Pero los De Fries vieron en ella una gran oportunidad y desde entonces trabajaron esa tierra hasta convertirla en un grupo de fincas con alta calidad genética de sus animales, que han obtenido reconocimiento nacional e internacional.

Tras la llegada del Gobierno bolivariano las cosas se fueron complicando en la zona. La inseguridad, los secuestros, las invasiones y la cantidad de restricciones para la compra de alimentos, el transporte de ganado o la compra de gasolina, multiplicaron los costos y la calidad de vida en la región.

En los últimos años, la propaganda política, como a muchos ganaderos, convirtió a los De Fries en "enemigos del pueblo" "terrófagos" y "explotadores del campesino", enterrando así el trabajo de varias décadas que se invirtieron para producir el ganado de raza y la carne de primera, hoy en vías de extinción.

El padre de Adrian, Arnim De Fries, ya fallecido, quien lideró el desarrollo que alcanzaron los fundos en la actualidad, compartió la actividad de la finca durante 50 años con su profesión de ingeniero como asesor de Edelca en la ampliación de El Guri, Tocoma y otros embalses. 

Por su especialidad en la construcción de puentes, poco antes de su muerte fue requerido de urgencia como asesor por la empresa venezolana "Precomprimidos" que construyó de emergencia el viaducto Caracas La Guaira, a petición de Hugo Chávez, tarea que realizó de forma gratuita.

Deterioro progresivo

El Porvenir forma parte de los 4 millones y medio de hectáreas que han sido intervenidas, invadidas o expropiadas durante el Gobierno bolivariano, según los registros que lleva Fedenaga. 

Sin embargo las cifras indican otra realidad. De las 4,5 millones de hectáreas productivas intervenidas, sólo 50 mil están produciendo actualmente.

En 1999 Venezuela producía 100% de la carne que se consumía, pero en la actualidad hay que importar 75% de lo que se consume. Ello también ha deteriorado el crecimiento económico en las zonas rurales y deprimido sus economías.

Se estima que en Venezuela existen 7 millones de cabezas de ganado, lo que daría un animal cada 4 personas. En otros países de la región se cuenta hasta con dos animales por cada habitante. 

De allí la importación masiva de ganado y carne de Brasil, Uruguay, Colombia, Argentina y Ecuador para compensar lo que ya no se produce.

Invasiones desde 2003

Desde 2003 comenzaron las invasiones en El Porvenir con el apoyo del INTI. Ese año una familia de apellido Bustamante tomo un sector de un área "protegida" no apta para la explotación, conocida como Albadrón del río Apure que además es una zona protectora de El Dique, construido allí por el Ministerio del Ambiente y tiene como función proteger a todos los pueblos aledaños. 

A esa familia, el coordinador del INTI en Apure le entregó una carta de permanencia.

Esa familia fue denunciada en 2006 ante la Fiscalía por la tala y explotación ilegal de samanes en plena zona protectora, ante lo cual ninguna autoridad actuó.

En enero de 2007 se produjo una nueva invasión, en la zona llamada La Salera por un grupo que se hacía llamar Cooperativa Salesiana. Rompieron cercas y construyeron ranchos. A los pocos días el coordinador del INTI en Apure les otorgó certificados de permanencia. 

Posteriormente metieron maquinaria y comenzaron a deforestar áreas de árboles, al tiempo que otras comunas se sumaron a la invasión ampliando las tomas hacia una zona de potreros.

Las invasiones se profundizaron a partir de diciembre de 2011 cuando el entonces presidente Hugo Chávez, desde su programa Aló Presidente autorizó la expropiación del hato El Porvenir. 

Aproximadamente 46 familias pertenecientes a una "comuna socialista agropecuaria" habían ocupado predios de la finca. Chávez acusó a los accionistas de "explotadores de los trabajadores". Asimismo ofreció pagar a sus dueños la propiedad. 

Chávez había ordenado incrementar las expropiaciones lo cual generó un aumento de las invasiones lideradas por funcionarios del INTI.

Durante el año 2012 se registraron nuevas invasiones de grupos comunitarios liderados por el Frente Ezequiel Zamora tomando tierras productivas y potreros de El Porvenir.

Las últimas invasiones se produjeron el 10 de enero de 2014 mientras se celebraba el aniversario de la muerte de Ezequiel Zamora. Un día antes invadieron nuevos terrenos del hato El Porvenir, esta vez con nuevas comunas como Río Apure, Negro Primero y La Gloria.

En mayo de 2014 volvieron más invasores, esta vez tomando los tres corrales más importantes del hato, 6 de las viviendas y fundaciones donde habitan algunos trabajadores y sus familias. 

Unas 200 personas ingresaron con motos y camiones, siendo la invasión más agresiva sufrida el hato El Porvenir.

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