Vegueros de Apure

Como pequeños productores sin recursos, requieren de agrocrédito y agroinsumos.

PEDRO E. PIÑATE B. |  EL UNIVERSAL

A los vegueros de Apure, Daniel Mendoza en su libro El Llanero (1846), bien definió: "Aquél es el que labra la tierra, aquél es el que forma la huerta en torno del bohío o caney, aquél es el que hace la plantación de maíz, de caña de azúcar, de legumbres. Aquél es el que cultiva la vega". (...) él cultiva los hermosos plátanos que dan su fruto de oro y de miel, y el maíz, que es una zaraza ruidosa desgradada de oro que se agita en medio del palmar". 

Fernando Calzadilla Valdez en su obra Por los llanos de Apure (1940), escribió: "No obstante, algunos individuos sienten la otra clase de amor del campo cultivado y se embelesan en la contemplación de una uniformidad del plantío y los varios tonos verdes que va tomando la siembra mientras se desarrolla".

Guardando la distancia en el tiempo, hoy los vegueros de Apure pueden ser igualmente descritos, agregando en su equipamiento el "fuera de borda" en el bongo para ir y venir por el río, o la moto para recorrer los caminos. Por lo demás trabajan como sus predecesores las tierras de vegas que por su naturaleza aluvional y humedad son muy adecuadas para los cultivos tradicionales. 

De allí que a los vegueros de Apure cuyas siembras y cosechas contribuyen a su subsistencia como al giro y vida de las comunidades llaneras, no pueden dejar de atenderse por razones agrícolas y sociales. 

En ese sentido como pequeños productores sin mayores recursos, requieren de agrocrédito y agroinsumos oportunos. No como dádivas ni prebendas pues la prenda de cosechas es suficiente garantía y con todo bien, sus cultivos y cosechas son envidiables. 

Como las de maíz que otros no siembran en áreas potenciales, por falta de vocación agrícola, que a los vegueros de Apure les sobra por ser su esencia.