Comida Hoy y Mañana
El sector productor debe adecuarse a competir revisando sus fincas y empresas.
PEDRO E. PIÑATE B. | EL UNIVERSAL
Para 2025 o sea en diez años, la población estimada de Venezuela en base al Censo 2011, será de 36,8 millones de habitantes. Esto es 6,2 millones de personas más que alimentar respecto a los 30,6 millones de venezolanos que este 2015 estamos sujetos a una dieta incierta de supervivencia por la falta de alimentos.
Las cifras son del Instituto Nacional de Estadística que también proyecta que para 2050 la población total de Venezuela será de 40,5 millones de habitantes. En este escenario de crecimiento demográfico también ocurrirán cambios en su composición por grupos de edades, que inciden en la dieta normativa y su composición, de interés por su efecto en la demanda de alimentos.
Así con más venezolanos que alimentar sobre los hoy desabastecidos y mal alimentados, la conveniencia de atender bien el campo, no debería ser ignorada por quienes gobiernan.
Sin embargo es el caso que todavía en medio de la grave crisis de escasez y desabastecimiento de alimentos que el país padece, la agricultura y los productores siguen siendo relegados.
Tanto así que reuniones van y reuniones vienen con los altos burócratas gubernamentales y no les cumplen nada, solo exigencias. Esto mientras los mismos viajan a otros países y en un santiamén acuerdan con los gobiernos extranjeros comprarles los mismos alimentos que pueden producirse en Venezuela.
Esto a precios internacionales pagados en dólares y hasta con sobreprecios, no con bolívares devaluados y precios al productor controlados. Con tanta complacencia oficial con lo extranjero e indiferencia con lo nacional, la agricultura de puertos es la que florece.
Mientras producir más y mejores alimentos en forma sustentable exige la visión de "comida hoy y mañana", donde con más oferta interna, mayor sea la asequibilidad y estabilidad de los precios de alimentos.
No con subsidios excepto la ayuda social focalizada, sino con libertad económica. En ese sentido el sector productor debe adecuarse a competir revisando sus fincas y empresas, concentrándose en lo mejor que puedan producir y en respuesta a la gran demanda insatisfecha.
Oportunidades existen aún y las políticas adversas a la producción no pueden durar mucho más. La comida de hoy y mañana está en el campo, no en los puertos.
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