Cuando coma carne, tenga siempre presente el esfuerzo e inversión de los ganaderos.
jueves 24 de mayo de 2007 12:00 AM
Este 2007 cuando los expendios vacíos de carne reflejan sin duda los efectos negativos del terror agrario y del control de precios sobre nuestra ganadería, recordamos que para comer carne en las ciudades, cada día los ganaderos venezolanos trabajan en el campo desde muy temprano atendiendo sus fincas y rebaños.
Por eso es bueno conocer que la producción ganadera es una actividad compleja, que envuelve a muchas personas, que en ello derivan sus ingresos: vaqueros, jornaleros, caporales, veterinarios, administradores, hasta el banquero que financia las enormes inversiones.
Así, toma tiempo producir una res para el mercado. Primero deben aparearse o inseminarse las vacas y proveerles de todo tipo de cuidados y alimentos durante los nueve meses que dura la gestación.
Una vez nacidos los becerros se inicia el proceso de cría que dura 7 a 8 meses, hasta que se destetan y separan de sus madres. Comienza entonces el levante, en que los animales ahora convertidos en mautes deben valerse por sí mismos.
Medio año después, se inicia en fincas especializadas y de mejores pastos, el engorde y la ceba de los toros y novillos, lo que suele durar un año más. En todo este tiempo, alimentos, minerales, medicinas y cuidados adicionales son provistos al ganado.
Entonces, llegado el momento, se despachan los ganados gordos al matadero, donde luego del beneficio y la inspección sanitaria, sus canales son clasificados según calidad.
La cadena mayorista y distribuidora finalmente asegura que la carne llegue a todos los detales en Venezuela.
No menos de tres años han transcurrido hasta entonces del pasto al plato. Por eso cuando coma carne, tenga siempre presente el esfuerzo e inversión de los ganaderos venezolanos.
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