Productores
de la Asociación Nacional de Cultivadores Agrícolas (ANCA), piden que para este
ciclo invierno que está próximo a comenzar, la cosecha de maíz blanco y
amarillo sea cancelada directamente por vía del precio y no por subsidio como
pasó en similar período del año pasado.
“El subsidio anterior tardó cinco meses, desde octubre hasta marzo, en ser cancelado. Pese a que la demora fue menor en comparación con otras asociaciones, hay que verle la cara a lo que significa recibir la plata cuando todo se ha devaluado y ha habido una inflación”, dijo Sebastián Bonet, directivo de ANCA.
Pedro José Sánchez, gerente de producción del gremio, sostuvo que la solicitud de los agricultores es que haya un aumento de precio de la próxima cosecha, sobre todo a raíz del alza de la harina precocida de maíz.
Para este ciclo invierno, la asociación estima elevar en un 15% la superficie de siembra. Al momento, maneja una intención de 80 mil hectáreas, aunque cree que la semilla y los insumos alcanzarán para unas 70 y 75 mil has., entre maíz blanco y amarillo. Actualmente, tienen más del 50% de los insumos acopiados, principalmente los fertilizantes.
Sin embargo, “no sabemos en qué porcentaje vamos a sembrar maíz blanco y amarillo, porque aun cuando hicimos nuestras peticiones, tendremos que trabajar con las semillas del color que nos envíen”, afirmó el gerente, al señalar que también hay inquietud con el almacenamiento de la cosecha de maíz, la cual pudiese chocar con los 13 millones de kilos de girasol del año pasado y los 9 mil que recibirán en el presente período norte-verano.
Los representantes de ANCA manifestaron que a pesar de que la cosecha del ciclo norte-verano se desarrolla sin inconvenientes, la producción bajará en al menos un 50% en lo que respecta a girasol -el cual se sembró en unas 9 mil hectáreas- debido a los problemas con la recepción. “La cantidad de sorgo cultivado en 7 mil has. también será inferior, mientras que esperamos buenos rendimientos en las 9 mil has. de ajonjolí que cubrimos este año”, acotaron.
“El subsidio anterior tardó cinco meses, desde octubre hasta marzo, en ser cancelado. Pese a que la demora fue menor en comparación con otras asociaciones, hay que verle la cara a lo que significa recibir la plata cuando todo se ha devaluado y ha habido una inflación”, dijo Sebastián Bonet, directivo de ANCA.
Pedro José Sánchez, gerente de producción del gremio, sostuvo que la solicitud de los agricultores es que haya un aumento de precio de la próxima cosecha, sobre todo a raíz del alza de la harina precocida de maíz.
Para este ciclo invierno, la asociación estima elevar en un 15% la superficie de siembra. Al momento, maneja una intención de 80 mil hectáreas, aunque cree que la semilla y los insumos alcanzarán para unas 70 y 75 mil has., entre maíz blanco y amarillo. Actualmente, tienen más del 50% de los insumos acopiados, principalmente los fertilizantes.
Sin embargo, “no sabemos en qué porcentaje vamos a sembrar maíz blanco y amarillo, porque aun cuando hicimos nuestras peticiones, tendremos que trabajar con las semillas del color que nos envíen”, afirmó el gerente, al señalar que también hay inquietud con el almacenamiento de la cosecha de maíz, la cual pudiese chocar con los 13 millones de kilos de girasol del año pasado y los 9 mil que recibirán en el presente período norte-verano.
Los representantes de ANCA manifestaron que a pesar de que la cosecha del ciclo norte-verano se desarrolla sin inconvenientes, la producción bajará en al menos un 50% en lo que respecta a girasol -el cual se sembró en unas 9 mil hectáreas- debido a los problemas con la recepción. “La cantidad de sorgo cultivado en 7 mil has. también será inferior, mientras que esperamos buenos rendimientos en las 9 mil has. de ajonjolí que cubrimos este año”, acotaron.
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