EL CAMPO VENEZOLANO



"SI EL CAMPO CRECE, TODO EL PAIS CRECE, SI AL CAMPO LE VA BIEN, A TODA VENEZUELA LE VA BIEN"

1 jul 2014

En nuestros estudiantes hay inmensas, infinitas, ganas de aprender
Werner Gutierrez  TodoEl Campo.com.uy
Un recorrido muy intenso durante tres días por las zonas agro productoras de seis estados, realizamos recientemente con nuestros “estudiantes” de la Cátedra Biología y Combate de Malezas de nuestra Fagro – Luz.
Fueron más de 1.800 km de vías agrícolas. Tres días continuos levantados desde las 04,00 horas am. Jornadas de por lo menos 15 horas de trabajo por día, sin almuerzo en la mayoría de ellos, acompañados de sol, calor, sed, largas caminatas, pies sobre barro y agua, cansancio físico y falta de recursos económicos… 
Pero en mis “estudiantes” sobro voluntad, compromiso, ganas de aprender, deseos de conocer ese país agrícola que tanto les había pincelado en mis clases, pero que les había sido esquivo el derecho de conocerlo desde sus entrañas, como pudieron respirarlo, parparlo, percibirlo a través de sus cinco sentidos…
No escuché en ellos expresión de cansancio. No recibí queja alguna por todo lo que exigimos de ellos. Percibí en sus rostros, en sus miradas, en sus preguntas, en sus dudas, inmensas, infinitas ganas de aprender!
Siempre cuando camino mi país agrícola, son muchos los aprendizajes que me llevo, pero estos fueron quizás los tres días más enriquecedores para mí como docente, en los últimos años. 
Me dedique a interpretar cada mirada, cada rostro, cada expresión, cada silencio, cada temor, cada sueño, y cada sonrisa, de mis “estudiantes”.
Nuestra juventud desea una mejor formación profesional. Nuestra juventud está demostrando que tiene la capacidad y el compromiso de construir un futuro mejor para Venezuela, que el tenebroso presente que vivimos, nuestros “estudiantes” nos están exigiendo el derecho a ser escuchados, a ser protagonistas en este presente, de su futuro
Estoy inmensamente orgulloso de todos y cada uno de ustedes, desde lo más profundo de mi alma les agradezco el haberme permitido acompañarlos.
Gracias por despeinar mi alma, mis sueños. Gracias por haber reanimado con sus acciones mi fe y esperanza en nuestra juventud, en mi país, en esa Venezuela agrícola pendiente, que se serán capaces de construir.
Sigan adelante, asuman el reto, no permitan que nadie les coloque ladrillos de pesimismo en su camino. Crean en ustedes mismos, no se conformen con ser solo gotas de una tímida llovizna. Sean un susurro obstinado, capaz de contagiar con su euforia a cientos, a miles de venezolanos, de la convicción, que sí se puede!

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