¿Agricultura por decretos?
Más que decretos, impulsar nuestra agricultura exige un cambio de visión.
PEDRO E. PIÑATE B. | EL UNIVERSAL
Ahora cuando en Venezuela la inseguridad agroalimentaria por escasez y carestía de los alimentos tiende a agravarse, desde el sector productor reiteramos al país, que solo mediante el desarrollo agrícola sustentable, podrá garantizarse la alimentación.
Esto con el objetivo de resolver el déficit creciente de la producción nacional de alimentos y revertir la dependencia en importaciones que supera ya el 70% y en algunos sobre 90%.
Para ello se requiere de una política agrícola hoy todavía inexistente , que siendo parte de la económica, estimule permanentemente el campo para la producción costo-eficiente y competitiva.
En esa dirección corresponde a todos los venezolanos, propiciar la más pronta formulación y puesta en práctica en forma permanente y sin exclusiones, de tan fundamental política.
Teniendo desde 1999, pero no observándose, rango constitucional nuestra agricultura, es obligación ciudadana demandar el cese del terror agrario, los controles y demás acciones contrarias del Estado que en los 15 años transcurridos, han devastado el campo y la producción.
Por eso en la oportunidad de un nuevo régimen presidencial habilitado para legislar, desde el campo advertimos que no funcionará la agricultura por decretos.
La agricultura es una actividad compleja donde intervienen muchos factores. Por su naturaleza biológica y directa interrelación con el clima y el ambiente, los mercados, la política y economía, se considera una actividad de inversión riesgosa.
Además siguiendo los ciclos productivos y las estaciones del año, necesita del duro trabajo del productor del campo. Por desgracia, el fácil rentismo petrolero y minero, ve y trata al agro con desdén aún faltándole al pueblo la comida.
Más que decretos, impulsar nuestra agricultura exige un cambio de visión.
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