Un nuevo récord de la lechería
El sector lechero está cerrando un año excepcionalmente favorable que se ha traducido en una producción récord en el mes de octubre, que alcanzó la inédita cifra de 219 millones de litros.
El Observador de Uruguay
Para tener una idea del salto productivo que ese logro significa, puede considerarse que la producción crece 14% respecto a octubre del año pasado y 13% con relación a setiembre pasado. Es que la producción ha ido de menos a más y, tras un años 2012 relativamente adverso y un comienzo de año dubitativo, el sector se ha ido afianzando y acelerando.
El anterior récord de producción se había dado en octubre de 2011, que fue otro gran año en términos productivos. Pero la producción de este año supera en 4% al récord anterior. Y el impulso que trae la producción permite anticipar que la producción de 2013 superará por primera vez en la historia uruguaya los 2.000 millones de litros.
La producción ha tenido un cambio abrupto en el segundo semestre. Durante al primera mitad del año la recepción de leche por parte de la industria se mantuvo claramente por debajo de los niveles de 2012.
El crecimiento en la producción no es nuevo. Desde la década de los años de 1960 viene en ascenso. Uruguay alcanzó los 1.000 millones de litros como producción anual en 1997, desde unos 600 millones que producía a comienzos de los años de 1990. Pero no fue hasta 2008 que logró alcanzar los 1.500 millones. En este mes logró los 2.000 millones tomando los últimos 12 meses y seguramente siga de largo.
Por un lado, los productores han contado con condiciones muy favorables de lluvias en la primavera como para expandir su producción en base a pasturas. Eso permite bajar costos y lograr un crecimiento que puede ser sostenible ya que la humedad en los suelos debe mantenerse hasta adentrado diciembre por lo menos.
Pero hay otra razón menos azarosa que la generosidad de las lluvias sustentando el crecimiento lechero: a los mercados tradicionales se han agregado las muy fuertes compras de China en leche en polvo y de Rusia en manteca. De modo que los precios de la leche se mantienen muy estables. Siguen la trayectoria de los precios internacionales, que en el mercado de futuros de Fonterra superan los US$ 5.000.
Cuando se observa el desempeño de las exportaciones de lácteos de Uruguay puede observarse que en octubre se ubicaron por segundo mes consecutivo por encima de US$ 4.000 la tonelada, mientras que un año atrás superaban apenas los US$ 3.000 como promedio. La facturación por exportaciones de Uruguay en lácteos superó por primera vez los US$ 100 millones en agosto pasado y seguramente el récord será superado antes de que termine este año. Bastante previsible dado que actualmente el sector tiene los mejores precios de exportación de la historia y la mayor producción de leche de la historia.
China otra vez
El crecimiento de las exportaciones destinadas al mercado de China es uno de los factores cruciales de la mejora que se da en el sector. El gigante asiático nunca había comprado 1.000 toneladas en un mes. Cruzó las 1.000 toneladas en enero pasado. Cruzó las 2.000 toneladas en julio y no bajó de esa referencia desde ese entonces. Y allí Uruguay debe enfrentar una competencia desigual con los países de Oceanía que ingresan con arancel cero mientras Uruguay debe pagar 9% de arancel.
Es la demanda de China la que ha venido primero impulsando y luego sosteniendo los precios internacionales. En particular en el último remate de Fonterra, la oferta de leche de Nueva Zelanda tuvo un incremento muy fuerte y sin embargo China compró lo suficiente como para sostener los precios.
Los precios de la leche en polvo se ubican en US$ 4.700 la tonelada para las posiciones de corto plazo de Global Dairy Trade, la comercializadora de Fonterra. Pero se van a US$ 5.045 para marzo y US$ 5.185 en abril de 2014.
Por eso los productores que forman el llamado Grupo de los 29 en Conaprole recibieron un mensaje de firmeza en la perspectiva de mediano plazo desde la directiva de la cooperativa. Hasta mediados del año próximo los precios están casi asegurados a pesar del aumento en la producción, que se da tanto en Uruguay y el Mercosur como en Nueva Zelanda.
La producción neozelandesa en setiembre fue de 213,7 mil toneladas de sólidos, un crecimiento anual algo menor al de Uruguay –8,3%–, que de todos modos también marcó un récord para la isla que ya ha superado los efectos de la sequía que dañó al sector lechero el verano pasado.
Esta demanda asiática es un factor clave que ha cambiado la lógica de toda la industria. Y la puede seguir cambiando porque las reformas recientemente aprobadas, que levantan parcialmente la obligación de tener un solo hijo a las familias chinas (ver página 8), tendrán su mayor impacto en la industria láctea: más niños, más leche demandada.
Quienes exportan leche en polvo –Conaprole y Ecolat– tienen un nuevo mercado de una solidez impactante y sin techo. Además alivian la situación en el mercado brasileño, donde la entrada de leche en polvo de Uruguay generaba fuertes resistencias entre los productores y presiones para que el gobierno de Dilma Rouseff cuotificara el ingreso de leche uruguaya.
La llegada de China no es la única novedad en el mercado. Son muy voluminosas también las compras de manteca que está haciendo Rusia. Allí también Conaprole tiene la hegemonía.
Pero hay un conjunto de empresas industriales que no tienen la capacidad de hacer leche en polvo y enfrentan una situación mucho más incierta. Venden preferentemente quesos destinados a Venezuela. Un mercado bastante más impredecible.
Estas empresas se ven obligadas a aproximarse en precios a las que realizan leche en polvo, pero sin tener ese negocio, y así ven cómo sus márgenes son muy exiguos y sus costos, tanto por la materia prima como por los demás componentes del costo industrial, se hacen difíciles de sostener.
La producción seguirá creciendo por un precio de granos bastante más accesible, dada la caída de la cotización del maíz, insumo principal de la producción lechera. Pero esa misma favorable relación de precios entre maíz y lácteos que favorecerá a la producción uruguaya también será un estímulo para el sector lechero estadounidense. Y los neozelandeses, ya con un clima normal seguirán aumentando la producción.
Vendrá un momento de mayor competencia y quienes por razones de escala industrial no entren a China tendrán dificultades. Algo que ya le han estado advirtiendo al gobierno en voz baja, pero con preocupación alta.
Expectativa
El diferencial que paga Venezuela respecto al resto de los compradores es suficientemente importante como para permitir pagar un buen precio a los productores, y a la vez imaginar el impacto que tendría que ese mercado dejara de comprar. La concentración en la exportación de quesos a Venezuela preocupa al gobierno. Lo transmitió el presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Ricardo De Izaguirre, al programa Tiempo de Cambio de radio Rural.
Preocupa la concentración, aunque dijo que “no visualizamos grandes problemas” en el comercio con ese país donde el alza de precios y la escasez de divisas conspira contra un fluido intercambio comercial. Destacó la “experiencia” que acumularon las firmas que comercian con Venezuela desde hace varias décadas. La necesidad de alimentos de ese país será “cada vez mayor” al no poder mejorar la oferta interna.
El presidente del Inale remarcó que en el sector quesero hay plantas que no están actualizadas para competir con la leche en polvo. Remarcó que los valores de los quesos son más estables que los de la leche en polvo, un producto más competitivo en Uruguay en los últimos tiempos.
La diversificación de mercados ha sido una tendencia de largo plazo en la lechería. Pero en el sector quesero esa lógica no ha podido manifestarse. El mediano plazo dirá si Venezuela persiste y si en caso de que no esté hay otros compradores como México o Brasil capaces de compensar parcialmente una merma en el que hoy es el comprador principal.
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