El déficit de leche
Para 2013 se ha duplicado el déficit sobre los 2.000 millones de litros anuales.
PEDRO E. PIÑATE B. | EL UNIVERSAL
Hace veinte años, el 30 de septiembre de 1993, ante el Simposio Mundial de la Leche realizado en Madison, Wisconsin, EEUU, expuse el tema "Desarrollo Lechero en Latinoamérica: el caso Venezuela", explicando que durante muchos años se consideraba la producción de leche en los países en desarrollo como un problema difícil de resolver. Entre las varias limitantes, se señalaba como principal el clima tropical que caracteriza a la mayoría de países que clasifican como en vías de desarrollo. Además, las enfermedades animales, el bajo potencial de las razas autóctonas, su manejo y la alimentación. Finalmente las políticas lecheras de los respectivos países.
Por ser la leche y sus derivados, alimentos perecederos que requieren de condiciones altamente higiénicas durante su producción, procesamiento y distribución, los costos respectivos se consideran relativamente altos y solo reducibles mediante la producción de volúmenes significativos dependientes de la demanda. De allí que el progreso de la lechería en los distintos países guarde relación con el poder adquisitivo de la población, como determinante de la demanda interna de productos lácteos y por tanto del crecimiento de la producción. A su vez, el incremento de la productividad es importante y en todos los niveles, al posibilitar menores costos que incidiendo favorablemente en la demanda, estimulan una mayor producción.
En ese tiempo se estimó el déficit lechero de Venezuela para el año 2000 entre 1.000 y 1.200 millones de litros anuales. Para 2013 las políticas equivocadas han duplicado el déficit de leche sobre los 2.000 millones de litros anuales. Por eso recuerdo también aquí las palabras de W.D. Hoard (1885) impulsor de la producción de leche de EEUU: "La dificultad no está en la tierra, no está en el clima, sino en nosotros mismos".
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