Del campo al plato
El daño nutricional será de graves consecuencias al desarrollo de la nación.
PEDRO E. PIÑATE B. | EL UNIVERSAL
De todas las vicisitudes y males que la falta de comida a los venezolanos nos ocasiona, la pérdida de la salud de la nación es quizás la menos comprendida entre quienes desgobiernan.
Solo así se explica que además de acabar con la producción agroalimentaria conduciendo al enorme déficit en que nos encontramos, dispusieron hasta los dólares necesarios para la importación suficiente de comida y agroinsumos.
De allí que por cualquier lado que se visualice la solución, ésta requiere cambiar de la partidocracia y mediocridad imperante.
Conduciendo rápidamente la falta de comida a la pérdida de condición física para el estudio y el trabajo productivo, la salud de la nación se encuentra en estado de emergencia.
Por eso adecuar rápidamente la oferta nacional e importada de alimentos a las necesidades de la demanda de la población, es política de Estado que no puede ser más pospuesta.
Caso contrario el daño nutricional será de graves consecuencias al desarrollo de la nación.
Observando este 2014 la severa escasez de leche, entre otros fundamentales alimentos de la dieta básica del venezolano, recordamos aquí que el daño nutricional resultante es el de nuestros niños, jóvenes, ancianos y de las mujeres embarazadas.
Así que además de la oferta de alimentos suficientes al consumo, es importante considerar su accesibilidad en términos de precios y del dinero disponible de los consumidores para su compra.
La alta inflación y la escasez generalizada de alimentos básicos se combinan reduciendo e imposibilitando el consumo. Como reducir la inflación de alimentos requiere desarrollar nuestra agricultura y los controles no lo permiten, liberar la economía y focalizar el auxilio social a la población vulnerable es lo que sigue.
La comida es segura del campo al plato.
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