EL CAMPO VENEZOLANO



"SI EL CAMPO CRECE, TODO EL PAIS CRECE, SI AL CAMPO LE VA BIEN, A TODA VENEZUELA LE VA BIEN"

13 may 2014

Consumidores se adaptan para sobrellevar la escasez


ANGIE CONTRERAS C.   EL UNIVERSAL

No hay un sector de la economía nacional que no reporte escasez. El faltante de productos es a todo nivel, tanto en las categorías esenciales como en las que no lo son, desde los insumos y materias primas hasta los productos terminados. 

Los venezolanos enfrentan serias dificultades para comprar alimentos, medicinas, artículos de cuidado personal, ropa y calzado, equipos, repuestos, boletos aéreos... La lista de "no hay" se ha vuelto interminable. Las cifras oficiales reportaron escasez general de 29,4% en marzo, la más alta de los últimos cinco años. 

Es parte de la cotidianidad ingeniárselas para conseguir aquello que hace falta. Recorrer varios comercios, someterse a largas colas, anotarse en listas, el intercambio de productos entre conocidos y apelar al "contacto", son algunas de las estrategias que aplican los consumidores para subsistir y sobrellevar la prolongada escasez y los efectos que trae consigo. 

Estudios recientes señalan que para 66,1% de la población el desabastecimiento es su principal problema. Lo sitúan por encima de la inseguridad y el alto costo de la vida, pese a que la inflación es una de las consecuencias de la escasez. 

Ese desgaste de buscar los productos dentro y fuera del territorio nacional obliga a pagar más caro por ese producto que no está de manera oportuna en el mercado. 

La última encuesta de Datanálisis reveló que por los alimentos los venezolanos pagan 89% más del precio oficial. Eso también ocurre con los artículos de cuidado personal, los repuestos, y el resto de los productos que fallan. 

Esto ha incidido en el presupuesto familiar, obligando a reducir las compras. Un estudio de la misma firma reveló que 65,2% de los venezolanos asegura que disminuyó sus compras en 2013, tendencia que se mantiene. 

Pero por más esfuerzos que hagan los consumidores hay productos que ya no existen en el mercado. Ese es el caso del aceite de maíz o el de girasol, los carros y la harina de trigo, cuya escasez es de 100%, según las cifras del Banco Central. 

También ocurre con los alquileres y viviendas nuevas, donde las opciones son extremadamente limitadas. 

Han creado cuentas de Twitter, grupos de Whatsapp y redes de vecinos para correr la voz cuando llegan los productos a los establecimientos. 

Los consumidores se ajustan y tratan de mantener sus niveles de consumo en un entorno que es hostil tanto para ellos como para las empresas que fabrican los productos que demandan. 

Las restricciones en la asignación y liquidación de divisas, las trabas en la entrega de permisos para importar, el rezago en los precios controlados, conflictos laborales, escasez de insumos y materias primas, son algunos de los factores que han minimizado la producción y el abastecimiento de bienes en el mercado nacional. 

El Gobierno ha identificados todos estos problemas, incluso ha ofrecido las soluciones, pero aún no se han materializado. Es justamente la falta de decisión lo que ha potenciado la escasez y la inflación durante los últimos meses. 

Los más afectados siguen siendo los ciudadanos que no tienen más remedio que ajustarse para sortear la escasez. 

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