Comer en escasez

La escasez y el racionamiento durarán por tiempo indefinido.

PEDRO E. PIÑATE B. |  EL UNIVERSAL

Por lo esencial de la disponibilidad de alimentos a la dieta balanceada y el bienestar de la población, los gobiernos de todo el mundo tienen la responsabilidad de asegurarla. Para ello no solo deben estimular la agricultura pero también cuidarla manteniendo en equilibrio las importaciones que en forma desleal puedan perjudicarla. El desarrollo agrícola y rural de una nación es demasiado importante para negarlo, no buscarlo ni alcanzarlo, y menos perderlo de lograrlo por el facilismo importador. De allí que tanto la liberación como el proteccionismo extremos del comercio mundial no prosperen y la globalización tenga todavía normas que sancionar.

En el caso de Venezuela tras 15 años seguidos de despilfarro, después de tanto gastar, regalar, y dejar robar, los petrodólares se esfumaron. Las inversiones productivas no se hicieron y lo que es peor: se negó al sector privado la posibilidad de hacerlo. La agricultura fue severamente golpeada comprometiéndose la seguridad alimentaria de la nación, haciéndola mayormente dependiente de importaciones para poder comer. El terror agrario por ley y los controles de precios y cambiario, convirtieron la agricultura en la actividad económica más riesgosa y menos rentable de todas. Sin garantías a la propiedad e inversión privada en el campo, la agricultura decayó. Las estatizaciones de fincas, de la agroindustria y del agrocomercio, fueron alquimia al revés, inutilizando otrora productivas empresas.

Como quiera que las importaciones alimentarias dependen de dólares que el gobierno no cuenta pues los dispuso y malgastó, la escasez y el racionamiento durarán por tiempo indefinido. En estas condiciones, comer en escasez es un reto para las familias. Con menos cantidad y variedad de alimentos, es importante conocer y dar a conocer su valor nutricional, para que cada familia pueda adecuar y balancear su dieta.