Escasez de alimentos en enero es la más alta en cinco años
Luis Vicente León advierte que se agudizará el desabastecimiento.
VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
Las estadísticas del Banco Central de Venezuela registran que en enero de este año el índice que mide la escasez de alimentos básicos se ubicó en 26,2%, una magnitud que supera en ocho puntos porcentuales a la magnitud de enero de 2013 y es la más alta para el primer mes del año desde 2010.
Básicamente el termómetro señala que la escasez arropa a 26 de cada 100 alimentos esenciales, por el desequilibrio que sufre la economía venezolana caracterizada por una demanda que rebasa abiertamente a la oferta.
La demanda recibe el estímulo proveniente de los bolívares que el Banco Central imprime para financiar al Gobierno y, lo que Luis Vicente León director de Datanálisis, denomina expectativas racionales.
"Las personas compran de más porque si creen que el producto no va a estar en el anaquel, sea un alimento o una medicina por ejemplo, cuando lo encuentran adquieren en mayor cantidad a lo usual para protegerse, hay una anticipación del consumo".
Mientras la demanda es elevada la oferta se contrae por el recorte en la entrega de divisas al sector privado que obliga a disminuir las importaciones y caída de la producción en rubros esenciales.
El recorte de divisas ha derivado en que las empresas privadas tienen una deuda con proveedores en el exterior y casas matrices por el orden de 9 mil millones de dólares. El resultado es paralización de líneas de producción y acelerado descenso de los inventarios porque se detuvo el envío de insumos.
"Aun si el Gobierno comenzara a solucionar este problema ya hay un bache en la producción que nos indica que durante los próximos dos meses el tema del abastecimiento va a empeorar", dice León.
Si bien el Gobierno ha anunciado un plan de importaciones de alimentos para disminuir la escasez, difícilmente por esta vía podrá sustituir eficientemente a las empresas del sector privado y a lo que no producen las compañías expropiadas y estatizadas.
Los últimos datos disponibles precisan que en el tercer trimestre del año pasado la producción de alimentos de las empresas en manos del Estado cayó 11,8% respecto al mismo lapso de 2012.
Precios disparados
La escasez de alimentos es acompañada de un incesante incremento de los precios. El Banco Central indica que en enero se registró un nuevo salto de 4,3% en el costo de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, la variable que impacta con más fuerza a las familias de menos ingresos.
En 2013 el incremento de los alimentos fue de 74%, una cifra que representa el mayor aumento desde que en 1996 el gobierno de Rafael Caldera implementó un severo ajuste que disparó 88% el costo de la comida.
Para este año el Gobierno se propone detener la aceleración de los precios recurriendo al reforzamiento de los controles que comenzó a aplicar en 2003.
El 24 de enero de este año apareció en Gaceta Oficial la Ley Orgánica de Precios Justos, que deroga y fusiona aspectos contenidos en la Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios y la Ley de Costos y Precios Justos, promulgada el 18 de julio de 2011.
Además el Gobierno comenzó a regular los beneficios de las empresas emitiendo una ley que permite una ganancia máxima de 30%.
El fracaso que ha tenido el control de precios no es novedad en Venezuela. Durante el Gobierno de Jaime Lusinchi la inflación anual pasó de 15,7% en 1984 a 40,3% en 1987, en plena aplicación del control de precios y con un agresivo plan de multas y cierres a los "especuladores".
Estudios académicos demuestran que los controles de precios fracasan porque no combaten la causa real de la inflación: el incremento de la cantidad de dinero por encima de la productividad.
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