EL CAMPO VENEZOLANO



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23 feb 2015

Precios del pollo y la carne no se corresponden a la realidad

María Beatriz Parilli   Ultima Hora Web


Mientras los consumidores perciben el aumento del precio de la carne y el pollo como un “golpe” más a su desgastado e insuficiente presupuesto, los comerciantes consideran que el alza no se ajusta a la realidad del mercado y tampoco ayudará a normalizar las distorsiones existentes en la comercialización de ambos rubros.

Este viernes, la Superintendencia de Precios Justos (Sundee) autorizó el aumento el precio de venta del pollo entero a 65 bolívares el kilo a nivel de productor, importador y mayoristas, mientras que la pechuga ahora costará Bs. 125.

El costo del muslo con hueso pasó a Bs. 80,87 el kilo, mientras el muslo sin hueso se elevó a Bs. 90,42. Las alas de pollo en todas sus presentaciones tienen un precio de Bs. 71,04 el kilo y las llamadas “chupetas” de pollo se elevó a Bs. 76,37.

El precio regulado a la carne de primera (lomito, solomo de cuerito, chocozuela, pollo de res, pulsa negra, ganso, y muchacho redondo y cuadrado) quedó en 220 bolívares el kilo, y la carne de segunda (solomo abierto, paleta, papelón, cogote, lagarto sin hueso, falda y chuleta) costará 165 bolívares el kilo.

La carne de bovino con hueso (lagarto con hueso, pecho y costilla) se ajustó a Bs. 121 el kilo, precio con el que, junto con los otros montos, no están de acuerdo algunos consumidores por considerar que el incremento encarece aún más la canasta alimentaria y limita su disponibilidad presupuestaria.

“No se consigue nada y lo poco que hay es caro. En las carnicerías no te venden los cortes que uno pide, sino los que les dan la gana y ahora los precios son más altos. El Gobierno debería trabajar y no encadenarse tanto para estabilizar la economía y mejorar la producción que está malísima porque hay pura importación”, expresó Antonio Escalona.

Douglas Pérez, otro consumidor consultado, cree que es considerable el impacto del aumento, porque los sueltos de los trabajadores no son aumentados en la misma proporción. Dijo que ha tenido que ajustar su dieta dependiendo de los alimentos que consiga y a sus precios de venta. “Si hubiese producción suficiente, no estuviésemos haciendo colas. Hemos llegado al punto de que hay que pedirle a Dios no enfermarse porque tampoco se encuentra medicamento y así, diversas cosas. De verdad que Venezuela necesita un cambio urgente”.

Desfasado

Algunos consumidores hicieron notar que los precios fijados por la Sundee no se corresponden a la realidad, sino que están desfasados. “Aumentaron el kilo de carne a Bs. 220, pero en las carnicerías lo consigues en Bs. 300 a Bs. 450. Lo mismo sucede con el pollo que en algunos lados está en más de Bs. 100. La inflación está por las nubes”, enfatizó Armando Henao.

El encargado de una carnicería, que pidió mantener su nombre en reserva, señaló que los precios regulados no son rentables porque dejan un margen de pérdida. “La gente se sorprende cuando aumentamos, pero luego van a otros negocios y se dan cuenta que los montos son parecidos”, dijo.

En otra carnicería de Acarigua y Araure, se dijo que el problema está en que constantemente los proveedores les venden la carne más caro. “El Gobierno dice que tenemos que vender regulado, pero no controla al que distribuye. Eso es una cadena, el que nos vende dice que en los mataderos y fincas les suben el precio (…) No creo que con este aumento, se vaya a eliminar la distorsión que hay. Si uno vende regulado, tendremos que cerrar y mandar a los trabajadores a sus casas porque ni para pagarles el sueldo mínimo alcanza”, afirmó uno de los comerciantes.

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