Precios del pollo y la carne no se corresponden a la realidad
María Beatriz Parilli Ultima Hora Web
Mientras los
consumidores perciben el aumento del precio de la carne y el pollo como un
“golpe” más a su desgastado e insuficiente presupuesto, los comerciantes
consideran que el alza no se ajusta a la realidad del mercado y tampoco ayudará
a normalizar las distorsiones existentes en la comercialización de ambos
rubros.
Este viernes, la
Superintendencia de Precios Justos (Sundee) autorizó el aumento el precio de
venta del pollo entero a 65 bolívares el kilo a nivel de productor, importador
y mayoristas, mientras que la pechuga ahora costará Bs. 125.
El costo del muslo con hueso pasó a Bs. 80,87 el
kilo, mientras el muslo sin hueso se elevó a Bs. 90,42. Las alas de pollo en
todas sus presentaciones tienen un precio de Bs. 71,04 el kilo y las llamadas
“chupetas” de pollo se elevó a Bs. 76,37.
El precio regulado a la
carne de primera (lomito, solomo de cuerito, chocozuela, pollo de res, pulsa
negra, ganso, y muchacho redondo y cuadrado) quedó en 220 bolívares el kilo, y
la carne de segunda (solomo abierto, paleta, papelón, cogote, lagarto sin
hueso, falda y chuleta) costará 165 bolívares el kilo.
La carne de bovino con hueso (lagarto con hueso,
pecho y costilla) se ajustó a Bs. 121 el kilo, precio con el que, junto con los
otros montos, no están de acuerdo algunos consumidores por considerar que el
incremento encarece aún más la canasta alimentaria y limita su disponibilidad
presupuestaria.
“No se consigue nada y lo poco que hay es caro.
En las carnicerías no te venden los cortes que uno pide, sino los que les dan
la gana y ahora los precios son más altos. El Gobierno debería trabajar y no
encadenarse tanto para estabilizar la economía y mejorar la producción que está
malísima porque hay pura importación”, expresó Antonio Escalona.
Douglas Pérez, otro
consumidor consultado, cree que es considerable el impacto del aumento, porque
los sueltos de los trabajadores no son aumentados en la misma proporción. Dijo
que ha tenido que ajustar su dieta dependiendo de los alimentos que consiga y a
sus precios de venta. “Si hubiese producción suficiente, no estuviésemos
haciendo colas. Hemos llegado al punto de que hay que pedirle a Dios no
enfermarse porque tampoco se encuentra medicamento y así, diversas cosas. De
verdad que Venezuela necesita un cambio urgente”.
Desfasado
Algunos consumidores
hicieron notar que los precios fijados por la Sundee no se corresponden a la
realidad, sino que están desfasados. “Aumentaron el kilo de carne a Bs. 220,
pero en las carnicerías lo consigues en Bs. 300 a Bs. 450. Lo mismo sucede con
el pollo que en algunos lados está en más de Bs. 100. La inflación está por las
nubes”, enfatizó Armando Henao.
El encargado de una carnicería, que pidió
mantener su nombre en reserva, señaló que los precios regulados no son
rentables porque dejan un margen de pérdida. “La gente se sorprende cuando
aumentamos, pero luego van a otros negocios y se dan cuenta que los montos son
parecidos”, dijo.
En otra carnicería de Acarigua y Araure, se dijo
que el problema está en que constantemente los proveedores les venden la carne
más caro. “El Gobierno dice que tenemos que vender regulado, pero no controla
al que distribuye. Eso es una cadena, el que nos vende dice que en los
mataderos y fincas les suben el precio (…) No creo que con este aumento, se
vaya a eliminar la distorsión que hay. Si uno vende regulado, tendremos que
cerrar y mandar a los trabajadores a sus casas porque ni para pagarles el
sueldo mínimo alcanza”, afirmó uno de los comerciantes.
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