Aida Ortiz y Luis Lopez Revista Agronomia UCV Ver Articulo Completo.
Las evidencias actuales sitúan la introducción del cultivo del arroz en Venezuela
en algún momento del siglo XVI, muy probablemente desde la isla La
Española.
Sin embargo, de acuerdo con los datos provenientes de la literatura
“no convencional” o literatura gris, especialmente informes del Banco Agrícola
y Pecuario (BAP) y de los distintos Ministerios de Agricultura, es a comienzos
del siglo XX cuando el consumo de arroz comienza a tener importancia en la
dieta de la población venezolana.
Según estos informes, en 1901 el país adquiría
en el extranjero casi toda la “voluminosa” cantidad de arroz que necesitaba, la
cual era de 1 700 t.
De manera general, existe la creencia (o se nos ha hecho creer) que el cultivo
del arroz se inicia en el país a partir de 1949 mediante el impulso del Plan
Arrocero promovido por la Corporación Venezolana de Fomento (CVF).
Lo
realmente cierto es que a partir de ese momento comienza el proceso de expansión
de la siembra de este cereal.
La incorporación progresiva de la actividad petrolera en las décadas segunda
y tercera del siglo XX tuvo un efecto de impacto innovador en la economía
tradicional y en los patrones de consumo de alimentos.
El aumento de la población,
y de las divisas dispara la importación de arroz.
En las memorias del Ministerio
de Salubridad y Agricultura y Cría (1931-1936) se señala una intensa
campaña de fomento arrocero y por la supresión de las respectivas importaciones,
distribuyendo semillas abundantemente. Ello acompañado con demostraciones
de campo y estudios encaminados a determinar regiones adecuadas para la producción.
Los resultados no fueron los esperados pues en 1936, cuando se crea el
Ministerio de Agricultura y Cría, las importaciones de arroz se aproximaban
a las 13 000 t. El nuevo gobierno impulsa igualmente la producción local y se
continúan los programas de distribución de semillas y promoción del cultivo. En
las memorias del MAC se menciona que en 1939 se repartieron 117 800 kg de
semillas.
También se inicia la instalación de pequeños molinos de arroz, los cuales
son traspasados al Banco Agrícola y Pecuario en 1940. Esta acción conjuntamente
con el establecimiento de los precios mínimos en la campaña 1942-43 fue de gran
importancia para el fomento del cultivo, pues además de los centros de recepción,
se garantizaba una adecuada rentabilidad a los productores.
Con respecto de la investigación, en 1943 se inician los trabajos de mejoramiento
genético del arroz en el Departamento de Genética del Instituto Experimental
de Agricultura y Zootecnia (MAC), orientados hacia la búsqueda
de variedades de alto rendimiento en grano, resistente a enfermedades y de ciclo
corto a intermedio (<170 días), para escapar de las migraciones del pájaro arrocero.
Entre las variedades de entonces destacan Zenith y Blue Bonnet, siendo
ésta última la más recomendada.
Este Instituto jugaría un papel fundamental para el éxito del Plan Arrocero
de la CVF contribuyendo con servicios de apoyo a la producción, tales como
estudios de suelo y planes de fertilización, así como recomendaciones para el
control de insectos plagas y enfermedades.
En 1946 se crea la CVF, y en 1949 da inicio al Plan Arrocero, con la
puesta en práctica de un mecanismo novedoso: el crédito dirigido, el cual viene a
completar el círculo de producción con el soporte del BAP, los molinos de arroz
distribuidos por todo el país, y los servicios de investigación, asistencia técnica y
extensión del MAC.
Pocas veces, desde el sector público, se han desarrollado en el país, planes
agrícolas tan exitosos como este. Efectivamente, de una superficie promedio de
39742 ha/año en el cuatrienio 1948-1952, el área cosechada casi se triplica en
los siguientes 40 años para alcanzar las 121786 ha/año-1 en el lapso 1986-1989.
Aun mas resaltante es el hecho de que la producción arrocera se decaduplica en
ese mismo periodo ascendiendo desde 48682 t hasta 373320 t de arroz paddy. Ello producto de la incorporación de las siembras bajo riego, los avances
varietales logrados por la revolución verde, y mejores prácticas de manejo del cultivo.
Coincide también con este período, el desarrollo de las ciencias agrícolas y
la modernización de la agricultura del país, a lo cual contribuyen notoriamente, los
egresados de la Facultad de Agronomía de la UCV, la creación del Instituto Nacional
de Agricultura, posteriormente Centro de Investigaciones Agrícolas, así como
la construcción de los sistemas de riego públicos: Río Guárico y Las Majaguas.
En la década de los 90, la producción continuará en ascenso y se duplicará,
debido al empleo de modernas variedades, y muy particularmente, por el uso
adecuado de prácticas culturales, como la fertilización y el control de plagas, que
permiten la expresión del potencial de rendimiento de estas variedades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario