Se nos ha expropiado el exquisito aroma del café venezolano: PARTE 2
Werner Gutiérrez Ferrer Mundo Agropecuario
El presidente Hugo Chávez Frías liquida vía decreto de fecha 25 de octubre de 1999, al Fondo Nacional del Café (FONCAFE) dejando al sector cafetalero desprotegido de las funciones propias de este fondo, el cual había sido creado en 1975, generándose su nacimiento a partir del Fondo Nacional del Café y Cacao fundado en el año 1959.
Más tarde, en el año 2004, desde el estado Táchira, el presidente Chávez anuncia el “Plan Café” para ser desarrollado en el lapso 2004 al 2007.
Según el anuncio presidencial este plan dispondría de suficiente apoyo institucional y financiero para garantizar “toda una revolución cafetalera nacional”.
Los representantes gubernamentales ofrecían una cosecha de 5.000.000 de quintales de café para el año 2010, evidentemente este plan fue todo un fracaso.
Para ese momento existían diseminadas por todas las regiones cafetaleras diversas organizaciones privadas de productores de naturaleza económica, bajo la figura de Cooperativas o de Paccas.
Un total de 36 Paccas se contabilizaron en un momento de la historia reciente del país las cuales nacieron con el propósito de eliminar la presencia de los intermediarios en la comercialización del café, y dar condiciones más favorables a los caficultores, a la vez de garantizarles financiamiento, insumos y asesoría a sus agremiados.
En lo personal fui testigo permanente del excelente trabajo que desarrollaba Pacca Sanare en el estado Lara, era un modelo exitoso con amplios beneficios para el productor y el sector caficultor del país.
Lastimosamente este modelo no era el común en el resto de estas organizaciones privada de productores en ese momento de la historia.
En ese intento controlador del gobierno de Hugo Chávez Frías crea a través del Decreto número 7.497, de fecha 22 de junio de 2010 la Corporación Venezolana del Café, S.A. (CVC) con el objeto de administrar, desarrollar, coordinar y supervisar las actividades de la nación en el sector cafetalero, teniendo dentro de su estructura tres empresas filiales Café Venezuela, Empresa Nacional del Café y Fama de América.
Hoy el gobierno tiene la exclusividad de la importación de café de países como Nicaragua y Brasil, y tiene bajo su control el 80 % de la capacidad instalada de las torrefactoras a nivel nacional, no obstante, la escasez de este producto en abastos y supermercados a nivel nacional supera el 70 %.
Con la desaparición de Foncafe, de las organizaciones privadas de productores, y la intervención del gobierno creando un “estado omnipresente y controlador” en todas las fases del proceso de producción, compra de cosecha, importación, transformación, procesamiento, empaque y comercialización del café, sin contar el sector con políticas claras que realmente favorezcan al agricultor y agroindustrial privado, se condena al sector caficultor venezolano a su fase de decadencia absoluta, y terminamos así de enterrar cualquier esperanza “por ahora” de recuperar el sitial de honor que tuvo el café venezolano en el contexto mundial.
La actual política de control de precios impide rentabilidad del cultivo
Para la primera semana del mes de octubre pasado, el para ese entonces ministro para la Agricultura y Tierras, Yván Gil, anunció que el precio del café verde categoría lavado fino quedaba establecido en 15.120 bolívares por quintal, el lavado superior a 11.340 Bs, el lavado a 9.072 Bs y el natural a 6.804 Bs.
El gobierno nacional, incluye en este anuncio, sin previa consulta con el sector caficultor, una nueva categoría del café (lavado fino), que desde agosto del 2013 se mantenía en tres tipos: lavado superior, lavado y natural corriente.
Las reacciones en contra de esta medida de parte de los gremios de agricultores no se hicieron esperar calificándola como absurda por no cubrir ni en un 50 % los costos de producción.
Para ese momento el producir un quintal de café lavado tenía un costo de entre 15 mil a 18 mil bolívares, siendo fijado el precio de venta en la resolución del Ministerio de Agricultura en Bs. 9.072.
Similar situación es denunciada para el quintal de café natural cuyo costo de producción era para ese momento de 12.000 Bs, pero se determinó que el precio de venta fuera Bs. 6.804 el quintal.
Adicionalmente los productores llaman la atención acerca de la medida de establecer la nueva categoría de “lavado fino” considerando que el asignarle el mayor precio de venta a un producto que es de muy escasa producción en el país y que para obtenerlo es necesario la utilización de máquinas seleccionadoras que los caficultores no poseen, fue simplemente “un espejismo” y dejo al desnudo la ignorancia que los funcionarios del gobierno mantienen respecto al sector agricultor nacional.
Finalmente el gobierno nacional escucha parcialmente el reclamo de los agricultores y en nuevo anuncio elimina la categoría de lavado fino, y fija nuevos precios quedando de la siguiente manera: el café lavado superior a 15.120 bolívares el quintal, el lavado a Bs.15.000, el natural en Bs.13.000 y el natural corriente en 9.000 bolívares el quintal.
Los mismos satisfacen parcialmente el requerimiento del sector para octubre del pasado año, aun cuando algunas voces de los productores han aclarado que para el presente producir un quintal de café podría alcanzar hasta los 50.000 Bs.
Esta medida de control de precios de la cosecha del café, sin que los mismos sean revisados periódicamente en una economía con una inflación por sobre el 200 %, mantiene al sector sin poder cubrir los costos de producción y en otros casos con muy bajo margen de rentabilidad, que no les permite aplicar mejoras en el sistema productivo, ni refundar las plantaciones existentes afectadas por la enfermedad de la roya, por lo cual luce imposible “bajo el modelo agrícola y económico actual” el recuperar el sector ni en el mediano, ni en el largo plazo.
Gracias a errores continuos durante muchos años, hoy Venezuela debe importar alrededor de 1.800.000 quintales de café, aproximadamente el 82 % de su consumo.
Según el profesor Carlos Machado Allison ya para el año 2012 las compras foráneas de este grano se traducían en “55.734,52 hectáreas de cafetales sembradas en otros países”, las cuales se estaban dejando de sembrar dentro de nuestras fronteras y alejando el bienestar y progreso de nuestras zonas rurales.
Finalmente algo para la reflexión, en 1998 al momento de ser electo presidente Hugo Chávez Frías para ocupar el cargo de presidente de todos los venezolanos nuestro país producía 3,3 kg de café por habitante, aun para ese momento, éramos un país exportador de este grano.
Hoy, 17 años después solo se produce 0,70 kg por habitante, y disminuyendo esta cantidad año a año.
El verdadero daño a nuestra caficultura no lo causa la roya, para su control existen suficiente adelantos tecnológicos a la mano, la destrucción de nuestra caficultura la sentenciamos desde el mismo momento que apareció un estado monopolizador y controlador.
En un periodo de 4 a 6 años podremos revertir por completo esta situación, para ello disponemos de tierras, conocimientos, tradición y compromiso, solo es necesario decidirnos a cambiar y escoger un nuevo modelo eficiente.
Si Se Puede!
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