“Estamos cansados de hacer colas y esas bodegas patriotas no van a resolver nada”
Consumidores desconfían de que el abastecimiento mejore con la reactivación de expendios del gobierno. Analistas insisten en que se trata de una decisión política que busca frenar el descontento que ha crecido en las zonas populares.
Tomás Socías MARÍA FERNANDA SOJO el nacional
El jueves a las 2:00 de la madrugada, mientras muchos de sus vecinos dormían, Carmen Rojas esperaba un carrito que la llevaría de su casa, en el barrio La Bombilla en Petare, al Abasto Bicentenario de Palo Verde. Quería ser de las primeras en comprar para regresar temprano a su hogar, pero una falla del sistema dañó sus planes: aunque llegó rápido, a las 12:00 del mediodía seguía sin poder entrar.
“¿Qué por qué no me voy? Porque están vendiendo pollo y el que tenía se me acabó. Los que venden en la calle están muy caros y uno tiene que estirar el dinero. Si no fuera por eso ya estaría en mi casa, no aquí peleando con los guardias y llevando sol”, dijo mientras se tapaba la cara con un cartón.
Sus vecinos en la cola coincidieron con ella en la molestia que les genera permanecer largo tiempo en los establecimientos y no siempre conseguir los productos que buscan. Ninguno de los consultados sabía de las 325 bodegas patriotas que el jefe del gobierno del Distrito Capital, Juan Carlos Dugarte, dijo que instalarían ese día en las zonas populares.
Los consumidores que estaban el jueves en los Bicentenario de Macaracuay y Terrazas del Ávila tampoco sabían de las bodegas. “Por mi casa no han puesto nada, por eso a uno le toca seguir yendo a los mercados. Ya estamos cansados de hacer colas y lo más seguro es que esas bodegas patriotas no van a resolver nada”, afirmó Rosa Dachile, otra de las clientes que esperaba en Palo Verde.
La reactivación de las bodegas que serán surtidas por la cadena privada Makro es una de las últimas estrategias ideadas por el gobierno para acabar con la reventa de los productos básicos que, asegura, forma parte de la llamada guerra económica que atenta contra su gestión.
Además de la instalación de estos puntos de expendio, desde mediados de septiembre el Ministerio de Alimentación aumentó las jornadas de mercados comunales en varias zonas del país. En los operativos comercializan alimentos, víveres y artículos de higiene personal y de limpieza del hogar, muchos de ellos importados.
Analistas y consumidores indican que el interés del gobierno por acelerar la importación de productos terminados y distribuirlos directamente a los comercios solo tiene una interpretación política.
“Es evidente que los problemas más importantes para los venezolanos son la escasez y la inflación, y son las variables de mayor preocupación que han impactado negativamente la popularidad del gobierno.
Ahora tratan de vender la idea de que están ejerciendo acciones contra los bachaqueros, quieren generar un ambiente de mejoría antes de diciembre”, afirmó Luis Vicente León, economista y presidente de Datanálisis.
Tomás Socías, asesor agroalimentario y ex presidente de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos, concordó con León: “El Ejecutivo está angustiado por la molestia que provoca la escasez, sobre todo en las zonas populares, más ahora que las elecciones parlamentarias están cerca. Por eso están buscando alternativas por todas partes”, dijo.
Los analistas sostienen que todas estas acciones son válidas cuando de ganar votos se trata y aseguran que la eficacia de las medidas se podrá medir a futuro.
“Lo que hay que preguntarse es si hay productos suficientes para atender la demanda y si estas ventas directas y bodegas patriotas van a perdurar en el tiempo o les va a pasar como a muchos mercales”, agregó Socías.
Rescatar la base
La semana pasada la directiva del Consejo Nacional de Comercio y los Servicios criticó que el gobierno esté distribuyendo los productos que importa solo a los comercios del Estado, dijo que para que los bienes lleguen a la mayoría de los hogares debían ser distribuidos también en los comercios privados.
“Hay que evitar que ningún consumidor se quede sin poder adquirir tales productos, indistintamente de que los bienes importados sean pocos y que solo alcancen para pocos días”, indicó Consecomercio.
León añadió que está claro porque el gobierno busca abastecer primero los comercios oficiales en las áreas populares, porque es allí donde hay más electores, muchos de los cuales los han respaldado en anteriores procesos electorales. “Es la base de la pirámide, si quieres más electores los vas a buscar allí”.
Aseguró que buena parte de la población que suele acudir a otros supermercados sufre los mismos problemas de desabastecimiento, pero tiene más poder adquisitivo y puede comprar en el mercado negro que “está abastecido, pagando más”.
“Hay que preguntarse si hay productos suficientes para atender la demanda y si estas ventas directas y bodegas patriotas van a perdurar en el tiempo”
Venebarómetro: 87,9% de la población está molesta con las colas
Un estudio de Venebarómetro, efectuado entre el 5 y el 15 de septiembre en zonas urbanas y rurales del país, refleja que 79,3% de los entrevistados evalúa negativamente la situación económica de su familia: 15% la consideró regular hacia mala, 33,4% dijo que es mala y 30,9% muy mala.
La encuesta también muestra que 90,4% de los consultados afirmó que hacen colas para adquirir los productos de la cesta básica, pero 87,9% aseguró están molestos por las colas. 85,9% las calificó de “indignantes”.
Y el sondeo de Hercon, realizado entre el 5 y el 20 de septiembre y en el que consultaron a 1.200 electores de todo el país de los estratos A/B, C, D y E, indica que 82,6% de los consultados percibe que la situación económica y social del país continúa y continuará por mal camino.
15% cree que habrá una mejoría en los próximos tres meses. 63% señaló que el gobierno de Nicolás Maduro es el responsable de los problemas de escasez, desabastecimiento, alto costo de la vida, inflación, inseguridad y desempleo.
Solo 3,3% lo atribuye a la guerra económica y 6% a la oposición.
Además, 77,5% manifestó que el deterioro económico está vinculado al llamado socialismo del siglo XXI. Y 19,03% opinó que este modelo resolverá la crisis.
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