Un millardo de dólares no es poca cosa
Invertir en la industria nacional se traduce en más producción, empleo y desarrollo.
TOMÁS SOCÍAS LÓPEZ | EL UNIVERSAL
La deuda con los proveedores extranjeros de la agroindustria es de un millardo de dólares, reportaron en días recientes representantes del sector de alimentos y esa noticia nos hace pensar en las declaraciones que a principios del año hicieron funcionarios del gobierno, comenzando incluso por el propio presidente Nicolás Maduro, acerca de que "hay divisas suficientes" para asumir los compromisos y que se resuelva el problema de la escasez.
Siempre hemos afirmado que los compromisos asumidos deben cumplirse, más cuando se trata de las deudas con los proveedores extranjeros, porque se trata de la imagen del país y del alimento de nuestras familias.
"Nosotros no necesitamos divisas, lo que requerimos es materia prima e insumos para elaborar los productos. Los dólares no pasan por nuestras cuentas. Van directo a los proveedores en el exterior". La cita anterior corresponde a un representante de Cavidea quien dijo una verdad como un templo.
Desde el Ejecutivo, lamentablemente, se han empeñado en hacer creer que los dólares que se asignan van a parar a los bolsillos de los empresarios y no hay nada más alejado de la realidad, además de que no hay tal asignación de divisas, si solo vemos el monto de la deuda que tiene ese sector. Esto, sin contar con otros sectores que tienen reclamos que van por el mismo camino.
Nuestra conducta siempre ha sido la de dar el beneficio de la duda y reconocer los esfuerzos del Ejecutivo por tomar medidas en beneficio de los más necesitados. No obstante, igualmente hemos sido críticos cuando sabemos que las decisiones que se toman son perjudiciales para el país.
La deuda por 1,02 millardos de dólares, que el sector agroindustrial necesita para poder reponer los insumos no es cualquier cosa y hay un responsable.
Lo que está en juego es el alimento para la población que cada vez está más desesperada, porque no hay productos y los pocos que se encuentran son tan caros que los usuarios tienen que debatirse entre comer o pagar deudas y la situación empeora cada vez más.
Sabemos que en el sector alimentos se está produciendo al máximo de lo que permite la existencia de insumos e inventarios, pero estos siguen disminuyendo y llegará el momento en que ya no se podrá producir y esto lo sabe el gobierno.
De allí que el propio Presidente haya dicho que en tres meses arreglará el problema del desabastecimiento.
Pero, mientras el Ejecutivo decide qué medidas tomar, los anaqueles siguen vacíos de productos necesarios, porque llenar estantes con desgrasador, plásticos chinos y paquetes de arroz saborizado no son la solución para el problema de fondo y para decir que es mentira el desabastecimiento.
El mandatario anunció la asignación de 8 millardos de dólares para importación de alimentos, lo cual no soluciona el problema principal, pues por cada dólar con que se compra producto terminado importado se pueden producir cinco veces más alimentos si el mismo dólar se destina al pago de proveedores internacionales.
Y lo maravilloso de invertir en la industria nacional es que se traduce en más producción, empleo y desarrollo, por el bien del país.
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