Imparable la devaluación del bolívar en la frontera
José G. Hernández La Nacion
La moneda
venezolana siguió devaluándose en el mercado cambiario fronterizo,
donde la cotización se rige por el valor del dólar en el mercado
paralelo, cayendo este jueves a 8 pesos por bolívar para la
compra, mientras que el precio para la venta oscilaba entre 8.50,
8.70 y 8.80 pesos.
Operadores cambiarios de San Antonio atribuyeron
la caída del bolívar al progresivo encarecimiento del dólar
en el mercado paralelo, donde ya ronda los 300
bolívares y también a la sobreoferta de billetes venezolanos que
existen en el mercado.
Ante la
progresiva devaluación de la moneda venezolana, que a juicio de ellos
mantiene tendencia a la baja, los operadores cambiarios de San Antonio y
los cambistas de la localidad colombiana de La Parada se abstienen de
comprar bolívares, para evitar pérdidas económicas, lo cual le dificulta
a los usuarios hacer la conversión de bolívares a pesos y si
le aceptan la operación, debe ceder a que le compren la moneda a un
precio más del que en promedio se cotiza en las agencias fronterizas.
En las agencias de los operadores cambiarios de
San Antonio, por lo general, llegan personas colombianas que
tienen pesos y buscan cambiarlos al mejor precio por
bolívares, para hacer compras en el comercio de la frontera
venezolana. También cambian pesos por bolívares los viajeros extranjeros
que ingresan a Venezuela, sin embargo, a pesar de la
devaluación, la afluencia de usuarios no es tan numerosa.
Para las personas que tienen pesos en
su poder, resulta rentable hacer la conversión por bolívares
para hacer compras en el comercio o pagar servicios como alimentación,
hospedaje y también servicios de mantenimiento de vehículos, cambio de
aceite, filtros o frenos, si consiguen los insumos.
No
obstante, hay comerciantes y prestadores de servicio en San Antonio
y Ureña que manifiestan que es poco lo que pueden ofrecer,
debido al desabastecimiento y a la falta de insumos que afectan al
comercio en general. Otros señalan que muchas veces los visitantes
extranjeros se abstienen de comprar lo poco que pueden encontrar en
el comercio del eje fronterizo, por temor a que se lo decomisen en las
alcabalas militares que hay para salir hacia Colombia a través de
los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula
Santander. En dichos puntos de control, los soldados
decomisan incluso un litro de agua, de jugo o cualquier producto
alimenticio, así se trate de una unidad.
Para los venezolanos, a medida que se devalúa el bolívar, resulta más
costoso comprar cualquier producto en suelo colombiano. Aún
así, hay personas que se ven obligadas a adquirir allá
muchos artículos, medicinas o repuestos que no encuentran en el
país. La impotencia y la rabia crecen si el producto que consiguen al otro lado
del río Táchira es hecho en Venezuela pero salió de contrabando, y lo
deben pagar a precio escandalosamente alto en comparación con el valor que
tiene en territorio venezolano.
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