Política cambiaria y control de cambio

Su permanencia prolongada se puede convertir en instrumento político...

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ AZNAR |  EL UNIVERSAL

El desarrollo económico y social de cualquier país necesita la formulación y ejecución de un plan de mediano plazo que contenga los lineamientos básicos de la acción del Estado y de los particulares. 

Este plan de desarrollo debe especificar los objetivos y metas concretas a cumplir anualmente por cada uno de los sectores productivos y sociales. También debe especificar no solo la responsabilidad del Estado a través de sus instituciones sino también la participación del sector privado para el cumplimiento de las metas. 

Obviamente debe expresar el financiamiento que el país necesita para lograr sus objetivos. El plan de desarrollo debe contener los indicadores macroeconómicos como son las tasas de inflación, las tasas de crecimiento económico, los resultados de la balanza de pagos, los tipos de cambio, etc. 

Para el cumplimiento del plan juega un papel muy importante el tipo de cambio que deberá regir durante el período del plan. 

La política cambiaria debe prever un equilibrio de la economía en sus cuentas externas, en forma que estimule las exportaciones para que los productos nacionales puedan competir en los mercados internacionales así como también competir con los productos importados que pretendan venderse en el interior del país. 

Los países atraviesan momentos críticos en su economía en los que se requiere acciones drásticas de política cambiaria, siendo la preferida por los gobernantes el establecimiento de controles de cambios. 

En estos casos, el control de cambios solo debe ser un instrumento transitorio mientras el Estado corrige las circunstancias que originaron su creación. Si un control de cambios se mantiene en forma permanente por largos años, es la demostración del fracaso de la política económica gubernamental. 

Su permanencia prolongada se puede convertir en instrumento político y en terreno abonado para la corrupción de funcionarios y particulares 

En Venezuela tenemos experiencias en control de cambios. En el año 1961 el gobierno de Rómulo Betancourt se vio obligado a establecerlo debido a la crítica situación heredada de la dictadura de Pérez Jiménez y a la salida de divisas por la incertidumbre política de esas fechas; este control de cambios duró tres años. 

En 1983 el gobierno de Luis Herrera lo implantó otra vez ante la masiva fuga de capitales como consecuencia de una errada política económica que estimulaba esa huida de capitales. Este régimen permaneció seis años hasta que en el año 1989 fue eliminado por el gobierno de Carlos Andrés Pérez. 

Posteriormente en 1994 el gobierno de Rafael Caldera lo estableció de nuevo debido a la fuga de capitales derivada de los auxilios otorgados por la crisis bancaria; se mantuvo dos años hasta 1996.

A principios de 2003 el gobierno de Hugo Chávez estableció un nuevo control de cambios vigente hasta la fecha, con diversas modificaciones. 

En los 13 años transcurridos este control de cambio se ha convertido en un instrumento permanente, no transitorio, en el que se sustenta buena parte del peso de la política económica, con las graves consecuencias y distorsiones que está teniendo sobre la economía del país.