EL CAMPO VENEZOLANO



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15 may 2015

La falta de materia prima golpea la producción de alimentos


Víctor Salmerón  Quinto Día

Las cifras de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), registran que la deuda de las empresas con sus proveedores de materia prima e insumos en el exterior aumentó 27%, desde 805 millones de dólares en marzo hasta 1.022 millones al cierre de mayo. Por el retraso en el pago se reducen los despachos al país.

Cada semana, la mayoría de los venezolanos buscan infructuosamente en supermercados y abastos productos como leche, harina de maíz precocida, aceite, café, margarina y leche en polvo. Aunque el Banco Central oculta las cifras de escasez, las largas filas a las puertas de los comercios evidencian el desabastecimiento, y todo apunta a que sin un rápido entendimiento entre el sector privado y el Gobierno, el número de anaqueles vacíos crecerá en el corto plazo.

Entre las causas que explican el desabastecimiento, destaca la falta de materia prima para que las empresas produzcan. Ante la ausencia de ahorros para enfrentar el declive de los precios del petróleo, el Gobierno recortó la entrega de dólares al sector privado y, por tanto, las empresas no cuentan con suficientes divisas para cancelarle a los proveedores extranjeros.

Las cifras de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), registran que la deuda de las empresas con sus proveedores de materia prima e insumos en el exterior aumentó 27% desde 805 millones de dólares en marzo hasta 1.022 millones al cierre de mayo.

“Desde enero a la fecha, la no cancelación de la deuda con los proveedores ha provocado que se detengan algunos de los despachos de materia prima e insumos a Venezuela”, dice un documento elaborado por Cavidea y empresarios consultados señalan que si no hay una autorización de divisas para disminuir significativamente la deuda, muy probablemente se detendrá por completo el envío de materia prima a Venezuela.

El primero de febrero de este año el vicepresidente de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria y ministro del Despacho de la Presidencia, Carlos Osorio, afirmó que el presidente de la República, Nicolás Maduro había aprobado para el sector de alimentos “más de 8 mil millones de dólares para todo lo que tengamos que traer importado, porque nadie nos va a sacar a nosotros del camino de seguir protegiendo al pueblo”.

No obstante, este presupuesto de divisas no ha contemplado la aprobación de recursos a las empresas privadas, a fin de que puedan ponerse al día con sus proveedores en el exterior. Las estimaciones de Cavidea señalan que si el Gobierno utiliza el grueso de los dólares en la importación de alimentos terminados, estaría empleando de mala manera los recursos.

Cavidea sostiene que por cada dólar con que se compra producto terminado importado se pueden producir cinco veces más alimentos si el mismo dólar se destina al pago de proveedores internacionales, a fin de regularizar el envío de materia prima al país.

“Las industrias de alimentos lo que requerimos es materia prima e insumos para elaborar nuestros productos. Los dólares no pasan por nuestras cuentas. Van directo a los proveedores en el exterior”, dijo la semana pasada Pablo Baraybar, presidente de Cavidea.

La escasez de divisas no es la única causa que explica la escasez de alimentos. El sector privado afirma que el Gobierno mantiene precios controlados que no permiten cubrir los costos; el 57% de las empresas reportan un ausentismo laboral de 10% que tiene consecuencias negativas para la producción, y en los últimos años la producción agrícola ha pasado de la autosuficiencia a la importación de más de 40% en algunos rubros clave.

Más control

Convencido de que enfrenta una “guerra económica” orquestada por el sector privado y de que la escasez tiene su origen en los “bachaqueros”, es decir, personas que adquieren productos a precios controlados y los revenden en el comercio informal, el Gobierno se dispone a reforzar los controles.

“En los meses de mayo, junio y julio estoy dedicado personalmente, con equipos especiales, para estabilizar, regularizar el sistema de abastecimiento por encima de estos grupos capitalistas que se la pasan saboteando la economía del país”, anunció Nicolás Maduro.

Al mismo tiempo, el ministro Carlos Osorio adelantó que “en todos los comercios de las redes de Mercal y Pdval ya están instalados los sistemas captahuellas en su totalidad, y próximamente vamos con una tarjeta de abastecimiento seguro como parte de los mecanismos para controlar la distribución de los productos, ordenados por el presidente Maduro”.

Básicamente, la idea es controlar la cantidad de veces que los consumidores pueden adquirir los productos de la cesta básica para evitar la reventa.

Carlos Osorio agregó, que esta semana “debe estar articulado todo este sistema en lo que llaman la nube (informática)”, en la que “están interconectadas todas las informaciones de las personas que asisten a un Mercal en un lugar, o a un Pdval o a un Bicentenario, para controlar la guerra económica”.

El superintendente de precios justos, Andrés Eloy Méndez, precisó que el plan de control también abarcará al comercio privado: “En un mes y medio tendremos captahuellas en todas las redes de supermercados del país”, dijo.

Qué esperar

Analistas consideran que el Gobierno continúa enfocado en atacar las consecuencias de los desequilibrios, y no las causas. Las captahuellas podrían disminuir la reventa de productos en el mercado informal, pero no detendrán la caída de la producción y por ende lo previsible es que la escasez continúe presente.

Otro factor a tomar en cuenta, es que mientras la oferta tenderá a reducirse la demanda continuará en alza porque la administración de Nicolás Maduro fabrica billetes para gastar recursos en aumentos de salarios, misiones y subsidios que en realidad no tiene.

El Banco Central no ha publicado cifras de inflación de este año, pero las cifras disponibles desnudan la aceleración de los precios.

El boletín de la FAO registra que en 2014 la inflación de alimentos en los diez países que representan 95% del PIB de América Latina y El Caribe experimentó un aumento promedio de 14,3%, mientras que en Venezuela el incremento fue siete veces superior y se ubicó en 102,2%.

Después de Venezuela, Argentina es el país donde los alimentos se encarecen con mayor fuerza tras un salto de 19,7%, seguido de Nicaragua con 11,7%, y Uruguay con 11,2%.
En la acera contraria, El Salvador con un aumento de 3,7%, seguido de Paraguay con 4,2%, y Colombia con 4,5% son los países con el menor aumento en el costo de los alimentos.

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