Ley de Semillas bloquea la competitividad y los avances tecnológicos, advierten especialistas
JULETT PINEDA Efecto Cocuyo
Aunque fue promulgada el 28 de diciembre y entró en vigencia el pasado 27 de marzo, laLey de Semillas sigue dando de qué hablar.
No solo entre los diputados de la Asamblea Nacional la normativa ha tenido sus detractores: los productores y especialistas en la materia también se oponen a su aprobación.
Las principales razones que preocupan a ambas partes son el contenido ideológico incluido en la norma y su oposición a los avances tecnológicos en materia de transgénicos.
Esta vez fue en la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales donde se debatió la Ley. Sin bancada opositora ni bloque de la patria, pero con un diputado que también se dedica a la producción de café, se puso sobre la mesa la normativa aprobada apresuradamente por el antiguo parlamento en diciembre de 2015.
Los especialistas Alejandro Pieters, Rodrigo Agudo, Pedro Omaña y el diputado Alexis Paparoni estuvieron a cargo de las ponencias del foro Ley de Semillas en el contexto tecnológico y económico.
A continuación, los puntos principales del debate:
1. El cierre a lo tecnológico. El director ejecutivo de la Asociación Venezolana de Empresas Semilleras (Avesem), Pedro Pablo Omaña, aseguró que la nueva ley se opone a los avances tecnológicos en el sector. “La Ley de Semillas cierra la puerta del desarrollo a las semillas y a los productores (…) baja la competitividad en comparación con otros agricultores y con otros países de la región. No permite la productividad sostenible de los cultivos”, apuntó.
Omaña agregó que la normativa le quita a los productores la libertad de decidir los procesos que mejor les convengan. “Todo este circuito agroalimentario comienza por la semilla”, dijo. También calificó como excluyente la ley, pues “no regula, sino que prohíbe el uso de semillas transgénicas“.
A pesar de que 15 empresas semilleras son las que conforman la asociación, el especialista afirmó que el país no cuenta con suficiente tecnología para proveer a los agricultores de mejores semillas.
2. Contenido ideológico. La presencia de adjetivos como “socialista” y “afrodescendiente” para calificar a las semillas que se producirán bajo el nuevo marco legal fue uno de los aspectos en el que hizo énfasis más de un experto.
“Lo que hay es una gran dosis de ideología“, aseguró Rodrigo Agudo.
El diputado de la Mesa de la Unidad Democrática, Alexis Paparoni, también sacó a relucir este punto: “Propone una visión socialista en una medida de carácter científico”.
3. La promoción del conuco. Uno de los puntos más criticados de la reciente ley es la proposición de este sistema de producción.
El investigador del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), Alejandro Pieters, calificó como “preocupante” que se estimule el conuco como sistema productivo y como pilar para construir la seguridad alimentaria.
“El conuco es un sistema basado en la deforestación, cultivo de poco tiempo y abandono posterior. Y esta ley lo coloca como núcleo”, dijo.
4. Inventarios en rojo. En el país hay una necesidad de semillas, aseguró Omaña.
De todos los alimentos que anteriormente producía la asociación, aseguró, ahora solo trabajan conhortalizas, mientras que el Gobierno se ocupa de cubrir el resto de la demanda.
“Antes se determinaba cuáles eran las semillas que se necesitaban”, explicó.
5. Sin soberanía ni seguridad alimentaria. La falta de cifras oficiales hace aún más opaco el diagnóstico de la situación de los agricultores.
De acuerdo con Agudo, desde 2007 no hay estadísticas agrícolas oficiales, únicamente las que ha publicado el Estado a través de sus Memorias y Cuentas.
A pesar de la falta de transparencia, el especialista asegura que “Venezuela tiene 5 años en un proceso regresivo en la producción alimentaria“.
Según el especialista, en el país no hay soberanía alimentaria, pues no se aprovecha de forma eficiente la actividad agroeconómica. “Con lo que se produce, se exporta y así se financian las importaciones”, dijo.
Para garantizar la seguridad alimentaria debe haber un inventario de siete meses, aseguró el experto.
Sin embargo, Agudo señaló que la crítica situación que atraviesa Venezuela en esta materia empezó en los últimos cuatro años.
“El Estado se puso a hacer lo que no sabe hacer y dejó de hacer lo que debe.
Justamente lo que falta, como la leche y la azúcar, fueron los rubros que el Estado se puso a trabajar y los que escasean hoy”, dijo.
Rechazo desde la academia
Desde principios de 2016, la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales(Acfiman) se pronunció contra la Ley de Semillas, no solo por su repercusión en los productores, sino también en el ámbito científico.
“Con esta ley se desconocen las investigaciones en biotecnología, aplicadas ampliamente en todo el mundo”, señala en un comunicado emitido en enero.
En el documento se precisa que este tipo de cultivo permite variedad de beneficios, como la reducción de insecticidas yplaguicidas y la disminución de la erosión de los suelos.
También apunta que en la región existe una tradición agrícola con este tipo de cultivos mayor que la de Venezuela.
De acuerdo con el comunicado, 29 países cultivaron en 2015 más de 185 millones de hectáreas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario