No hay Comida
Carlos Dickson, presidente de Fedecámaras-Zulia, advierte que acuerdos sin respuesta de divisas limitan producción de bienes. Caraota, arroz, pollo, carne, leche, café, harina y aceite desaparecen.
Yasmin Ojeda La Verdad
Las reuniones con el Gobierno nacional para recuperar la producción de alimentos desde el sector privado no tienen engranaje que muevan las tuercas de la economía.
Y es que Fedecámaras-Zulia advierte que “no hay inventarios para responder a la demanda de productos.
No hay divisas” para producir y los controles persisten, trancando la fluidez de confianza que reclaman los productores en términos de precios, seguridad y rentabilidad del negocio en Venezuela.
Carlos Dickson, presidente de Fedecámaras-Zulia, explicó que las divisas para las importaciones de bienes son “importantes”, pero no hay contundencia en las medidas oficiales, ya que se establecen acuerdos sin respuestas de donde saldrán los dólares y se insiste en regulaciones, lo que significa mantener paralizada la actividad productiva, porque ni siquiera la oferta Dicom (mercado flotante de divisa compensatorio) está funcionando como lo necesita el sector.
En los mercados está la realidad y en las acciones del Gobierno con los Comités Locales de Alimentación y Producción para llevar la comida a los hogares. Dickson considera que los CLAP “van a ser una alcabala más para la distribución” de la demanda de alimentos. Responsabiliza del atorradero en los supermercados a las restricciones en las compras implementadas por el Ejecutivo desde hace tres años.
“Esos comités no van a producir nada. Es perder el tiempo en planificar la demanda y no hay producción”.
Caraota, arroz, pollo, carne, leche, café, harina y aceite desaparecieron de los anaqueles por los efectos de las políticas gubernamentales en la cadena de producción, distribución y ventas.
“No hay inventarios para responder a la demanda porque sencillamente desde 2006 la política de expropiación en cinco millones de hectáreas y empresas interrumpió la cadena productiva”.
Invoca la sensatez frente a la escasez de divisas en la dinámica de la producción. Señala que someter al productor a usar sus últimos ahorros sin garantía de sostenibilidad es empujarlos a “pérdidas”.
Mientras, existe un dólar preferencial a 10 bolívares asignado a alimentos y medicinas que no alcanza para cubrir el consumo nacional, una plataforma del flotante sin fuerza ni precisión y un paralelo “innombrable” que puntea.
El escenario de las divisas y escasez de productos lo explica en la leche.
El productor requiere insumos y alimentos concentrados para dar de comer al ganado.
Sin importación de esos bienes -al dólar que sea- se paraliza la continuidad de la producción, desaparece la leche.
La regulación fijada está a Bs. 16 el litro a puerta de corral “y la leche pasteurizada se consigue en 400 bolívares”. Así está el comportamiento del mercado.
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