EL CAMPO VENEZOLANO



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14 dic 2015

Producción oficial anual de leche y carne es un misterio


Yasmin Ojeda   La Verdad

La producción oficial anual de leche y carne es un misterio. 
Las aproximaciones se estiman por los volúmenes colocados en la industria láctea y mataderos. 
Al tiempo que el Ministerio de Agricultura y Tierras se guarda el secreto de la caída de la actividad; cómplice con el de Alimentación que hace silencio por el retroceso del consumo.
En la mesa del Banco Central de Venezuela están los datos mensuales, listos, pero reservados al Gobierno que maniobra tomar decisiones sobre el futuro agropecuario, retrasando de la meta de lograr el plan de 740 mil toneladas anuales de carne bovina.
Así está el escenario en el que se encuentra la ganadería venezolana, mientras que la inflación en los precios de los insumos agropecuarios se eleva y la sinceración de los rubros es aplastada por intereses oficiales, que dan paso a rezagos peligrosos para la continuidad de la producción.
Lo oficial y asegurado por el propio presidente Nicolás Maduro es que esa variación general de precios en los sectores económicos de Venezuela escala 80 por ciento. Indicador moderado ante el cálculo de los economistas que auguran un cierre por encima de 120 por ciento.
Lo que en la finca se traduce, a frases coloquiales del campo, en que un mata gusano, necesario para evitar infecciones en los animales, se dispare por encima de los dos mil 500 bolívares. 
“Antes no superaba los 500 bolívares”, recuerda Daniel Ariza, presidente de la Asociación de Ganaderos del Municipio Colón (Aganaco).
En riesgo
Comerse un queso zuliano, acompañado con arepa y nata, es la delicia mañanera que no se puede perder, resalta Larry Fernández, miembro de la Asociación de Ganaderos Nor-oriental del Lago (Aganorla), como efectos de los embates inflacionarios y los problemas que tiene el sector para producir leche y su derivado.
María Antonieta Devis, economista e investigadora, advierte que “hay inflación en todos los sectores” que alteran los costos de producción, afincados más en alimento concentrado y mano de obra, primeros en los desequilibrios de la estructura.
Tres de las materias primas para garantizar la comida de las reses son importadas: soya, sorgo y maíz. 
Lo que pone un obstáculo para garantizar a tiempo el insumo al rebaño, suelta Juliana Velazco, médica veterinaria de la Universidad del Zulia.
Giogiola Villasmil, economista y analista del sector agrario, explica que en el caso de costos por mano de obra los saltos tienen dos razones: salarios decretados y bonificaciones extras para evitar la renuncia de trabajadores, el peso del gasto se enfrenta a un precio del producto sujeto a control oficial. 
"En la ganadería los productores le dan incentivos a los obreros para que no se les vayan. Pagan un bono, más el sueldo mínimo y el cestatiques".
Cuatro aumentos de salarios se oficializaron en Gacetas. Desde febrero se ajusta el mínimo a percibir por los trabajadores. 
Mientras el año cierra con más de 65 por ciento de incrementos -incluida alimentación-, el precio de la leche a puerta de corral tiene 15 meses sin revisión. La carne tiene rezago lo que golpea la rentabilidad del negocio ganadero.

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