Es un reto sacar frutos a un campo en crisis
María Andreína Aguilar El Impulso
Familias que por años han cultivado la tierra, hoy no le ven futuro a esta actividad por los diferentes obstáculos encontrados en el camino. La escasez de insumos, las lluvias, al igual que la sequía registrada en algunos puntos de la localidad, retrasan la producción de las cosechas de papa, cebolla, pimentón, tomate, maíz y cilantro, rubros que suelen darse entre los municipios Jiménez (Quíbor) y Andrés Eloy Blanco (Sanare).
La Confederación de Asociación de Productores Agropecuarios (Fedeagro), informó recientemente que los productores están haciendo lo posible para garantizar los alimentos que demandan los consumidores larenses y del resto del país, pero es un reto porque no cuentan con el suministro: semillas, abono, herbicidas, insecticidas para eliminar las plagas, fungicidas para erradicar los hongos, ni tampoco agroquímicos.
Especialistas señalan que la carencia de productos se acentuó, poco tiempo después de la expropiación de la empresa Agroisleña, autorizada por el expresidente Hugo Chávez Frías a mediados de 2012. Desde entonces el apoyo financiero, las asesorías y la distribución de productos en grandes cantidades cesaron cuando la nueva administración, bajo el nombre de Agropatria, hizo cambios radicales que perjudicaron al sector.
Javier Martín, encargado de reanudar la Asociación de Horticultores del estado Lara, recuerda que en épocas de abundancia, los productores de Sanare, municipio Andrés Eloy Blanco, podían darse el lujo de adquirir, a partir de noviembre, entre dieciséis mil y veinte mil sacos de papa (cada uno de cincuenta kilos), para la temporada de verano, mientras que en invierno la cantidad solía ser mayor, sobrepasaba los treinta mil sacos por hectárea, cantidad que disminuyó notablemente.
Para una sola cosecha, por ejemplo, los trabajadores del campo utilizan actualmente cerca de trescientos sacos, una cuota que está por debajo de sus expectativas. Ante las limitaciones climáticas y el retroceso, el portavoz dice que se sienten con la soga al cuello, sin embargo hacen su mejor esfuerzo para salir de la crisis.
"La sequía influye, también la lluvia; entre abril y agosto bajó el rendimiento de la producción de papas en un 40%, se han perdido cortes de repollo y lechuga, pero esas son cosas de Dios, en cambio las malas decisiones del Gobierno no las aceptamos” recalcó Marín.
Los revendedores también incursionan en el área agrícola. Consiguen la materia prima que algunas empresas ya no tienen en existencia, luego la ofrecen a precios exorbitantes aprovechando la necesidad que muchos tienen de sacar adelante la siembra.
"En estos momentos el acceso a los insumos es una especie de lotería, Agropatria no tiene nada, las casas agrícolas menos. Si recurrimos a los revendedores perderíamos prácticamente el capital" confirmó Marín a EL IMPULSO.
Para el ingeniero y productor agropecuario Julio Anzola, el tema del desabastecimiento es preocupante y puede empeorar, si el Estado sigue postergando la asignación de divisas.
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