RECTORÍA DEL SECTOR
AGRICOLA
JULIÁN
CASTRO MARRERO
En
Venezuela como parte de una decisión administrativa denominada sacudón, bautizo
endógeno del alto gobierno, se re-estructuró la organización de la
administración pública, con base en vice-presidencias, modalidad que ya
existía, no obstante ahora con el añadido de algunas y variaciones en otras en
sus componentes.
En esta
re-estructuración el sector agrícola queda ahora, sí se quiere, mejor situado,
siendo cabeza de una de estas vicepresidencias. Se interpreta que el gran
propósito es integrar en un ente las diferentes instituciones públicas que
cumplen funciones en el sector.
Sin embargo, para el logro exitoso de este
propósito, hay una condición indispensable, que es la elaboración de una
política agropecuaria, con sus planes y programas. Programas que serían la
expresión ejecutoria de la política.
Ahora bien, esta política no la conocemos,
para saber como por ejemplos se incrementará la producción de carne y leche o
como se adelantará la atención en sanidad animal y vegetal en el país. Por lo
tanto sí existe es necesario divulgarla, de lo contrario urge construirla.
Experiencias
nacionales e internacionales señalan la utilidad de la cogestión del sector
privado y oficial para construir e instrumentar programas en el área
agropecuaria. Crear espacios de participación y concertación,
institucionalmente formalizados para asegurar su continuidad administrativa,
representados en comisiones nacionales y comités estatales es una modalidad
factible para considerar la política y viabilizar los programas.
Estas comisiones constituidas por miembros de
la cadena productiva, de la educación superior, de gremios profesionales, de
organizaciones internacionales presentes en el país y funcionarios del estado.
La
cogestión aporta experiencias gerenciales, conocimientos del como hacer y crea
compromisos con los objetivos tanto en el componente privado como en el
oficial; del mismo modo establece la obligación de informar o explicar en casos
del no cumplimiento con los acuerdos y deberes.
En ese
orden de ideas existe una condición indispensable, que se disponga de un
organismo de rectoría y un plan rector. Venezuela tiene la infraestructura, los
recursos financieros, la organización gremial y el recurso humano para
adelantar rutas que permitan la prosperidad en el campo y la felicidad en la
mesa de sus habitantes.
La puesta
en práctica de una novedosa política agrícola colocaría un circulante de
recursos en Universidades, Institutos de Investigaciones Agrícolas, Industrias
y Comercios del Sector y en las Unidades de Producción. Asunto que se evidenciaría en fuentes de trabajo y bienestar general.
La
política agrícola hará más eficiente la burocracia de los organismos oficiales
dedicados a la atención del sector agrícola y optimizará la utilización de los
recursos financieros orientados a la estrategia crediticia de los entes
financieros.
Hay una
coyuntura en la situación país que debe ser aprovechada. Se expresa esta por la
disposición al dialogo, la escasez que domina la escena, los indicadores de
producción que señalan la prioridad de atender la agricultura y la cría, la
disposición de una remodelada organización gubernamental y lo mas importante
del momento que es que la nación entera espera de sus recursos humanos una
propuesta de solución al problema agrícola existente.
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