Producción Agrícola Nacional
FRANCISCO FILARDO A. Ultima Hora Digital
La población de Venezuela según el Instituto Nacional de Estadística (INE) se estima en 31 millones de habitantes.
Esto quiere decir que necesitamos producir en el sector agrícola suficientes alimentos para satisfacer la demanda que requiere el país. Justamente la agricultura forma parte del sector primario de la economía que genera gran cantidad de empleo directo y por efecto multiplicador produce un mayor empleo indirecto, por tanto este sector debe desenvolverse de manera prioritaria por la fuerza de trabajo que genera, lo cual es un requisito indispensable para el desarrollo del país y para el logro de mejores niveles de vida de la gente que es lo que más importa, porque además el sector es responsable por los alimentos requeridos por la población nacional.
Nadie duda que la crisis actual en producción agrícola es consecuencia de políticas erróneas que vienen aplicándose y definitivamente deben abolirse.
Debemos erradicar la política de darle prioridad a las importaciones que gustaron mucho cuando obteníamos dólares fáciles por altos precios del petróleo.
Nuestro desarrollo no puede depender del determinismo histórico, ni de nuevas políticas petroleras.
Nuestras metas de desarrollo económico deben porque sí darle prioridad a la producción, y la agricultura juega un papel de primer orden porque va a permitirnos autoabastecernos entregando a los consumidores nacionales los alimentos que demandan.
En nuestro país existen suficientes recursos físico natural, financieros y humanos.
Esto quiere decir que estamos en condiciones para lograr un crecimiento económico sostenido mediante el aumento de la producción.
El aumento de la producción puede lograrse con el incremento de la productividad que nos permitiría cumplir con el requisito de competitividad, lo cual implica lo que llaman los agrónomos la aplicación del paquete tecnológico que supone buenas tierras suficientemente adecuadas, semillas certificadas, abono, herbicidas, insecticidas, siembras y cosechas a tiempo, buena maquinaria, y vialidad que permita el traslado de insumos a los sitios de siembra y de los productos a los sitios de procesamiento.
La otra forma de aumentar la producción es mediante la incorporación de nuevas áreas aptas para las siembras.
Claro está que tiene que contar con un financiamiento a tiempo y fijar con antelación los precios mínimos de los rubros agrícolas.
Estos precios mínimos deben revisarse antes de iniciar la siembra de cada rubro y tienen que obedecer a un análisis sincero de los costos de producción, de tal manera que los precios que se paguen al agricultor sean remunerativos, para que con la rentabilidad o excedente económico se tenga oportunidad de mejoramiento de las fincas y mantenimiento y reposición de maquinarias y equipos.
Debo decir que hasta la fecha los recursos naturales en Venezuela no son una limitante para el desarrollo agrícola.
La disponibilidad de tierras agrícolas rebasan las necesidades de producción vegetal en función de las demandas internas, dentro de un horizonte de tiempo bastante largo, incluso podríamos exportar muchos productos.
Se concluye que a pesar de la situación actual del país que es sumamente crítica hay un amplio campo para ejercer la acción pública y privada.
Tenemos el deber de ver con optimismo las posibilidades de producción agrícola en el país.
Hay que alcanzar el abastecimiento para los 31 millones de habitantes con consumos per capita satisfactorio, pero además hay que planificar no solo para tomar en cuenta nuestro crecimiento demográfico y para exportar.
Hay necesidad de continuar con los grandes proyectos de desarrollo agrícola estudiados en todos los aspectos, los cuales necesitan ser puestos en un marco de prioridades dentro de un Plan Agrícola Nacional que debe elaborarse con metas a corto, mediano y largo plazo.
Los Proyectos Guanare-Masparro, Turén-Majaguas, Cuenca del Unare, Zona Sur del Lago de Maracaibo, Módulos de Apure etc. tienen que ser revisados para ponerlos en marcha nuevamente dentro del concepto de vigilar el estricto cumplimiento de su desarrollo.
El Plan Agrícola Nacional tiene que ser elaborado por un grupo de expertos, porque será la clave para que el país de un salto en la producción agropecuaria y nos conduzca a independizarnos de las importaciones dando a nuestros agricultores la oportunidad de ser más competitivos.
El plan debe acabar con la nefasta agricultura de puertos, porque la independencia alimentaria es vital para el crecimiento económico, la generación de empleo y el bienestar de los venezolanos.
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