El modelo económico afectado por inflación y bajo crecimiento
El Gobierno resalta el éxito de un modelo signado altos precios y escasez.
SUHELIS TEJERO PUNTES | EL UNIVERSAL
La contradicción perdura: centrarse en el aprovechamiento de la renta petrolera o usarla como palanca para diversificar la economía.
A ese reto se han enfrentado todos los gobiernos desde la nacionalización del hidrocarburo, cuando de pronto un chorro de recursos comenzó a recorrer toda la economía. Hugo Chávez, quien se mantuvo en el poder durante 14 años, se planteó no solo acabar con el rentismo sino, además, sustituirlo por un modelo productivo socialista.
"La economía no puede seguir dependiendo en tal alto grado del ingreso petrolero", dijo el expresidente Chávez en el año 2011, tras 12 años gobernando a Venezuela.
Ayer mismo el vicepresidente del Área Económica, Rafael Ramírez, señalaba que el ingreso petrolero debía "servir de herramienta para producir bienes no petroleros" y, si bien reconocía que todavía el Gobierno marchaba hacia un "modelo económico que se pueda sustentar", reiteraba que el mismo era profundamente exitoso.
Los resultados de ese éxito han sido en 2013 una inflación de 56,2% y un crecimiento económico que se desinfló a 1,3%, en un año en que los precios petroleros, principal fuente de los ingresos nacionales, retrocedieron 3,8%, según indican los datos oficiales.
Una menor disponibilidad de las divisas petroleras, en un modelo que no genera ingresos por otras vías y en que el Estado controla cada dólar que circula, ha generado que la máquina económica ya no esté tan bien aceitada.
El crecimiento dio un frenazo desde el 5,6% de avance del Producto Interno Bruto que se registró en 2012 hasta un tímido 1,3%, en un año en que el Ejecutivo guardaba buenas previsiones económicas.
La disminución de las divisas que se inyectan a la economía ha tenido consecuencias en el abastecimiento de productos básicos, en un país que justamente por esa falta de dólares, ha reducido dramáticamente su producción en gran parte por la falta de insumos.
La escasez ha trepado hasta 29,6% en marzo, de acuerdo a los datos del BCV, su nivel más elevado de los últimos años, con algunas ausencias históricas de 100%, como la del aceite de maíz que desapareció de los anaqueles.
Para intentar desviar el destino de una crisis económica que analistas avizoran en el horizonte, ahora el Gobierno nacional pone en marcha la "nueva ofensiva económica", la segunda parte de una estrategia que ya no estará centrada en las fiscalizaciones a los comercios que incumplan precios -como en noviembre del año pasado- sino que estará dirigida a la ampliación de las capacidades productivas del sector industrial.
Ya sobre el tema de los precios el Ejecutivo nacional, investido de poderes habilitantes, promulgó una Ley de Precios Justos que le pone un techo a las ganancias de las empresas pero que, además, permite al Estado decidir cuáles serán los precios de los productos.
Con ello, el Gobierno de Nicolás Maduro amplifica una política de control de precios vigente desde que Chávez la aplicó hace 12 años. Ya no son solamente los productos básicos, ahora hasta productos como los carros, ropa y calzados, además de los alimentos, deberán venderse a los "precios justos" que definan las autoridades.
Una vez más, pero en medio de intensos controles sobre la actividad económica, la administración de la era chavista intenta quitar el lastre petrolero de las cuentas nacionales.
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