CONSIDERANDO
QUE:
- El ganado
constituye
un
elemento esencial
en
materia
de
seguridad alimentaria,
generación
de
ingresos, subsistencia de pequeños
productores y disminución de la pobreza.
- Las principales enfermedades animales revisten una importancia social y económica, en particular aquellas altamente contagiosas y transfronterizas, y son los factores que más limitan la producción
ganadera. Su impacto se observa tanto en la reducción de la productividad y el acceso restringido a los
mercados,
como en la eliminación de rebaños o manadas enteras, lo que a su vez conlleva una pérdida
de biodiversidad y de valiosos recursos genéticos, sin contar
los
riesgos para la
salud pública.
- La
globalización
del comercio implica el desplazamiento
de animales y productos derivados transportados a gran velocidad y largas distancias, lo que aumenta el
riesgo de propagación de los principales patógenos entre países o regiones.
- La fiebre aftosa todavía está ampliamente extendida en el mundo, en particular en Asia, África y Oriente Medio; a finales de mayo de 2012, más de 100 países aún no estaban libres de fiebre aftosa y seguían representando una amenaza
permanente para los países libres. La fiebre aftosa puede afectar gravemente o interrumpir el comercio regional e internacional de animales y productos
animales, y
causar enormes daños financieros. En los países en desarrollo, donde a menudo
se subestiman los
efectos adversos de la fiebre aftosa, la enfermedad
socava la seguridad alimentaria y el desarrollo económico, tanto en las pequeñas explotaciones como en las cadenas de producción más avanzadas.
En
otras regiones del mundo, el sacrificio sanitario masivo ha generado cuestionamientos éticos y
de bienestar animal que no se circunscriben al sector agrícola, sino que se extienden a la sociedad en su conjunto.
- La documentación científica indica que, en la mayoría de las regiones del mundo, los ungulados
silvestres son susceptibles a la fiebre aftosa, pero no mantienen el virus en
ausencia de
infecciones en
curso en animales domésticos. En África subsahariana, el búfalo africano (Syncerus caffer) puede representar una fuente de infección de
fiebre aftosa para los animales domésticos, aunque en los últimos diez
años no todos los brotes de
la enfermedad en el ganado se han asociado con búfalos. En algunas regiones, en particular en
África meridional, dado que la persistencia del virus en ciertos
animales silvestres constituye una amenaza para la población de rumiantes domésticos, el
impacto de las medidas de control de la fiebre aftosa destinadas a la conservación de la fauna silvestre adquiere
una
importancia
considerable.
- La reciente situación epidemiológica, con la incursión del virus de la fiebre aftosa en países libres
(Japón, Corea y Bulgaria) e infectados (SAT2 en Egipto y Libia), muestra una vez
más
que incluso los países en los que el virus ha
sido eliminado durante años, la amenaza persiste y deben estar plenamente preparados para la emergencia o
reemergencia de esta enfermedad.
- El control en el
origen
de enfermedades animales transfronterizas (EAT), tales como la fiebre aftosa, es de interés común para países infectados y no infectados y debe considerarse como un ‘bien público mundial’.
- El control de la fiebre aftosa y de otras EAT no puede ser sostenible en ausencia de una buena
gobernanza de los sistemas de sanidad animal, incluyendo Servicios Veterinarios eficientes que cumplan las normas de la OIE, actualicen de manera constante la legislación adecuada y cuenten con
el respaldo de asociaciones entre el sector público y el privado.
- La primera Conferencia Mundial OIE/FAO sobre la fiebre aftosa, celebrada en Asunción, Paraguay, en
junio de 2009, recomendó que FAO
y OIE establecieran un Grupo de Trabajo centrado en esta enfermedad dentro del ‘Programa Global para el
Control
Progresivo de
las
Enfermedades
Transfronterizas de los Animales’ (GF-TADs) y, por último, que se elaborara una Estrategia Mundial de control de la fiebre aftosa.
- La 79.a Asamblea Mundial de la OIE realizada en mayo de 2011, en París, respaldó la preparación de la Estrategia Mundial de control y solicitó una consulta de expertos y representantes de instituciones nacionales,
regionales e internacionales.
- La puesta en práctica de medidas sanitarias con base científica fundamentadas en el Código Sanitario
para los Animales Terrestres (Código Terrestre) y
el
Manual de las Pruebas de Diagnóstico y de las Vacunas (Manual Terrestre) de la OIE resulta esencial para minimizar las posibles consecuencias económicas y comerciales de
la fiebre aftosa.
- La Estrategia Mundial de control de la fiebre aftosa publicada y discutida durante la Conferencia Mundial FAO/OIE sobre el control de la fiebre aftosa, realizada en Bangkok,
Tailandia, del 27 al 29 de
junio de 2012, no constituye una actividad independiente, sino una combinación de
tres
componentes
interrelacionados: control de la fiebre aftosa, consolidación de los Servicios Veterinarios y, por último,
prevención y control de otras enfermedades de gravedad
para el
ganado. La meta es reducir el
impacto mundial de la enfermedad, servir de punto de entrada para alcanzar avances sostenibles en las prestaciones de los Servicios Veterinarios y, a su vez, mejorar la situación de la sanidad animal con
respecto a otras enfermedades (efectos secundarios). La
Estrategia Mundial es lo suficientemente
flexible como para aportar respuestas adaptadas a los diversos contextos
y en función de la etapa en la que se encuentre el país teniendo en
cuenta la ‘Senda Progresiva para el Control de
la
Fiebre Aftosa’ (PCP-FMD, por su sigla en inglés), y
las
diferentes iniciativas regionales existentes tales como la
Campaña de Lucha contra la Fiebre Aftosa en Asia del
Sudeste y China (SEACFMD) y las instituciones
de Suramérica.
- Los países endémicos atraviesan diferentes etapas de lucha contra la fiebre aftosa, reflejo de su desarrollo socio-económico y de las características de sus sectores ganaderos. En lo que toca el
control
mundial, es necesario encontrar la forma
de alentar a todos
los
países a comprometerse con
este esfuerzo planetario.
- Además del ‘Proceso para la evaluación de los Servicios Veterinarios de la OIE’ (Proceso PVS, por su sigla en inglés) y de los artículos pertinentes en el Código y Manual Terrestre de la OIE, nuevos
artículos en el Código Terrestre permiten a la OIE validar los programas
nacionales de control de la fiebre aftosa presentados por los países que, aunque todavía no estén libres de
fiebre aftosa, ya se encuentren en un nivel avanzado como la etapa 3 de la Senda Progresiva. Esta etapa marca su entrada en
el proceso orientado a permitir que su población de animales domésticos se reconozca libre
de fiebre aftosa por la
OIE.
- El procedimiento de la OIE ofrece las etapas definitivas para los países que buscan el reconocimiento
internacional de su programa de control de
la enfermedad así como el estatus libre de fiebre aftosa, mientras que
la
‘Senda Progresiva de para
el Control de la fiebre aftosa’
(FMD-PCP), una
nueva
herramienta conjunta de la FAO, la Comisión Europea de lucha contra la fiebre aftosa (EuFMD) y la
OIE, brinda un mecanismo para que otros países se comprometan y contribuyan al esfuerzo de control
mundial sin tener
la meta inmediata de estar libres de
la
enfermedad.
- Existen diversas herramientas esenciales para la Estrategia Mundial de control de la fiebre aftosa,
incluyendo vigilancia eficaz, laboratorios de diagnóstico competentes con
redes de trabajo
internacionales, vacunas apropiadas para el control de la fiebre aftosa en los países endémicos y
para
el mantenimiento del estatus libre (antes de la suspensión total de la vacunación), preparación en casos de emergencia y respuesta inmediata para nuevos
eventos
de
la enfermedad.
- El refuerzo de competencias a nivel técnico y de gestión, al igual que una comunicación regular y efectiva que permita la creación de asociaciones públicas y privadas y que cuente con la colaboración de
los propietarios de animales, es crucial en
cualquier estrategia de control.
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