Producción anual de leche en el país supera los 2.400 millones de litros
“Se debería fomentar el consumo de leche fluida por varias razones, y esta coyuntura que tenemos es ideal para comenzar a hacerlo”, señala Andrés Kowalski, coordinador nacional del Programa Integral de Desarrollo Lechero.
Fedeagro Correo del Orinoco
Las dificultades que se pueden presentar con la distribución de leche en el país, asegura Andrés Kowalski, coordinador nacional del Programa Integral de Desarrollo Lechero (Pidel), no responden a una baja en la producción nacional, sino a dificultades de logística en la obtención de la leche en polvo importada, cuya falta, aclaró, ha generado un déficit en el mercado.
Entrevistado por el Correo del Orinoco, indicó que según lo previsto con el Ministerio del Poder Popular para Agricultura y Tierras, en primera instancia, se irá resolviendo el problema de falta de forraje en la época de sequía, y de manera simultánea se atenderá la logística de insumos.
Reconoce que actualmente hay una necesidad, no solo de insumos, sino de maquinarias y otros implementos necesarios para impulsar el desarrollo aún más la actividad productiva en los campos.
“Por alguna razón, que tiene que ver con la caída de los precios del petróleo, ha habido una disminución en la entrada de productos y maquinarias, la cual se está resolviendo a través de importaciones dirigidas realizadas por el Mppat”, asintió.
FINANCIAMIENTOS E INSUMOS
Recientemente, el titular de ese despacho, Yván Gil, anunció el otorgamiento de 369 millones de bolívares en créditos a 174 pequeños y medianos ganaderos del occidente del país, para un total de 720 millones de bolívares, entre los meses de enero y julio de este año, como parte de las acciones que adelanta el Ejecutivo para fortalecer la producción de leche en el país.
En el estado Portuguesa, en un encuentro con 5.700 productores asociados al Pidel, Gil indicó que afianzarán el apoyo que el Gobierno les brinda a través de esta iniciativa, con más financiamientos, así como con la dotación de maquinaria e insumos.
“Ahora estamos determinado las necesidades de insumos, maquinaria e infraestructura para atenderlas”, ratificó.
El ministro aseguró que por medio del referido programa, que nació hace 10 años para brindar acompañamiento técnico y formación para el manejo de prácticas a fin de mejorar la organización del sector y la productividad, se ha creado una base de datos que cuantifica el nivel de producción, la genética, la condición sanitaria y el manejo alimenticio del rebaño.
PRECIOS JUSTOS
Como parte del plan de mejoras, el pasado miércoles el viceministro para el área Agrícola y Pecuaria del Mppat, Alfredo Baldizan, sostuvo una reunión con el circuito agroindustrial de leche de larga duración (UHT) y queso, a fin de solventar las situaciones que afectan al sector.
“El tema fundamental es aumentar la producción nacional y llegar a un acuerdo de precios justos entre el sector lechero público y privado”, enfatizó, según reseña nota del Mppat.
Baldizan aduce que el Estado los puede subsidiar y ayudarlos con la materia prima y planes de mejoramiento genético, pero advierte que, “de nada sirve hacer eso si el pueblo no puede adquirir los alimentos por sus altos costos”.
Asimismo, anunció que esta semana retomarán conversaciones con los productores industriales de leche pertenecientes al sector privado, para comparar las estructuras de costo y llegar a un acuerdo, con la posibilidad de que pueda “resurgir una prueba de subsidio de la leche, como se operó el año pasado, que dio buenos resultados”.
A criterio del funcionario, “no se trata solamente de buscar el subsidio en moneda, sino de manejar una alternativa a un diferencial de precios”, garantizándoles los suministros de insumos, veterinarios y maquinaria, así como semillas de pasto y alimento balanceado, a fin de equilibrar el precio que se fija a través de la Sundee y el precio real.
SE MANTIENE EL DÉFICIT
Kowalski explicó que los 10.243 productores agrupados en el Pidel, que están ubicados en 15 estados del país, generan al día alrededor de 1,3 millones de litros de leche. La data de estos productores, que de acuerdo con el especialista conforman cerca de 10% de los productores nacionales, ha permitido saber, mediante diversos análisis estadísticos, lo que sucede en todo el país en materia de producción de leche con 99% de asertividad. “Lo que estamos viendo en ese 10% es lo mismo que ocurre con 90% restante”, asintió.
En tal sentido, detalló que en el país hay 100 mil productores de leche, de los cuales, 88 mil producen entre 1 a 200 litros diarios y 11.500 generan entre 201 y mil litros, mientras que 1.250 ofrecen diariamente más de mil litros. “Entre estos tres grupos se producen no menos de 6 millones de litros diarios de leche, lo que quiere decir que la producción anual supera los 2.400 millones de litros”, resumió.
Comenta que, aunque se produzcan seis millones de litros mensuales, se necesitan casi 9 millones, “porque tenemos 29 millones de habitantes y se consumen alrededor de 110 a 120 litros por habitante por año, lo cual da unos 3.200 millones de litros que, al dividirlos entre 365, que son los días del año, nos permiten obtener el consumo de leche diario en Venezuela”.
EVITAR EL DETERIORO
Sobre ese déficit, “que siempre ha existido porque nosotros nunca hemos sido autosustentables”, el experto suma otro elemento distorsionador, que no se había visto antes y que se ha podido detectar en este momento gracias a los análisis del Pidel: Y es que 90% de los productores de leche en Venezuela no se preparan para la época de sequía.
Otro punto importante es que, con la leche producida en el campo venezolano, 50% de los productores elaboran queso en las fincas. Esgrime que “si no se hiciera ese queso en estas fincas, la mitad de la leche se dañaría en los campos, porque 95 de cada 100 productores no tienen capacidad para enfriarla, y si después de dos horas de haber ordeñado a las vacas no se enfría esa leche, esta se empieza a descomponer”. Por eso, justificó, “una manera de proteger el producto para que no se dañe es transformarlo en queso”.
El coordinador del Pidel asegura: “Gracias a que el productor venezolano elabora ese queso, el Estado no tiene que importarlo para satisfacer la demanda, ahorrándose con ello más de mil millones de dólares, y se consigue en el mercado para el consumidor. La variación de su valor, contextualiza, depende de la situación climática.
PRODUCCIÓN Y CONSUMO
Otro elemento a considerar, según Kowalski, es la forma en que se consumen los lácteos en Venezuela: “Una cosa es cómo se produce la leche, y otra muy distinta es cómo se consume”. Refirió que el consumo de leche en polvo se ubica en 42%, y agregó que esta, “es importada en su totalidad”.
En el país se hace leche en polvo, aunque en muy poca cantidad, aclara, “pero esa leche pulverizada en Venezuela se usa exclusivamente para procesos industriales, como fabricación de yogures, cremas y helados”.
Por otra parte, otorgó 41% al consumo de leche en forma de queso. “Culturalmente, el venezolano es comedor de queso. Incluso, el latinoamericano, culturalmente es comedor de queso”. Señala que este rubro no compite con la preferencia o favoritismo por la leche.
“Si las personas van al abasto a comprar leche y no consiguen, no se llevan queso en su lugar. El que va a comprar queso, lo busca porque le gusta el queso, no porque no haya leche”, contrastó.
Un 14%, añade, es atribuido al consumo de leche fluida, que es la pasteurizada y la de larga duración. El 3% del consumo restante, menciona, responde a los productos derivados, como bebidas achocolatadas y chicha, entre otros.
La pasteurizada, acota, “no se está viendo en este momento porque hay un inconveniente con la regulación de su precio, el cual dificulta la comercialización”. Contrastó que el precio de venta al público es de 18 bolívares, pero el precio de compra al productor en la finca es de 16 bolívares.
A eso hay que agregar el valor del flete desde la finca a la receptoría, y de la receptoría a la planta, más el manejo de receptoría, de unos 5,40 bolívares, lo que sumado a los 16 bolívares que se le pagan al productor, da un monto de 21,40 bolívares.
Por si fuera poco, ahí no está calculado el pago por concepto de procesamiento, empacado y traslado de la planta a las distribuidoras y de las distribuidoras a los abastos.
PREPARARSE PARA LA SEQUÍA
El especialista asegura que no hay una solución inmediata para la problemática que se ha estado presentando con la leche, pero insiste en que sí se pueden desarrollar planes de forma simultánea para lograr avances a mediano plazo. Uno de ellos, refiere, es mejorar la asistencia al productor.
“Nosotros hemos detectado que 9 de cada 10 productores no se preparan para la sequía, y la sequía viene todos los años y los golpea muchísimo. Por eso es que también en la época de sequía se elevan más los precios, porque hay una disminución de la oferta”, detalló.
Sin embargo, asegura que ya se está trabajando en una estrategia para que todos los productores puedan producir sus alimentos durante la sequía, a través de cultivos estratégicos “pero eso se va a lograr por lo menos en dos o tres años”.
El reto es que, para finales de este año, al menos 7 de cada 10 productores se hayan iniciado con esos planes, aunque hay estados en que ese número es menor, esgrimió. “Se trata de un problema de planificación y capacitación, pero ya estamos trabajando en eso”, reiteró.
CAMBIO DE HÁBITOS
El otro aspecto, destaca, es que el momento es propicio para cambios positivos en nuestros hábitos alimentarios. “¿Por qué seguimos fomentando el consumo de leche en polvo en Venezuela?”, cuestionó.
En su criterio, “se debería fomentar el consumo de leche fluida por varias razones, y esta coyuntura que tenemos es ideal para comenzar a hacerlo”. Por primera vez, después de 60 años, celebró, “tenemos la oportunidad de poder cambiar la estructura cultural de consumo de leche en el país”.
El vocero aduce que la leche en polvo tiene la desventaja de que es acaparable, y que por tanto puede ser comercializada ilegalmente a modo de bachaqueo:
“Nadie se puede llevar más de tres litros de leche pasteurizada para su casa, porque posiblemente se le daña, pero sí puede sacar 10 kilos de leche en polvo, que equivalen a 80 litros de leche reconstituida, y guardarlos por varios meses”.
Además, afirma que, con la leche en polvo, el Estado no tiene la capacidad de garantizar la inocuidad del producto cuando es preparado en el hogar del venezolano. “No se sabe con qué calidad de agua las amas de casa en su cocina puedan estar reconstituyendo esa leche.
Si esa agua tiene carga microbiana, que evidentemente en zonas donde no hay agua potable eso sucede, se está exponiendo al producto más nutritivo y perfecto de la naturaleza a convertirse en un caldo de cultivo”, advirtió.
CALIDAD DEL PRODUCTO
A eso añade que con la leche en polvo tampoco se puede garantizar la calidad del producto final. “Si la gente no tiene mucho recursos, en vez de colocarle ocho cucharadas por litro, como se recomienda en las indicaciones de preparación, le coloca seis. Al destinar ese preparado a niños, lo que están haciendo es subalimentándolos”, analizó.
Si el Estado, que según afirma, es el único importador de leche en Venezuela desde hace varios meses, “en alianza con el sector privado, toma esa leche en polvo y la reconstituye en sus propias plantas y en la de sus aliados, aseguraría la inocuidad del producto, porque estaría utilizando un agua controlada, y su calidad, porque utilizaría las ocho cucharadas reglamentarias por litro”.
Dice que la iniciativa “no es ninguna locura ni estafa”, puesto que eso está normado en Venezuela; además, se hace de manera exitosa en México, que es un gran importador de leche.
“Ya el Estado está trabajando en una propuesta de aceptación por el consumidor, aunque no es tan sencillo hacerlo. La idea sería mezclar un porcentaje de leche reconstituida con un porcentaje de leche completa, para mantener el sabor y no sea completamente de leche reconstituida, y el consumidor la acepte”, describió.
REBAÑO EFICIENTE
El incremento de la producción de leche en el país, en opinión del vicepresidente de la Confederación Nacional de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), Aquiles Hopkins, tiene dos vías de expansión: “Haciendo más eficiente el rebaño existente o ampliando ese rebaño”.
Para Hopkins, la opción más viable es la primera. Asegura que, para alcanzar esa meta, hay que garantizar un mayor número de vacas preñadas, pero para ello hay que desarrollar un “plan sanitario eficaz” que abarque medicinas, vacunas y control de enfermedades reproductivas. “Necesitamos traer todas las medicinas que el rebaño requiere, que hoy día están muy deficientes”.
Asimismo, señala que “Venezuela, por estar ubicada en el trópico, recibe los embates de la variabilidad climática, que no son solo los efectos de El Niño y La Niña”. Por ello, alega que “en las zonas donde la sequía tiene alta incidencia es muy poca la leche que producen las vacas que ahí se tienen”.
En tal sentido, sostiene que para que esas vacas puedan dar más litros de leche por parto, hay que proveer una buena alimentación, para lo cual es vital ampliar los programas de producción de alimentos balanceados y el programa de conservación de forraje, “de manera que en los momentos en que no haya oferta de pasto en el país los animales dispongan de ese forraje”.
EXPERIENCIA EXITOSA
Hopkins considera que “el Estado pudiera ahorrarse millones de dólares en importación de leche y de carne, si se atendieran con mayor énfasis estos programas”. Insiste en que “el ganadero del futuro, para ser exitoso, debe convertirse en agricultor, para producir la comida de su rebaño”.
De acuerdo con el vocero de Fedeagro, la experiencia que han tenido las productoras y los productores asociados a esta cámara -en torno a la conservación de forraje- ha sido extraordinaria.
“Desde hace ocho años, nosotros venimos fomentando con mucho éxito la conservación del forraje, sobre todo en aquellas zonas que son altamente impactadas por la variabilidad climática, como lo son los estados Cojedes, Apure, Guárico, Anzoátegui, y parte del Zulia”, detalló.
El también productor esgrime que “con ello se ha mejorado en esos lugares la tasa de preñez de los rebaños y la ganancia de peso diario”. Sin embargo, destaca que para tener resultados más amplios, se requieren más equipos e insumos:
“No hemos podido expandir el programa nacional de conservación de forraje porque no hay los insumos para la siembra, ni equipos nuevos, ni repuestos para nuestras maquinarias”.
EXPANSIÓN DEL REBAÑO
En cuanto a la segunda opción, el dirigente señala que la expansión del rebaño estaría muy bien, “pero esos nuevos vientres que llegarían al país también necesitan de un plan sanitario y de una buena alimentación”.
Además, sostiene que los vientres importados “salen muy costosos”. Afirma que, por menos dinero, se podrían traer al país las medicinas que los rebaños requieren.
“Hoy en día pareciera que se hacen disparos al aire; se importan unos novillos por aquí y otros por allá, pero cuando se va a buscar la medicina, los niveles de escasez y desabastecimiento que tenemos son realmente importantes.
Es verdad que se ha hecho un gran esfuerzo con el tema de la aftosa, pero no es solo la aftosa”, expresó.
Incluso, refiere que en el canje de deuda que se está haciendo con Uruguay, en vez de traer alimentos, deberían mandar medicinas. “Si seguimos trayendo los productos terminados, en vez de traer las herramientas para la producción nacional, cada día vamos a estar peor.
En la medida en que el país produzca menos, se va a tener que importar más, y vamos a seguir dependiendo de que haya dólares o no, o de que el petróleo suba o baje”, acotó.
Si con la aplicación de un plan sanitario eficiente y un buen control nutricional se lograra incrementar en 10% la preñez del rebaño nacional el año que viene, aduce, podríamos tener 10% más de leche en el país; y en tres años, 10% más de carne, “porque esas vacas que se preñaron van producir más leche y van a dar becerros que en el futuro se van a convertir en carne para la población”.
PELIGRO DE DESERCIÓN
Para el dirigente de Fedeagro, la deserción no es una conducta generalizada dentro del sector agricultor y ganadero, aunque asevera que sí ha habido un pequeño abandono en rubros que se han visto muy afectados, como el café. “La producción de café, que es desarrollada por campesinos, ha caído en los últimos cinco años en 70%”, detalló.
Lo que sí se está viendo de manera muy marcada, advierte Hopkins, es que “con la crisis que ha habido, la generación de relevo no está del todo convencida de que hay que seguir trabajando en los campos”.
Al respecto, comentó que los productores están intentando convencer a esa generación de relevo para que permanezca en sus lugares de origen, “pero para que ellos se convenzan, la actividad agrícola debe dar resultados, dar respuestas, y permitir bienestar a los productores agropecuarios”.
Asegura que, si seguimos teniendo controles de precios que no se ajusten a la realidad, seguirá habiendo problemas. “Mientras que la leche tenga un precio oficial de 16 bolívares, cuando el precio real de mercado es muy superior a ese, no habrá incentivo”.
En su criterio, el Gobierno tiene que “reconocer las estructuras de costos”, porque las pérdidas no solo afectan al productor, sino al país entero.
“Si al productor agropecuario se le obliga a vender a pérdida, ¿de qué manera mejora en tecnología, de qué manera hace inversiones en sus unidades de producción, cómo se prepara para ser más eficiente y más productivo, cómo compra más vacas, cómo compra más tractores?”, cuestionó.
La consecuencia inmediata, esgrime, es que se va a producir menos y eso finalmente afecta al consumidor.
Además, comenta que otro elemento que se tiene que abordar en lo inmediato es la inseguridad. “La delincuencia nos está espantando de zonas productivas a lo largo y ancho del territorio nacional.
Si no se generan condiciones para la producción nacional, como seguridad jurídica, seguridad personal, reglas claras de comercialización, rentabilidad, acceso a tecnologías, será muy difícil expandir la frontera agrícola en el país”, concluyó.