Sembradíos de palma aceitera están en riesgo

Werner Gutiérrez, ingeniero agrónomo y exdecano de la Facultad de Agronomía de LUZ, explica que hay “escasez de herbicidas y fórmulas adecuadas de fertilizantes inorgánicos para este cultivo”, lo que ocasiona “caída en los rendimientos de frutos por hectáreas”.

La Verdad   Yasmin Ojeda

Entre 30 mil y 40 mil hectáreas de palma aceitera se encuentran en Zulia. El cultivo, promesa de desarrollo por Coporzulia, se encuentra en una fase de “riesgo”. No solo por las causas que desde 2012 acusa Azupalma con la baja rentabilidad y complicaciones con las industrias procesadoras. La disponibilidad de insumos suma “problemas” al sector.

Werner Gutiérrez, ingeniero agrónomo y exdecano de la Facultad de Agronomía de LUZ, explica que hay “escasez de herbicidas y fórmulas adecuadas de fertilizantes inorgánicos para este cultivo”, lo que ocasiona “caída en los rendimientos de frutos por hectáreas”.

La falta de disponibilidad de insumos golpea las proyecciones de cosechas de los productores de palma, en tiempos cuando la demanda de aceite apura a la industria nacional a cubrir el consumo. El cultivo de palma germinó como sustitutivo del maíz. Se proyectó a ser una fórmula de aceite de palma y productos diversos, derivados del fruto.

Gutiérrez alerta otro “problema” que atenta contra el futuro de las cosechas. El verano prolongado desde 2013 impacta en las tierras. Estima que en el eje Machiques-Colon cae la producción en 50 por ciento. Hay localidades hacia Santa Bárbara del Zulia que tienen condiciones diferentes. “No sufrieron la disminución tan significativa de las precipitaciones”.

El riesgo de perder el tradicional cultivo aumenta tras el “estado de abandono de plantaciones”. Hay palmas que tienen menos de cuatro años y que fueron sembradas a través de financiamientos oficiales a productores, otorgados por Fondafa, ahora Fondas, “demostrando el derroche y mal uso que se le dio a este dinero del Estado venezolano”, critica Gutiérrez en entrevista con este rotativo.

Los palmeros que logran desarrollar y terminar las cosechas se enfrentan a una industria limitada. La agroindustria privada mantiene la receptoría de la fruta, mientras que Palmeras Diana, procesadora que sería modelo de producción, en mano del gobierno está “cerrada por reparaciones”. Desde hace años, tras el cambio de administración acumulan “dificultades”.