“Acostumbrarse a colas es peligroso”
Monseñor Diego Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal, considera "peligroso" que la gente se acostumbre a los maltratos y a hacer filas. El sacerdote asegura que la Iglesia católica tiene un compromiso con los ciudadanos que “pasan penurias por la escasez y el fracaso del modelo socialista marxista”.
Sugey Díaz La Verdad
Conciso. En una breve entrevista telefónica con La Verdad, el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ratificó el mensaje de la Iglesia al país: “Renovación ética y espiritual frente a la crisis”.
Monseñor Diego Padrón no anda con rodeos al plantear sus argumentos. Sabe que la situación denunciada por la organización católica es tan verdadera “que no puede ser desmentida”.
La semana pasada la CEV emitió un comunicado en el que afirma que las dificultades que enfrenta Venezuela son causadas por el Gobierno nacional y otros órganos del poder público por imponer un sistema político y económico de corte socialista marxista o comunista con el que se busca tener el control de la población.
En el documento se exhorta al Ejecutivo a asumir su responsabilidad de resolver los problemas, activando los mecanismos necesarios para evitar "el empeoramiento de la crisis".
A pesar del fracaso del diálogo entre el Gobierno y la oposición en 2014, Padrón reitera la necesidad de retomarlo para buscar una salida a las dificultades “económicas, políticas, sociales y morales” que existen en el país.
Aclara que habla en nombre del pueblo y no de un partido político. Rechaza las acusaciones de voceros pesuvistas que le acusan de utilizar su investidura eclesiástica para hacer proselitismo.
Desde el Arzobispado de Cumaná, en el estado Sucre, ora por la reconciliación y les pide a los venezolanos que no se acostumbren “a sufrir, a los maltratos y a hacer colas”.
- ¿Cómo evalúa el impacto del comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana?
El impacto del comunicado lo deben evaluar los ciudadanos. Yo no puedo ser parte y juez. Lo que sí reitero es que el documento refleja la situación del país, la grave crisis que atravesamos y cuya concepción, hasta ahora, nadie puede desmentir. Es el reflejo de lo que vive y sufre el venezolano.
- ¿Estaba preparado para la crítica por parte de voceros del Gobierno?
Critican al emisor del mensaje porque el contenido no lo pueden desmentir, no lo pueden refutar. Las críticas las hacen a la Conferencia Episcopal para descalificarla, es una estrategia totalmente conocida de desprestigio a quien lanza el mensaje para dar la impresión de que no tiene valor.
Es un método que entendemos muy bien y que no va a cambiar toda la verdad que guarda el contenido.
- Le acusan de representar a la Iglesia burguesa. ¿Qué opina al respecto?
Eso es una descalificación, es como si yo tratara a alguien de ladrón o cualquier otra cosa. No hay ninguna razón para que la CEV represente a la burguesía. En todo caso, la burguesía venezolana hoy es la burguesía del Gobierno, no hay otra.
El Gobierno les ha quitado los medios de producción a los privados, de manera que quien tiene el control absoluto, que es lo que al fin y al cabo constituye una característica social de la burguesía, es el mismo Gobierno. Quienes hoy están en el Ejecutivo son los que están identificados con esa élite.
- Hay quienes lo señalan de utilizar “la sotana para hacer política”. ¿Qué les responde?
No tenemos que ser militantes de un partido para tener derecho a la participación. La crítica es parte de ese derecho de opinar. Decir que la Conferencia Episcopal es un partido es un error, además de que es una estrategia comunicacional para descalificar.
Nosotros, como venezolanos y ciudadanos, tenemos la obligación de participar en la dinámica social, por eso tenemos la capacidad y el derecho de criticar al Gobierno o a cualquier otra institución, como también nosotros somos objeto de críticas. Lo peor que puede sucederles a los venezolanos y a las instituciones del Estado es la pérdida del espíritu de crítica.
El peligro está es en que nuestro pueblo se acostumbre, se acostumbre a sufrir, a que lo maltraten, a hacer colas y sobrellevar realidades que van en contra de su dignidad. El pueblo no tiene por qué hacer cola para conseguir la comida. El pueblo pasa penurias por la escasez y el fracaso del modelo socialista marxista.
- ¿Por qué cree que cayó mal en los voceros del Gobierno que les llamaran totalitarios?
No hablamos del Gobierno. Nosotros dijimos que el sistema es el equivocado, fracasado como tal, eso es histórico y nadie lo puede negar. El mismo Fidel (Castro) lo admitió el año pasado, que para ellos -los cubanos- no dio resultado el sistema comunista. Si eso lo dice Fidel, ¿qué mas vamos a esperar? Esto está muy claro.
En segundo lugar, nosotros no señalamos a Fulano o Zutano, dijimos que es el sistema, porque pueden poner en el Gobierno a cualquiera, pueden poner a Mandraque y no funcionará, eso esta comprobado. Aquí se evidencia en las colas que hace la gente en las farmacias y en las calles.
Lo más terrible es que las madres tengan que salir con niños a las 5.00 de la mañana para comprar un pañal; eso es una cosa que, además de ridícula, es una evidencia del fracaso que alertamos.
- ¿Cree que habrá espacio para el diálogo en 2015?
Es una necesidad. El diálogo no es facultativo, es imperativo. No hay otra manera para encontrar la solución que amerita el país.
El Gobierno solo no puede resolver la gran crisis por la que atraviesa el país, necesita acudir a la empresa privada e instituciones. Una sola parte no puede resolver los problemas y la gran crisis en todos las áreas: económica, política, social y moral.
No es una elección. Por necesidad y responsabilidad moral deben buscar el diálogo con los que lo adversan para encontrar puntos de coincidencia en favor de la solución de los problemas del país.
- ¿Qué hay que cambiar en el diálogo para que no se repita el fracaso del año pasado?
El diálogo tiene que ser de altura, donde no exista una simple conversación, ni tampoco mostrarse en televisión. Supone un camino largo que lleva etapas diversas, que a lo mejor se adelanta, pero también se atrasa.
Sobre todo, el diálogo supone una agenda con objetivos y metas concretas para buscar unos resultados, porque tenemos que saber qué es lo que queremos y tenemos que cambiar; si apuntamos sin tener un objetivo preciso se pierde el punto de interés.
- ¿Considera que las recomendaciones de la Iglesia serán tomadas en cuenta por el Gobierno?
Expectativa siempre hay porque todos esperamos cambio y renovación, pero parece que por ahora el Gobierno no va a cambiar este sistema que no tiene cómo solucionar la crisis.
- En la misiva de la CEV se hace énfasis en las elecciones parlamentarias. ¿Por qué?
Todo cambio en una democracia se realiza a través de las elecciones, entonces el camino electoral es el válido, legítimo, indispensable y necesario. No hay otro camino.
La Asamblea Nacional (AN) es muy importante porque de ella dependen los cambios en el país, como por ejemplo, el nombramiento de los poderes; entonces tiene que ser la AN un modelo de diálogo y eficacia, tiene que ser pluralista, no puede ser solamente un grupo de un solo color, porque pierde su naturaleza. El ejemplo más claro de pluralidad en el país debe ser el Parlamento.
Perfil
Monseñor Diego Rafael Padrón Sánchez nació en Montalbán, Carabobo, el 17 de mayo de 1939. Obtuvo su título de licenciado en Teología Bíblica en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Se ordenó como sacerdote el 4 de agosto de 1963. Su santidad Juan Pablo II lo designó obispo auxiliar de Caracas. Luego fue nombrado obispo de Maturín el 7 de mayo de 1994.
Es profesor de castellano, literatura y latín, egresado del Instituto Profesional de Magisterio en la sede del Instituto Pedagógico de Caracas.
El 9 de enero resultó reelecto presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) para el período 2015-2018.
“No hay ninguna razón para que la CEV represente a la burguesía, en todo caso, la burguesía venezolana hoy es la burguesía del Gobierno, no hay otra”. Monseñor Diego Padrón. Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana.
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