"Nuestra gente nos estimula a seguir produciendo en Portuguesa el alimento que necesita Venezuela"
Prensa PAI Ultima Hora Digital
Una asociación, tres empresas que se han creado y fortalecido bajo su frondoso ramaje, 160 trabajadores y más de 200 productores y sus familias, en fin… Una historia de 20 años que PAI -la Asociación de Productores Agrícolas Independientes- ha escrito gracias a su activo más importante: la gente, en especial la gente del campo, que ha transformado un sueño visionario, en una realidad.
“Las inversiones que hemos hecho, el capital que hemos destinado para cada uno de los proyectos, ha sido importante. Pero, más importante aún, y hasta determinante, ha sido la gente, nuestra gente.
En nuestro caso, estoy convencido de que el componente humano ha sido lo más importante”, asegura Osman Quero, gerente general de PAI, a propósito de la celebración hoy de las dos primeras décadas de esta asociación que hace vida en los municipios Turén, Esteller y Santa Rosalía.
Hace veinte años -recuerda Quero- coincidimos un grupo de personas para luchar por el bien común en la agricultura. Iniciamos el 8 de junio de 1995, con apenas 22 productores y mil 200 hectáreas cultivables, y en un primer momento nos pusimos de acuerdo para encarar, juntos, las necesidades más importantes del proceso de siembra y cosecha.
Apenas un año después -rememora-, creamos Paica, ante la necesidad de contar con la tranquilidad del almacenamiento y la comercialización del cereal. La verdad es que Paica ha sido el pilar fundamental de lo que hemos logrado hasta hoy; luego, fundamos Transpaica, que ha sido el brazo logístico necesario para seguir avanzando.
Allí sumamos a un grupo de transportistas independientes, compartiendo con ellos todos los procesos necesarios para tener una importante suma a favor de cada uno de ellos y de nuestros productores (…) Y luego creamos Repaica, que se dedica a la distribución de repuestos y lubricantes, además de la aspersión aérea, tan necesaria para la actividad primaria a la que nos dedicamos.
Además, Quero menciona “otros proyectos, como la trilladora de arroz, que ha servido para emprender el proceso de verticalización de nuestro negocio; amén de la planta procesadora de maíz amarillo, que es nuestra tacita de oro y le permite a todos los agricultores afiliados recibir beneficios adicionales”.
En total, “hoy contamos con más de 160 trabajadores en las cuatro empresas, y más de 200 productores en la asociación, los cuales representan nuestro pilar fundamental no sólo para seguir produciendo en Portuguesa el alimento que necesita Venezuela, sino para continuar, tan cerca como hemos estado hasta hoy, de las necesidades de nuestro entorno, siempre en sintonía con cada uno de los sectores que lo conforman”.
“No va a acabarse”
El gerente general de PAI está convencido de que “la agricultura no va a acabarse, todos los días necesitamos de un agricultor. Mientras exista vida, habrá agricultura. A los agricultores nos afecta, por sobre todo, tanta indiferencia. La agricultura no es un trabajo, sino un modo de vida.
Nuestra familia, nuestra finca, nuestra casa, todo nos lo ha dado la agricultura. Esperamos que lo que está ocurriendo en los campos de toda Venezuela no sea intencional, preferimos pensar que ha sido por falta de voluntad o conocimiento”.
-No hay nada más antipatriótico que desalentar la producción agrícola y fomentar las importaciones. La agricultura tiene en Portuguesa más de 60 años, y desde entonces estamos combatiendo las malas políticas, antes de los verdes y blancos, y ahora de los gobernantes actuales.
Esa es nuestra tarea, señalar las malas políticas hacia la agricultura y luchar para que algún día alguien deje la sordera”, sostuvo Quero.
Aprovecha para recordar que “recientemente conversamos con el ministro Osorio, y le dijimos que no se justificaba que para finales de mayo no tuviéramos ni siquiera la mitad de la semilla, ni los preemergentes, etc. (…) Cuando históricamente, a finales de abril, teníamos todo acopiado.
En líneas generales, no solo PAI, sino todo el país no está preparado para el ciclo de invierno 2015. Cada día que pasa del mes de junio, bajo estas circunstancias, es una resta para la productividad y la soberanía alimentaria del país.
Hay pronósticos según los cuales no vamos a llegar ni siquiera a la mitad de lo estipulado en Portuguesa, lo cual difícilmente nos va a permitir entregarle, como cada cosecha, las 700 mil toneladas de maíz que le aportamos al consumo de alimentos en Venezuela”.
Las restricciones que hemos tenido –advierte Quero- nos han frenado, de alguna manera, para seguir avanzando en la tecnología de precisión dedicada a la agricultura.
En su momento, fuimos pioneros en la aplicación de los cabezales para la siembra de maíz a 45 cm, y a pesar de la resistencia que en un primer momento pudo haber, porque teníamos casi 50 años sembrando de una manera, hoy la mitad de la superficie cultivable que acometen los productores de PAI es con esa tecnología.
No olvidemos que el recurso más importante, además de nuestra gente, es la tierra; y debemos aprovecharlo al máximo, aplicando todo los avances que en el mundo existen en esta materia; y para ello es necesario que nosotros, el sector privado, podamos contar con la mano tendida del sector público, para juntos transformar definitivamente la realidad agrícola del país.
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