Ensilaje de maíz: Pasos para mejorar

Jorge Cruz  Alfonso Roberto Nava  Altech

Al ensilar un forraje podemos mantener su calidad de tal manera que el ganado recibirá la misma calidad durante el tiempo que nos dure dicho ensilaje o lote. 

Por lo que es importante asegurarnos que la calidad del forraje, en este caso de maíz, sea la mejor al momento de la cosecha y después de ella. Y no menos importante, asegurarnos de mantener esa buena calidad siguiendo los pasos para un buen proceso de ensilado ya que de lo contrario, pueden presentarse grandes pérdidas de materia seca (MS) y de la calidad del forraje.

 

Según las recomendaciones del Dr. Mike Hutjens (Universidad de Illinois) podemos comenzar por revisar lo que logramos durante el ciclo anterior y preguntarnos ¿qué hicimos bien? y ¿en qué podemos mejorar? 

Para hacer esta evaluación vamos a revisar los siguientes pasos para mejorar.

 

1. Seleccionando el híbrido

 

Para la selección del híbrido existen variables que no deben pasar desapercibidas. 

Por ejemplo, el origen (sangre templada, subtropical o tropical), ciclo (precoz, intermedio o tardío), cruza (simple, triple o doble) y fenotipo (características del grano, altura, número y forma de hojas), ya que están relacionadas con el rendimiento/hectárea en base MS y la producción de grano, la cual podemos evaluar desde el contenido de almidón, así como la producción de leche/hectárea y por tonelada de ensilaje. 

Para ello, debemos consultar a cerca de los materiales que están disponibles en una zona en particular, ya que existen grandes variaciones en las características de los distintos materiales a ensilar como calidad y producción.

 

2. ¿En qué momento cosechar?

Esto implica ensilar el forraje en el momento óptimo, considerando un adecuado contenido de nutrientes de acuerdo a su estado de madurez y contenido de materia seca para maximizar la calidad. 

 

Debido a que el desarrollo del maíz está influenciado por el medio ambiente (unidades calor) es importante observar las diferentes etapas fenológicas para determinar el momento adecuado de la cosecha. 

Considerando estas etapas fenológicas, el mejor punto de corte se encuentra en la R5 sin llegar a la R6 (2/3 de línea de leche). 

 

Conviene esperar el llenado del grano durante esta etapa (R5) debido a que prácticamente es la única parte de la planta que está acumulando materia seca durante este periodo, incrementando los valores de almidón en pocos días. 

Evitar que el maíz exprese su potencial de producción de almidón (energía) sería aún peor que no saber escoger el mejor híbrido, todo esto atentaría contra los costos de ración y/o la rentabilidad del negocio. 

Sin embargo, si la planta comienza a secarse, ya sea porque no fue el híbrido adecuado o bien por plagas o enfermedades, el criterio de dejar avanzar la línea de leche para obtener la mayor cantidad de almidones se verá limitada. 

Entonces podemos considerar un mínimo de 33% de MS para determinar cosechar, para al menos evitar fuertes pérdidas por efluentes. 

Un menor contenido de materia seca representa un incremento en el costo de flete del campo al silo. 

 

Los maíces mejorados (stay green) alcanzarán fácilmente un contenido de MS superior a un 35% con un llenado mayor a 2/3 de línea de leche, es decir, con un alto contenido de almidón. 

 

3. Procesamiento

Es recomendable que el forraje de maíz para ensilaje se exponga a un procesador de grano durante la cosecha. 

De no ser así se corre el riesgo de cosechar granos enteros que no van a poder ser digeridos por la vaca y se excretarán enteros perdiendo los nutrientes que con tanto esmero buscamos en la cosecha del maíz. 

 

El procesador debe ser ajustado a 2-3 milímetro en el caso del maíz. Ya en el establo debemos monitorear a la entrada, camión por camión, para asegurarnos de que el procesador continúa trabajando adecuadamente. 

Para esto podemos llevar a cabo la evaluación del procesador de granos en el forraje picado 

 

4. Capacitación (densidad) 

La compactación es muy importante para evitar pérdidas de MS y para mantener la calidad nutricional de nuestro ensilaje. 

Cualquier esfuerzo que llevemos a cabo para obtener mayor densidad será recompensado con la mayor recuperación de materia seca. 

 

El objetivo de la compactación (alta densidad) es eliminar el máximo de oxígeno ya que la presencia de este conducirá al desarrollo de microorganismos indeseables. Para una buena compactación debemos considerar los siguientes puntos:

 

• El tamaño de la partícula: Juega un papel importante en el proceso de compactación. Mientras más pequeño y uniforme sea, es más fácil compactar. 
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• Pero debemos tener cuidado ya que al excedernos en esta operación puede disminuir la efectividad de la fibra. 
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• Así, deberá definirse considerando las recomendaciones del nutriólogo, tomando en cuenta los demás forrajes que estarán presentes en la ración total mezclada (RTM), para que dicho tamaño de partículas (podemos apoyarnos con las cribas de Penn State) no afecte el proceso de compactación (18 ± 5 mm de longitud). 
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• La compactación también está relacionada con el contenido de humedad del forraje al momento de ensilar. 
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• Mientras más húmedo se compacta más fácil. Sin embargo, no debe estar tan húmedo que genere una mala fermentación, ni tan seco que no lo pueda compactar (recomendación > 33% MS para el ensilaje de maíz). 
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• Si en algún momento se nos llega a pasar la materia seca del forraje (> 40 %) una medida que ayuda es la de bajar el tamaño de picado.
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• Otro procedimiento, no menos importante, es acomodar el material en capas de 15 centímetros.
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• Si nos excedemos en el grosor de las capas no lograremos compactar adecuadamente. 
• Velocidad de llenado: Esto está influenciado por el peso de los tractores con los que estamos haciendo esta labor y nada tiene que ver la velocidad con que nuestro operador sube y acomoda el forraje. 
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• La cantidad de material/hora (velocidad de llenado) que podemos ensilar dependerá entonces del peso del tractor o tractores. 

 

5. Proceso bioquímico e impacto del uso inoculante

El ensilado es un método de conservación mediante la fermentación microbiana y el proceso de fermentación conduce a la obtención de ácidos que disminuyen el pH y permiten la preservación del forraje. 

Es por eso que una vez que el forraje es cosechado, picado, inoculado y compactado, debe ser sellado para interrumpir el ingreso de oxígeno hacia el material, lo que permitirá que comience el proceso de fermentación que termina en la acidificación y estabilización del ensilaje.

 

Al inocular el forraje incrementamos la flora deseable en el material y garantizamos la disponibilidad de nutrientes para esos microorganismos de forma indirecta (enzimas), con lo cual propiciamos un ambiente para la rápida producción de ácidos, rápida disminución del pH y la estabilización del ensilaje. 

Si por el contrario, no inoculamos el forraje al momento de ensilar, el tiempo de fermentación y la estabilización se extenderán y como consecuencia perderemos cantidad y calidad en el forraje, debido a la menor concentración de microorganismos deseables en los cultivos al momento de ensilar.

 

Conclusiones 

El considerar y alcanzar los estándares fijados en cada uno de los pasos para mejorar el procesamiento del ensilado conducirá a la conservación de la calidad del material que estemos ensilando. 

La extensión de la rentabilidad de las buenas prácticas de manejo del ensilado es incalculable debido a que se extiende a través de la mayor recuperación de materia seca, mejor calidad del ensilaje y un mayor comportamiento productivo de los animales. 

Si bien el inoculante mejora la calidad del ensilaje y el desempeño de los animales, cabe señalar que no sustituyen las buenas prácticas de manejo del ensilado mencionados en los pasos anteriores.