"Más que Nada Agrícola"
PEDRO E. PIÑATE B. El Universal
Más que nada agrícola es la solución al hambre que enfrentamos los venezolanos.
Tal vez por eso recibo la sugerencia a escribir sin tanta política, "más que nada agrícola".
Sin embargo la espalda al campo que se sigue dando contra toda racionalidad en medio de la crisis agroalimentaria, obligan.
Y es que precisamente debido a la política (y los políticos), es que en Venezuela hoy no hay agricultura ni alimentos suficientes, ni los habrá mañana tampoco si a fondo no nos empleamos ahora.
Por tanto, es deber y derecho ciudadano expresarnos libres sin ambages ni bozales, para que, quien sea que gobierne hoy o mañana, no nos hambree, se ocupe como debe y aplique una política agrícola con visión de futuro.
Esa que ordena y estimula el trabajo y la inversión productiva en el campo, protegiéndola justo lo necesario para que la producción sea abundante, segura, sustentable y muy en particular costo-eficiente.
Que sea capaz de competir en igualdad de condiciones con la producción extranjera, y que no represente carga alguna o mayor para el Estado.
Desde otro ángulo, más que nada agrícola es también el desarrollo rural y fronterizo de Venezuela.
Nuestra agricultura, es cierto, contribuye poco al PIB, pero es grande su aporte al día a día del campo y la frontera.
Sin agricultura todo el interior del país quedaría vacío pues no pararía la migración a las ciudades.
Con sobre 95% de la población ahora urbana, es de recordar que toca al 5% o menos rural que habita el campo y la frontera, no sólo vivir en ellos y trabajarlos para producir alimentos, sino cuidarlos y preservarlos para las futuras generaciones.
Siguiendo la dirección única del progreso es imprescindible actualizar la conceptualización de nuestra agricultura.
El mundo es ahora globalizado y hay que actuar en consecuencia.
"La agricultura se ha vuelto un campo de alta tecnología", advirtieron ya en el 2000 los investigadores D. Gisselquist y J. M. Grether del Banco Mundial.
"Muchos países en desarrollo se quedan atrás, en parte, a causa de las barreras a la introducción de tecnologías agrícolas privadas, impuestas por ellos mismos".
Ciertamente, para no quedarnos atrás y poder comer todos seguros, es urgente actualizar nuestra visión agrícola.
Hasta entonces volveremos a escribir "más que nada agrícola".
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