Critican que el Gobierno apruebe subsidios sin contar con recursos

MARÍA BEATRIZ PARILLI   Ultima Hora Digital

El subsidio de maíz blanco y arroz que el Gobierno autorizó para la cosecha del año pasado, no ha sido cancelado a pesar de que hace unos días el ministro de Producción Agrícola y Tierras, Wilmar Castro Soteldo, anunció la aprobación de 5.7 millones de bolívares para el pago de esa deuda.

La situación se repite con la caña de azúcar, con la diferencia de que el Ejecutivo nacional ha adelantado una parte del subsidio a los cañicultores que arriman su cosecha a los centrales administrados por el Estado, dándoles 6 de los 8 bolívares que les corresponde por kilo producido.

Eduardo Sánchez, directivo de la Asociación de Productores Rurales del estado Portuguesa (Asoportuguesa), indicó que luego del anuncio de Castro Soteldo, se esperaba que los recursos fuesen transferidos la semana pasada al Banco Agrícola de Venezuela (BAV), para su distribución entre los programas productivos privados.

En el caso del arroz, el subsidio representa un 39% del ingreso de los productores, mientras que el del maíz blanco equivale a un 31%. 

Aunque se trata de menos de la mitad de lo que perciben los agricultores por la cosecha de ambos rubros, los recursos son necesarios para el pago de las deudas contraídas en el 2015. 

“Quedamos debiendo a los camioneros, a los comercios de repuestos y lubricantes, a parte de que la inflación se está comiendo la supuesta rentabilidad que contemplaba la subvención”, dijo.

Aquiles Hopkins, vicepresidente de Fedeagro, lamentó que los programas públicos tengan prioridad en el cobro de un subsidio, considerando “irresponsable” que el Gobierno haya aprobado una subvención sin tener disponibles los recursos, por lo cual cree que sencillamente se debió mejorar el ingreso de los agricultores de forma directa, es decir, mediante el aumento del precio del maíz blanco, arroz y caña de azúcar.

“Lo que está sucediendo es que los productores y la industria estamos subsidiando el ‘bachaqueo’. Tenemos un precio de harina precocida a 18 bolívares que obliga a que exista una producción a pérdida por parte del agricultor y la industria. 

La pregunta es cuántos venezolanos están comprando harina de maíz a Bs. 19, porque la verdad es que los precios están entre 10 y 20 veces por encima de eso en los sectores rurales de Venezuela; entonces ¿qué estamos haciendo?”, cuestionó.

“Vagabundos”

El representante de Fedeagro solicitó al Ejecutivo la sinceración de los precios y que se respeten las estructuras de costos de los rubros agrícolas. 

“Ese será el único camino para empezar a recuperar la producción nacional; al final veremos que los consumidores van a comprar la comida más barata porque lo que está sucediendo es que quienes en verdad trabajamos, estamos subsidiando a unos vagabundos que se aprovechan de la escasez para especular con el producto y abusar con la comida del pueblo venezolano, por culpa de la errada política de control de precios”, apuntó.