El Fenómeno del Niño en Venezuela
El desarrollo sustentable dentro de sus objetivos prioriza el hambre cero, en este contexto Venezuela está en un estado altamente vulnerable por el que nunca se había transitado, con una autonomía del sistema agroalimentario bajo y un nivel de suficiencia crítico, lo que ha desembocado en el incremento de las cifras de subnutrición y desnutrición.
Saúl E. López M. Visión Agropecuaria
Se está produciendo el fenómeno que denominamos hambre oculta: personas en las que a simple vista no apreciamos los signos clínicos de la desnutrición, que parecen estables o hasta normales, pero que en los exámenes muestran niveles deficitarios de calcio, hierro, vitaminas o ácido fólico.
De persistir, el hambre oculta derivará en déficit nutricional pleno. En adultos, limitará su capacidad de trabajo. En niños, comprometerá su estatura y desarrollo cognitivo.
Otro objetivo radica en adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos por ejemplo el fenómeno del Niño.
El cambio climático ya está afectando al país y los efectos posibles pueden ser catastróficos debido a que no se está preparando para afrontar los retos relacionados con el cambio climático.
Aunque el fenómeno no tiene el mismo impacto en todas las naciones de América latina y el caribe, ni en todos los cultivos dentro de un mismo país, expertos coinciden en que la única vía para anticipar, prevenir y mitigar sus impactos es integrar la gestión de riesgos en la planificación agrícola, lo que permitirá obtener una agricultura con mayor resiliencia ante eventos climáticos extremos.
Aunque algunos países han desarrollado proyectos y estrategias para la mitigación del impacto del fenómeno en la agricultura es fundamental construir estrategias de largo plazo, que además de la mitigación contemplen la adaptación y transferencia de riesgos climáticos.
La toma de acciones reactivas que se anticipen a los impactos de El Niño solo será posible si se mejora el monitoreo climático y se utiliza la información resultante para desarrollar, en conjunto con la sociedad, acciones de respuesta a los diversos efectos y consecuencias del fenómeno.
Venezuela no está preparada para anticipar, prevenir y mitigar sus impactos en la gestión de riesgos en la planificación agrícola, ya que el Gobierno no ha planteado una política macro coherente para afrontar esta situación sino por el contrario lo utiliza como elemento de justificación ante la crisis de escasez de alimentos.
Aunque como país tenemos ventajas comparativas como lo es una gran reserva de agua, no se ha aprovechado por falta de políticas públicas como proyectos de inversión en infraestructura como embalses, represas, diques y sistemas de riego que permitan un uso eficiente del recurso y así evitar la competencia de los sectores.
Finalmente, es necesario resaltar que en la actualidad el servicio de agua potable es deficiente en cantidad, calidad y continuidad, por lo que un 40% de los habitantes de Venezuela no recibe agua de forma regular y existe un deterioro creciente de las cuencas productoras de agua.
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