Los programas de desarrollo deben tomar en consideración las funciones específicas de cada sexo que rigen el sector ganadero a pequeña escala
Los sistemas ganaderos tradicionales basados en los recursos locales y las razas animales son la principal fuente de sustento para 200 millones de familias del medio rural y proporcionan alimentos e ingresos para aproximadamente el 70 % de la población rural del mundo.
Sin embargo, el sector ganadero tradicional se encuentra bajo una presión creciente. El auge de la demanda urbana de carne, leche y huevos se satisface en la actualidad mediante sistemas de producción intensivos a gran escala que excluyen a los productores tradicionales de los mercados, erosionan la diversidad genética de las razas ganaderas locales y favorecen el inicio y la difusión de enfermedades animales.
La estrategia de la FAO tiene como objetivo el aumento sostenible de la producción ganadera mundial, lo que a su vez, contribuye a la seguridad alimentaria, la mitigación de la pobreza y el desarrollo económico. La FAO hace un llamamiento en favor de emprender acciones para aumentar el acceso de los productores con bajos ingresos a recursos y servicios como tierras, agua, créditos, servicios de extensión y atención veterinaria.
Dimensiones de género de la producción agrícola
Hombres y mujeres de todas las edades participan en la producción ganadera a pequeña escala. Por lo general, los hombres suelen ser los propietarios de los animales que cuidan, como vacunos y búfalos, mientras que en la mayoría de los casos, las mujeres se encargan de las aves de corral y de pequeños rumiantes como la cabra. De hecho, su ganado suele ser una de las pocas fuentes de ingresos sobre las cuales las mujeres tienen en pleno control.
Sin embargo, las funciones específicas de cada sexo cambian. Un estudio llevado a cabo en Tanzania reveló que las mujeres desempeñan "tareas masculinas" durante los períodos de escasez de mano de obra. La situación inversa se da en muy pocas ocasiones, excepto si hay la posibilidad de tomar el control de los activos, por ejemplo, cuando la producción de leche es más rentable.
A pesar de que todos los miembros de la familia participan en la producción ganadera, la discriminación de género niega el acceso de las mujeres a recursos, derechos y servicios. La tenencia segura de la tierra, por ejemplo, es vital para aumentar la productividad: es más probable que los agricultores propietarios de tierras puedan hacer inversiones a largo plazo y probar nuevas tecnologías de producción. No obstante, en la mayor parte de las sociedades rurales, las mujeres solo tienen acceso a la tierra a través de sus familiares varones. Con frecuencia, la inseguridad de la titularidad se extiende a los propios animales. En Namibia, todavía es habitual (a pesar de que la legislación lo prohíba) que la familia del marido se quede con el ganado de la mujer si aquel muere.
Los hombres criadores de ganado tienen, además, mucho más acceso a la capacitación y la tecnología. Los programas de extensión suelen estar orientados al ganado de los hombres y los asesores agrarios carecen del estímulo y las dotes de comunicación requeridos para trabajar con mujeres, a menudo analfabetas. En las familias de Uganda afectadas por el VIH o el sida, la muerte del hombre cabeza de familia puede dejar a la mujer y los hijos sin recursos económicos ni servicios de extensión necesarios para el cuidado del ganado.
Las intervenciones para controlar las enfermedades de origen animal deberían tomar en consideración las funciones específicas de cada sexo. Los ingresos aportados por los hombres pueden estar más sujetos a los brotes de fiebre aftosa, que ha diezmado los rebaños de ganado en muchos países. Sin embargo, como principales responsables de aves de corral, las mujeres y niños se enfrentan al mayor riesgo de padecer gripe aviar.
Las repercusiones negativas de la discriminación de género sobre la productividad son más evidentes en el sector ganadero que en la mayoría de los otros ámbitos agrícolas. Sin embargo, los posibles beneficios de la igualdad entre géneros han convertido el sector en un punto de partida privilegiado para la incorporación de las cuestiones de género.
Las inversiones de bajo costo en la cría de aves de corral y otros animales de pequeño tamaño (fáciles de manejar y con tasas elevadas de crecimiento y rentabilidad) pueden brindar a las mujeres nuevas actividades generadoras de ingresos. Como las mujeres pobres del medio rural gastan la mayor parte de sus ingresos en comprar alimentos y en tasas académicas, dichas inversiones pueden mejorar el bienestar familiar en mayor grado que la ampliación de los rebaños de los hombres.
Objetivos de la FAO para el período 2008-2013
Para lograr la incorporación de las cuestiones relativas a la equidad entre géneros en sus programas para la producción ganadera sostenible, la FAO se ha fijado los siguientes objetivos para 2013:
Políticas y programas
Elaborar instrumentos y planteamientos que tengan en cuenta las cuestiones de género y que permitan a los expertos ganaderos incorporar tales cuestiones a la planificación y aplicación de las políticas y los programas ganaderos.
Puntos críticos de las cuestiones de género
Analizar los puntos críticos de las cuestiones de género en los sistemas de producción intensivos y extensivos de leche y de aves de corral.
Listas de verificación relacionadas con las cuestiones de género
Preparar y utilizar listas de verificación para garantizar que las cuestiones de género se incorporan y se abordan en los estudios del sector pecuario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario