Más de 5 millones de toneladas se han dejado de producir en expropiaciones
María Fernanda Pérez G. El Impulso
Diez años han pasado desde que el Gobierno Nacional decidió iniciar una cadena de expropiación y respaldo a invasiones de tierras dedicadas a la producción agrícola y pecuaria en el estado Lara, que alcanzó 130 fincas abarcando una extensión de 11.789 hectáreas, incluyendo las ubicadas en el Valle del Turbio; en su mayoría de producción de caña de azúcar.
La explicación que dio el Ejecutivo para el momento, en el caso del Valle del Turbio, era que la caña de azúcar contaminaba la tierra y el agua por la utilización de los agroquímicos, así como el aire por la quema de los desechos.
Se emitió la orden a los funcionarios de Agricultura de intervenir inicialmente 8 mil hectáreas “de manera muy regulada para el pueblo y la transformación de la realidad socioeconómica del país”, señalando que se debía cultivar verduras, hortalizas y otros rubros.
La realidad hoy en día, es que de las 653 hectáreas destinadas a la siembra de caraotas para consumo no se tiene reportes de los resultados, de las 193 hectáreas que se dijo eran para quinchoncho también se cultivó girasoles, parchita, lechosa, tomates, pimentón y sorgo, pero sin darle continuidad.
De 193 hectáreas para la producción de maíz; se han tenido reportes que muchas de éstas áreas se encuentran abandonadas.
Según el informe presentado por la Gobernación del estado Lara, como soporte a las propuestas que tienen para reactivar la economía en la entidad.
Allí se explica que sólo en caña de azúcar se sumaron 92 haciendas expropiadas que entre 1998 y 1999 tuvieron una producción de 310.660,58 toneladas y para la zafra del 2007 y 2008 bajo a 156.960,92 toneladas, reflejando una disminución de 153.969,66 toneladas que representa el 50.52%.
Entre esas 40 fincas que mantenían una producción por encima de las mil toneladas por zafra.
Antes de las expropiaciones las centrales azucareras recibían 1.700.000 toneladas al año; específicamente La Pastora 550.000 toneladas, Río Turbio 800.000 toneladas, en Carora 200.000 toneladas, Pío Tamayo en el Tocuyo 150.000 toneladas.
Después del 2006 la producción de lo centrales fue de 700.000 toneladas al año; La Pastora bajo a 360.000 toneladas, central Río Turbio a 800.000 toneladas, Carora a 50.000 toneladas y Pío Tamayo a 60.000 toneladas, ésta última a inicio de año aún no había comenzado con el arrime de la caña de azúcar, actividad que se debió comenzar en el mes de diciembre.
En el caso de Maizal, en el municipio Simón Planas, tomado por el Gobierno nacional en el año 2009 cuando tenía de las 2.237 hectáreas que lo conforman 1.800 hectáreas era para la cría de ganado.
Con una producción de carne de 200.000 kg al año, 800 becerros al año y 15.000 litros de abeja.
Actualmente según información de las autoridades regionales se encuentran las empresas Ezequial Zamora de siembra y mecanización, Argimiro Gabaldon de producción y ganadería, Camilo Cienfuegos de distribución de gas domestico, Simón Bolívar la bloquera comunal.
Sin embargo, en una visita en el 2014 del para el momento vicepresidente de Gobierno para el Desarrollo Territorial y ministro para las Comunas y los Movimientos Sociales, Elías Jaua Milano, junto al ministro para la Cultura, Reinaldo Iturriza, afirmaron que las tierras se encontraban totalmente activas con la cosecha 500 hectáreas de maíz que permitirían la producción de 2 millones 500 mil kilos.
En ese municipio también fueron intervenidas por el Gobierno las fincas El Chorro que producía maíz y ganado. La finca el Totumo que cosechaba maíz, sorgo y ganado de ceba. El Bucarito y La Yagual también con los mismos rubros.
En el caso del municipio Morán seis fueron las tierras expropiadas, todas dedicadas a la producción de la caña de azúcar y hortalizas, de las cuales cuatro han señalado que se encuentran en total abandono.
Aportes de Lara
La producción agrícola en la entidad se ha caracterizado por ser variada y aportar a la distribución nacional, no sólo de caña de azúcar, también café, cebollas, tomates, pimentón, papa, piña, uvas, pimentón, sisal y repollo.
Pero que se han visto afectados por las condiciones externas para trabajar la tierra; duplicándose los costos de producción y escaseando los insumos para la siembra.