Esperanza y Solución
En el campo los del viejo oficio de producir comida, estamos batallando con todo.
PEDRO E. PIÑATE B. | EL UNIVERSAL
En Venezuela este inolvidable 2014 -el año de la escasez", la situación general de la población es de precariedad y solo llena de incontables penurias de las cuales bien conoce cada quien las suyas.
La escasez, el desabastecimiento y la especulación, están desatadas como nunca antes, y frente a los precios inflados, no hay salario que alcance. La gente no va de compras sino de cacería a ver qué consigue, y es cada vez más difícil procurar lo indispensable.
La vida cónsona con el esfuerzo productivo personal no existe más. La falta de alimentos básicos lo dice todo, como el caso de los niños que ya no toman leche.
Sumado a esto, la crisis permanente de los deficientes servicios públicos llega a lo inaceptable pues no son gratis. La vida es menos llevadera, fallando diariamente la luz, el agua, el gas, el aseo urbano, la seguridad, la salud, el transporte, la vialidad, los trámites de todo tipo, los pasajes, etc.
El autoritarismo, el abuso de poder y la corrupción, hacen ojos y oídos sordos a los reclamos, y siguen las deficiencias sin corregirse. Para completar, la falta de autonomía de los Poderes, deja indefensos a los ciudadanos ante tanta decidia.
En estas condiciones, Venezuela sigue conducida rumbo a la debacle, cual Titanic en la trágica noche de su naufragio: "El capitán Smith no prestó atención adecuada de las advertencias de hielo, los botes salvavidas no eran suficientes, y la colisión fue el resultado directo de navegar a una zona peligrosa a una velocidad demasiado alta".
Mientras en las ciudades conviene saber, que en el campo los del viejo oficio de producir comida, estamos batallando con todo, con gran aguante.
Frente al hambre y la miseria que al país amenazan, nuestra agricultura ofrece esperanza porque es solución.
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