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13 jul 2016

Pdval y Bicentenario reducen su oferta al mínimo para privilegiar control social de los CLAP

En Abasto Bicentenario solo vendieron desodorantes la semana pasada y para este lunes ofertaban pañales
    Correo del Caroni

Hace aproximadamente un mes que no se venden productos de la canasta básica alimentaria en el Abasto Bicentenario de Alta Vista, única sucursal del mercado en todo el estado Bolívar.
Para este lunes vendían un paquete de pañales por persona, marca Pampers, tallas pequeña y mediana. La semana pasada vendieron desodorantes. 
La oferta regular estos días es de cloro y otros productos de limpieza, “¡Debe ser que con eso yo voy a comer!”, satirizó una compradora de la cola que prefirió no identificarse. 
A los pocos minutos decidió irse, pues los pañales no eran de su interés.
Yuliana Martínez, otra usuaria, indicó que les han dicho, tanto aquí como en Pdval, que estos mercados son centros de acopio, desde donde parte la comida gestionada a través de los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP). 
Martínez rechaza esta decisión, “porque esas bolsas de comida no le llegan a uno”, revelando problemas de distribución en los sectores Vista al Sol y 25 de Marzo, en San Félix.
En lo que va de año, las bolsas de comida han llegado solamente dos veces a Villa Adonay, en la parroquia Unare de Puerto Ordaz. Marianny Miranda, vecina del sector, decidió hacer la cola por pañales este lunes aprovechando que la línea estaba relativamente corta y ordenada.
“Lo que estoy es comprando puras verduras, porque los bachaqueros tienen precios incomparables. 
Prefiero pagar mil bolívares en un kilo de yuca que un arroz”, dijo, aunque el kilo de arroz ya cuesta hasta 1.500 bolívares en la reventa informal. 
“Leche tengo más de un año que no consigo. 
A mis hijos pequeños les doy crema de arroz, chicha, o alguno de esos preparados que tienen leche”, añadió. 
Poca comida 
La historia no es distinta en el Pdval Los Samanes, ubicado en Alta Vista, que también es la única sucursal pública para toda Ciudad Guayana. 
Este lunes reabrieron sus puertas al público pero solo tenían exhibidos unos cuantos envases de cloro, algunas latas de sardinas y pepitonas, pasta de tomate y paquetes de vasos plásticos.
El lunes de la semana pasada no había acceso al público y esto generó una protesta de compradores desilusionados que exigían la venta de todo lo almacenado
Trabajadores del Pdval, que pidieron no ser identificados, confirmaron que la comida ahora se traslada en bolsas a las jornadas gestionadas por los CLAP.
Entre los alimentos que se despachan actualmente están leche en polvo, harina de maíz, caraotas, aceite y sardinas. 
Según el personal, que enfatizó que las declaraciones oficiales deben ser suministradas por la coordinación regional de la Misión Alimentación, el Pdval funciona como centro de acopio desde abril de este año.
En la antesala de las oficinas administrativas de Pdval, al lado del supermercado, algunas personas esperan para entregar los censos correspondientes para solicitar una jornada de CLAP, las cuales se realizan con una frecuencia de 15 días a un mes dentro de las comunidades.
pdval
Se impidió al equipo reporteril de Correo del Caroní tomar fotos dentro del Pdval, cuyos anaqueles están casi vacíos, salvo por la presencia de pocas latas de sardinas, pasta de tomate y cloro
Sin embargo, la implementación de los CLAP también ha generado descontento en la población por lo engorroso del trámite, la poca variedad de la comida suministrada por la escasez de importantes productos como carne y pollo, y que no hay suficiente comida para abastecer tanto en el punto de venta como en las jornadas casa por casa.
Vale resaltar que desde hace tres años está cerrado el Súper Pdval de Vista al Sol. Mientras antes había comida para las dos sedes y para las jornadas comunitarias, ahora solo hay bolsas de ciertos alimentos para las jornadas del CLAP.
Sistema de venta 
El abastecimiento de las jornadas para los CLAP está sectorizado. 
En Pdval, por ejemplo, se aplica el llamado punto y círculo, que indica que esta sucursal abastecerá a las comunidades cercanas al punto de venta, que serían parte de las parroquias Unare y Universidad.
Mercal y Friosa se encargarían del resto de la ciudad. 
Una vez solicitada la jornada a través de la nueva célula vecinal, Pdval acuerda la ruta de distribución y prioriza los sectores a atender.
En la sede del supermercado se venderá comida a los consumidores, siempre que sobren alimentos de las jornadas de venta de los CLAP. 
Los trabajadores consultados defendieron el nuevo mecanismo, en el que los ciudadanos deben pagar el traslado de los alimentos o incluso los buscan en sus propios carros, para evitar la reventa obachaqueo, “porque hemos visto cómo compran algo y más adelante, por aquí mismo, lo revenden mucho más caro”.
Todas las historias están unidas por una vertiente: escasez de comida y una vertiginosa pérdida del poder adquisitivo. 
Ahora, por decisión del Gobierno, se le suma un trámite burocrático para que los ciudadanos puedan acceder a una simple bolsa de comida, mientras las colas y la reventa continúan.

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