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18 oct 2015

ANIQUESOS rechaza nuevo parafiscal fijado por Sunagro para guías de movilización

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Finanzas Digital

La Asociación Nacional de Industriales de Quesos (Aniquesos) se sumó a los diferentes gremios empresariales del país que han rechazado la decisión de la Superintendencia Nacional de Abastecimientos Agropecuario (Sunagro), de fijarle a las empresas un costo en Unidades Tributarias (UT) por el hecho de gestionar  la emisión de Guías SICA para la movilización de alimentos en el territorio venezolano.
El gremio industrial considera que dicha decisión equivale al establecimiento de un nuevo impuesto que se suma a la multiplicidad de tasas “especiales” calificadas de parafiscales, y lo cual ha provocado una expansión injustificada de la carga fiscal en Venezuela, restándole posibilidades de funcionalidad y expansión a muchas empresas.
Aniquesos respalda a la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) en su solicitud de un encuentro sectorial con Sunagro para analizar las implicaciones de la decisión, como su incidencia en las empresas que producen alimentos, entre deudas, regulaciones, controles y fiscalizaciones. 
Este nuevo gasto le resta recursos financiero a las empresas, que los necesitan  para hacerle frente a las deudas contraídas, a los ajustes salariales a los trabajadores y la compra de materia prima, repuestos e insumos cuyos costos, de paso, suben constantemente.
En el caso específico de la industria de quesos, las evaluaciones que se han hecho hasta el momento arrojan que para una empresa mediana que maneje 3.000 Guías al mes y por lo que deberá cancelar Bs. 150,oo por Guía SICA, tendrá que pagar 20.000 bolívares diarios exclusivamente por este nuevo parafiscal. 
Su costo es de una Unidad Tributaria por Guía SICA, sin incluir fiscalizaciones, ya que si esto último ocurriera, entonces ese costo se incrementaría en diez Unidades Tributarias. 
Sin duda alguna, es un procedimiento fiscalista nocivo para las empresas que tratan de mantenerse activas en una economía recesiva y agobiadas por la inflación.
La actual realidad empresarial del país es conocida ampliamente. 
Y se distingue por empresas sin capital de trabajo, salarios empobrecidos, escasez en los anaqueles, déficit pronunciado por importaciones productivas de bienes que se pueden fabricar en suelo venezolano. 
Cada costo adicional para las empresas que aún están funcionando en esas condiciones, se traduce en un agravamiento de dicha realidad y, desde luego, en un efecto contrario para lo que millones de consumidores esperan de la producción nacional.

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