EL CAMPO VENEZOLANO



"SI EL CAMPO CRECE, TODO EL PAIS CRECE, SI AL CAMPO LE VA BIEN, A TODA VENEZUELA LE VA BIEN"

24 sept 2015

El Drama Alimentario

Las importaciones complementan el déficit sin afectar la producción.


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PEDRO E. PIÑATE B. |  EL UNIVERSAL

Según el DRAE, el drama "es una obra en el teatro o en el cine, en que prevalecen acciones y situaciones tensas y pasiones conflictivas". 

"En la vida real es un suceso capaz de interesar y conmover vivamente". 

Por eso la crisis de escasez y carestía de alimentos que nos afecta actualmente a los venezolanos, califica como drama alimentario. 

Esto aunque no parece conmover vivamente a quienes con altas responsabilidades de gobierno, deben restituir sin más pérdida de tiempo, la oferta de alimentos al consumo de la población al nivel de la demanda normativa y garantizando su acceso especialmente a los grupos vulnerables.

En esa labor el trabajo gubernamental no se trata de importar a manirrota y distribuir alimentos directamente a la población tratando de paliar la situación sin resolver el meollo del problema. 

Teniendo el drama alimentario su origen en las políticas equivocadas que rigen desde 1999, revertirlas procede de inmediato pues solo eliminando las causas, son posibles las soluciones. 

El hambre ya no toca la puerta de Venezuela sino que está adentro. Por eso el cambio de políticas es indispensable. 

De todas ellas la restitución de la libertad económica es de efectos favorables inmediatos. 

Y es que por falta de libertad económica el sector privado no produce, no importa, ni comercializa alimentos como debiera. 

Esto exige que cese el estatismo agroalimentario y que el Estado dedique sus esfuerzos a las actividades que le son propias, no las privadas.

Frente al hambre nuestra agricultura es la solución permanente al aumentar la oferta de alimentos. 

Si además las importaciones complementan el déficit sin afectar la producción, el desabastecimiento dejará de ser problema. 

Mientras, el tiempo de decisiones se agota porque la escasez es cada vez mayor y la tensión social crece. 

Sin producción ni importación suficientes, el drama alimentario pasará de comer mal, caro y menos, a no tener qué comer. 

Así que a cambiar de políticas toca, porque con hambre y penurias solo inestabilidad política y social se consigue.

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