EL CAMPO VENEZOLANO



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6 ago 2014

REGULACIONES E INTERVENCIONES SOMETEN A LA AGROINDUSTRIA A TRABAJAR A PÉRDIDA

María Beatriz Parilli  Ultima Hora Digital

La descapitalización de la agroindustria venezolana, es el legado de la política de intervenciones y control de precios sostenida por el Gobierno nacional durante los últimos 12 años y que ha devenido en un profundo desabastecimiento que, en algunos casos, es visible en la ausencia de variedad de rubros en los anaqueles y en las largas colas de personas que logran adquirir pocos productos, de los muchos que buscaban.

Así lo estima el asesor agroalimentario Rodrigo Agudo, al destacar las consecuencias que ha traído la intervención del Estado en los procesos productivos de la industria, desde la administración del expresidente Hugo Chávez hasta la actual gestión de Nicolás Maduro, a quien exhorta a reconocer “la crisis económica que atraviesa el país”, para poder “rescatar la producción nacional”.

La semana pasada Alimentos Polar alertó que la producción de harina de maíz precocida es insostenible por dos factores: la regulación del precio del rubro y la baja oferta de maíz blanco nacional, a lo que el ministro de Agricultura y Tierras, Yván Gil, salió al paso precisando que se tiene materia prima hasta julio de 2015 y que la empresa debería invertir en un programa de siembra para no depender de las importaciones.

“El Ministerio siempre tiene una respuesta para justificar lo injustificable; el comunicado fundamental de Polar no responde al problema de la imposibilidad física de adquirir materia prima, sino a la imposibilidad económica porque el ingreso por la producción de harina es más bajo de lo que cuesta elaborarla y, evidentemente, llega un momento en que la industria no puede producir a pérdida”, expresó Agudo.

Esta situación, según el experto, ocurre en casi todos los alimentos básicos, cuyos costos de producción están por encima del precio como sucede con la leche pasteurizada y en polvo, el queso, el arroz y otros rubros entre los cuales entra también el aceite de maíz, que ha mermado porque la mayor parte de la materia prima es destinada a la elaboración de harina precocida.

A las regulaciones de precios, el asesor agroalimentario agrega las intervenciones que el Estado ha mantenido en las industrias, “bajo la falsa premisa de beneficiar al consumidor y cuyo resultado ha sido el desabastecimiento -al disminuir las variedades y presentaciones de productos- y la escasez que es cuando los rubros no se consiguen”.

“El chiste” 

Datos de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), apuntan a que han cerrado alrededor de 4.200 empresas de diferentes sectores, incluyendo el agroalimentario, aseo del hogar y de higiene personal. 

“Es evidente que desde que empezaron los controles, se sometió a la industria a trabajar a pérdida, siendo más racional dejar de producir que hacerlo mediante la descapitalización. 

El mayor chiste es que ahora lo que se consigue es el desodorante ‘Mum’. Es decir, los consumidores no pueden escoger por calidad o preferencia, sino conformarse con lo que encuentran”.

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