EL CAMPO VENEZOLANO



"SI EL CAMPO CRECE, TODO EL PAIS CRECE, SI AL CAMPO LE VA BIEN, A TODA VENEZUELA LE VA BIEN"

25 ago 2014

El País de Los Bachacos


FRANCISCO OLIVARES |  EL UNIVERSAL

Cada vez que una situación se agrava surgen nuevos controles para controlar algo que ya había sido controlado por una medida que buscaba controlar alguna distorsión de la cadena económica.

Ayer fue el "Dakazo" y se lanzó a la FAB con generales al frente para darle al pueblo precios justos en electrodomésticos. Las cajas de televisores 42 pulgadas volaban sobre las inmensas colas humanas y hasta las camionetas doble cabina de la GNB exhibían la mercancía con destino incierto.

A partir de allí todo desapareció de  los anaqueles. Hoy día si alguien consigue uno de estos aparatos debe pagar entre 70 y 120 mil bolívares.

Luego fue la guerra económica y la escasez de alimentos arribó a 30% y 50% en medicamentos e insumos médicos. Ahora aparece el fenómeno del contrabando y las colas como los nuevos enemigos.

Una inmensa movilización militar es lanzada a la frontera y un captahuella viene en camino. "Ya he dado la orden" dice el jefe del Estado como quien comanda una acción salvadora que reivindicará a los venezolanos.

Gráficas con pimpinas de gasolina amontonadas, resguardadas por militares y cavas llenas de productos aparecen bajo custodia armada como botín de guerra.

En los dos últimos años los propios "bachaqueros", como suelen llamarse a quienes recolectan y  venden productos al otro lado de las fronteras, han narrado sus historias de cómo convierten 20 litros de gasolina en mil bolívares o un simple billete de 100 en 120.

La distorsión económica creada en revolución con los excesivos controles económicos no solo creó una suerte de "sociedad de bachaqueros" sino que estos con el tiempo se hicieron más diestros en sobrevivir y hacer rentable los males creados con las malas políticas.

Cualquier cosa que sea vendible al otro lado de la frontera puede convertirse en moneda dura, que el producto que mas escasea en Venezuela.

Por ejemplo en Maracaibo ya no se consigue gente para trabajar. La mano de obra encontró en el bachaqueo un modo de vivir más beneficioso que trabajar por un sueldo devaluado.

El bachaqueo se organizó de tal manera que hay mafias que controlan la información de a dónde va a llegar tal producto, regulado o no. Al menos 20 o 30 bachaqueros al servicio de quien controla la operación salen y van de cola en cola comprando los productos. 

Estos son recopilados en pequeños almacenes en donde son esperados por transportistas, quienes con sus respectivos contactos, pasan sin problemas hasta Maicao.

Pero el contrabando más grande es el de la gasolina que no sale en pimpinas sino en cisternas. El de la cabilla y el cemento que sale desde los centros de producción estatizados. Y el del ganado que sale de fincas expropiadas.

Un sector del Gobierno congela las medidas económicas a la espera de que estas guerras militares produzcan resultados. 

Lo que se ve en el horizonte es que la caída será aún peor en la medida en que se insista correr la arruga y en transitar por al mismo camino que lleva año y medio fracasando.

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